Sentir Y Describir El Resultado Del Fingir

Este mes tuve la oportunidad de leer en el colegio un libro llamado “Los ojos del perro siberiano” de Antonio Santa Ana.

Es una novela breve que nos mueve a la reflexión a cerca de la relación entre padres e hijos, la hipocresía de la sociedad, los miedos, la muerte y el sentido de la vida.

Rescato el planteo sobre la hipocresía que existe en la sociedad, el infinito prejuicio sobre toda acción que se diferencie de aquellas que todos hacen, de aquellas que suelen ser llamadas “normales.

El contenido que envuelven cada una de las palabras usadas para describir la negación y mentira en la que vive la familia protagonista de la novela logran recordarme muchas realidades cotidianas donde aparentar una vida que no se tiene y una situación económica que no se vive, parecen ser el motivo por el cual despertar cada mañana. Y así mismo despertando cada mañana, viviendo cada día, observando muchas veces contextos donde reina hipocresía y haciendo uso de ella, me fue lamentable recordar que no solo en esta historia se describe una situación donde esconder una enfermedad como el SIDA parece lo correcto. Más que miles de argumentos se me presentan para poder oponerme y encontrarme en total desacuerdo con esto, pero principalmente sostengo que el uso de la verdad y la sinceridad son herramientas únicas en todos los aspectos de la vida, de los que todos deberíamos hacer uso.

Imposible describir lo que se siente al leer simples palabras que tanto dicen, “Pobre Ezequiel una enfermedad como la leucemia, tan joven” claramente se ve como los padres protagonistas de la novela prefirieron mentir sobre la enfermedad que padecía su hijo antes de aceptar la realidad y ayudarlo, donde se observa como la hipocresía y el miedo al ser juzgados llevan a dejar de lado el apoyo que su hijo necesitaría. Envuelve en un sinfín de reflexiones ponerse en el lugar de la persona que padece esta enfermedad y no es aceptado ni por su familia, sin dejar de lado la típica idea de qué hacer si se viviera la misma situación.

¿Cómo sobrevivir, cómo superar una enfermedad de este tipo si la hipocresía y el prejuicio infectan el oxígeno que cada día se respira?

Hasta el más fuerte entre todos los fuertes, el más equilibrado y el que más entiende en un instante puede pasar a ocupar el lugar del más dolido, más rechazado y menos comprendido. No podría aceptar como una persona sobrellevaría una enfermedad como el SIDA sin el apoyo de una familia, sin sentirse acompañado por los suyos. Es comenzar a luchar una ardua batalla contra la muerte en soledad absoluta. Por ejemplo, de donde sacaría más valor para aceptar y afrontar una lucha contra una enfermedad que mantiene inmune su cuerpo, si ni su núcleo familiar logra asimilar la situación. Dolida observando esto, a medida que llegaba capitulo por capitulo me encontré esperanzada de ver un cambio en la postura de los padres pero, más allá de eso solo me llegó la sorpresa de una triste final.

Leer una novela como esta lleva directamente a ese punto de reflexión donde todos los aspectos de la vida comienzan a ser evaluados, la hipocresía que se reflejaba constantemente párrafo tras párrafo, sin duda capto mi atención. En consecuencia concluí con el pensamiento de cómo cada acción que realizamos marca nuestras vidas, cómo la hipocresía tiene un lamentable resultado.

Como conclusión podría hablar de miles de ideas que vuelven a mi cabeza a medida que sigo replanteándome una simple palabra con tanto significado como ser “La hipocresía”, pero más allá de todo me limitaré a reafirmar todos mis anteriores argumentos escapando de una solución facilista, “hay cosas de la que es mejor no hablar”.

...