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Racionalismo


Enviado por   •  6 de Agosto de 2013  •  4.371 Palabras (18 Páginas)  •  338 Visitas

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Francis Bacon: (1561-1626)

Francis Bacon, filósofo de la era industrial; quiso ser un político. Recibió una educación jurídica que completo con la carrera diplomática. Bacon se convirtió en asesor legal de la corona. Bacon no consiguió imponerse realmente en su carrera política hasta que finalizo el reinado de Isabel. Ingreso a la Cámara de los Comunes. Fue Lord guardasellos, Lord Canciller, adquiriendo los títulos de barón de Verulam y Vizconde de Saint Albans, gracias a la llegada al trono de Jacob I.

En esta época el saber debía llevar sus resultados a la práctica, la ciencia debía ser aplicable a la industria, los hombres tenían el deber sagrado de organizarse para mejorar y para transformar sus condiciones de vida. En realidad Bacon propuso y defendió tesis que en la actualidad forman parte de nuestra cultura. Estas tesis dicen que la ciencia puede y debe transformar las condiciones de vida humana; no es una realidad indiferente a los valores de la ética, sino un instrumento construido por el hombre en vista de la realización de los valores de la fraternidad y el progreso; a través de la ciencia- donde está vigente la colaboración mutua, la humildad ante la naturaleza, la voluntad de claridad- hay que potenciar y fortalecer estos valores; la ampliación de poder del hombre sobre la naturaleza no es nunca obra de una investigación individual, que mantenga en secreto los resultados, sino que es necesariamente fruto de una colectividad organizada de científicos; el saber si posee una función concreta en el seno del mundo histórico, y toda reforma de la cultura es también-siempre- una reforma de las instituciones culturales, de las universidades y, por supuesto de la mentalidad de los intelectuales. Los Ensayos son la primera obra de Bacon. Consisten en eruditos análisis referentes a la vida moral y política. Se convirtieron en un clásico de la literatura inglesa. Fueron traducidos al latín con el título de Sermones fideles sive interiora rerum. Jacobo I sube al trono en 1603 y Bacon incluye en su obra anotaciones de carácter autobiográfico, considerando que sus propias cualidades como persona se adaptaban al proyecto de reforma cultural. “En lo que a mí respecta, he comprendido que estoy —más que a ninguna otra cosa— adaptado al estudio de la verdad. Poseo una mente lo bastante ágil para captar las semejanzas de las cosas y lo bastante sólida y capaz de concentrarse como para observar las sutiles diferencias entre ellas, estoy dotado del deseo de indagar, la paciencia de dudar, la pasión de meditar, la prudencia en el afirmar, la prontitud en el cambiar de opinión y la diligencia en el ordenar; no estoy enamorado de las novedades, ni soy admirador de las antigüedades en cuanto tales, y odio cualquier forma de impostura. Por estas razones, considero que mi naturaleza posee una cierta familiaridad y una cierta consonancia con la verdad.”

Mientras tanto, en 1621, la carrera de Bacon se vio interrumpida bruscamente y su fama quedó en serio censura. En 1621 Bacon fue acusado de corrupción ante la Cámara de los Lores. Bacon, que durante toda su vida necesitó mucho dinero, había aceptado dinero de una de las partes contendientes en un juicio, antes de decir su sentencia como juez. Por lo tanto, fue acusado de corrupción. Este es el texto de la sentencia que emitió al respecto la Cámara de los Lores: 1) que el Lord vizconde de Saint Albans, Lord Canciller de Inglaterra, debe pagar una indemnización y una multa de 40 000 libras esterlinas; 2) que debe ser encarcelado en la Torre hasta que el rey lo decida; 3) que se le aparte a perpetuidad de todo empleo, cargo o compromiso del Estado; 4) que sea excluido a perpetuidad del parlamento y no pueda acercarse a la corte.

Su pensamiento contiene elementos decididamente anticipatorios y revolucionarios. Bacon es un hombre de su época: recibe de la tradición la idea de que el saber, aunque esté estrechamente ligado con la experiencia, es saber de formas, es decir, de substancias y no de funciones o de leyes cuantificadas. Toma de la filosofía renacentista temas como el que todos los cuerpos sean capaces de percibir, o el que afirma la existencia de una relación universal entre todos los seres, vínculo que se expresaría como fuerza de atracción y repulsión; o incluso el que la imaginación tenga poderes que le permitan, por ejemplo, detener el proceso de fermentación de la cerveza.

Por lo tanto, el vitalismo renacentista está muy presente en la filosofía de Bacon, y de ella tampoco están ausentes elementos que provienen de la tradición alquímica. Sin ninguna duda, en el pensamiento de Bacon se dan temas y motivos de la tradición mágico-alquímica. Están ligadas dos nociones centrales de la filosofía de Bacon, que se hallan en la base de su concepción de la naturaleza, del hombre y de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. Estos conceptos son: 1) el ideal de la ciencia como potencia y como obra activa, que se encamina a modificar la situación natural y humana; 2) la definición del hombre como ministro e intérprete de la naturaleza, que Bacon utilizó para sustituir a la venerable definición del hombre como animal racional. En el contexto del pensamiento filosófico de Bacon, estos dos elementos, el saber como potencia y la ciencia como ministra de la naturaleza, adquieren un nuevo significado, porque lo que Bacon toma de la tradición del pensamiento mágico-alquímico son las finalidades del saber, pero rechaza con decisión en el saber mágico y alquímico sus modalidades de adquisición y de transmisión. Bacon piensa en un saber que sea una ciencia progresiva, hecha de resultados obtenidos por generaciones de científicos que se van sucediendo y que trabajan de manera cooperativa. Para Bacon, lo importante es darse cuenta de que el saber posee una función diferente de aquella que le ha atribuido la tradición; por consiguiente, no se trata de defender a un filósofo en contra de otro, o viceversa. Se trata de rechazar y de alzarse en contra de una tradición en conjunto a la que se considera como una guerra en la que combaten «filosofastros más llenos de fábulas que los mismos poetas, corruptores de espíritus y falsificadores de las cosas. Bacon halla en Aristóteles la doctrina de las cuatro causas necesarias para la comprensión de una cosa. Se trata de las causas material, eficiente, formal y final.

“Ved, pues, que vuestras riquezas son posesión de muy pocos y que las esperanzas de todos los hombres se hallan confiadas a sólo seis cerebros. Dios no os ha concedido almas racionales para que rindáis a hombres el tributo que le debéis a vuestro Autor , ni os ha otorgado firmes y válidos sentidos para estudiar los escritos de unos cuantos hombres, sino para estudiar el cielo y la tierra que son obra de Dios.” (Redargutio Philosophiarum, Bacon) Cuando

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