¿Qué haces con tu libertad?

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“Gente que quiere cambiar”

Siguiendo finalmente, con la segunda parte del libro de esta obra, el autor sigue invitándonos a reflexionar lo que hacemos con nuestra vida, en torno con la libertad.

En esta parte del libro nos relata que Dios es dueño del corazón humano, es quien elige a algunos para una misión muy importante en la vida, Dios es quien nos invita a  entregarnos por entero, todo depende de las decisiones que tomemos y del uso que le demos a nuestra libertad. Entregarse a él es hacer el mejor negocio de nuestras vidas.

A muchos de nosotros nos ha pasado algo peculiar, que es escondernos, huir de esa voz de Dios y se vuelve en inquietud. Todo ello es normal, sentir miedo a las cosas grandes, y a la vez preguntarnos ¿Yo podré?, simplemente actuando con la gracia de Dios todo es posible. También hay que pensar que Dios no llama a personas sin proyectos, sin ideales, sin metas; él cambia esos ideales y proyectos por otros mayores y mejores para nosotros.

Otra de las incógnitas que tenemos que resolver es el comenzar y el recomenzar, intentarlo una vez más, pero esta vez con una actitud positiva y fructífera, muy distinta con la que empezamos.

Se dice que querer es poder, pero esto no siempre es cierto. Siempre hay que intentar las cosas una vez más, arriesgándonos pero inclinándonos hacia algo bueno y que nos sirva de provecho. Intentarlo una vez más, pero con un espíritu renovador, de victoria.

Vencer siempre da alegría, pero para vencer hay que luchar; como ya lo hemos mencionado, la palabra arriesgarse abarca muchos aspectos de la vida cotidiana; alguna vez luchando, también se pierde. Ese es el momento oportuno para intentar lo que alguna vez fallamos, sin fracasos no aprendemos nada, de aquellas experiencias aprendemos mucho.

El fracaso es necesario para la maduración de la personalidad. La vida humana esta tejida de aciertos y de errores, de cosas que han salido como se habían proyectado y de otras que no han llegado a buen puerto. La existencia consiste en un juego de aprendizajes. Por lo general, se aprende más con los fracasos que con los éxitos.

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