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Síntesis Y Notas Al Libro De Hegel, Georg W.F. (1987, 2a. Edición) La Arquitectura. Editorial Kairós: Barcelona.


Enviado por   •  11 de Marzo de 2013  •  4.476 Palabras (18 Páginas)  •  593 Visitas

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Síntesis y Notas al libro de Hegel, Georg W.F. (1987, 2a. edición) La Arquitectura. Editorial Kairós: Barcelona.

Hegel desarrolla su texto a partir de una serie de categorías que van desde la generalidad de las formas y las manifestaciones artísticas hasta una división de las artes y sus modos de operación, poniendo un énfasis en la arquitectura, a la que para su estudio particulariza en tres estilos, a saber, el estilo simbólico o idealista, el clásico y el romántico. Es en función a dichos estilos que establece una valoración de acuerdo a las características predominantes en cada uno.

Divide a las formas en libres y no libres. Las primeras son aquellas que exteriorizan su contenido y no tienen mayor apariencia de lo que son, en tanto que las no libres son aquellas en que la forma se percibe como una multitud de detalles y es asociada a aquellas expresiones artísticas o representaciones donde predomina la decoración.

Hegel señala que es un prejuicio pensar que el arte “...habría empezado por lo simple y lo natural”, ya que: “Los inicios simples y naturales, en el sentido de lo grosero y salvaje, no tienen que ver nada con el arte y la belleza...” (6).

En contraste, se señala que: “En tanto que obra de arte, la belleza precisa, desde sus inicios, de una técnica elaborada, exige numerosos ensayos y una prolongada ejercitación...” (6).

El término “abstracto” es asociado a aquellas representaciones no tan próximas a una representatividad real. En cuanto a las diferencias de estilo, Hegel determina [¿cuatro?¿tres?] el estilo grave, el ideal, el bello, y el agradable. [La integración de lo ideal y lo bello en un término común determinaría sólo tres diferencias de estilo.]

Hay en los planteamientos de Hegel [Más adelante se plantea] una relación entre las artes y el modo particular en que estas son percibidas por los sentidos. Con la intención de discernir qué sentidos están estrechamente relacionados con verdaderas percepciones artísticas, se adoptan los criterios de materialidad, de forma y precisión de la percepción que permitan acotar las manifestaciones reales de lo artístico. Así, al enumerar los sentidos y aquello que como posible arte se les asocia, Hegel discrimina el tacto, el gusto y el olfato, situando al oído y a la vista como los únicos sentidos con un carácter netamente artístico. [Explicar por qué?]

A partir de estos dos sentidos y de un elemento que se les agrega y que denomina la “representación sensible”, especie de conciencia a la que se llega por la apreciación de una obra, Hegel establece su clasificación o “sistema de las artes particulares” (21) dividida en tres grupos:

a) Plásticas, entre las que se cuenta la arquitectura, la escultura y la pintura.

b) La música, y

c) La poesía, integrada por los géneros literarios como la épica, la lírica y el drama.

En este punto, se habla de la Verdad absoluta, de la que sólo Dios es poseedor. Intentando relacionar la idea de belleza como lo que existe y es en la naturaleza, y lo que es bello en virtud de lo que podemos apreciar como sus cualidades artísticas, Hegel pone de manifiesto que lo que existe en la naturaleza es bello porque es, y es Verdad porque proviene de Dios. Y nos dice que la obra artística que logra trascender es porque ha logrado materializar y en consecuencia exteriorizar la espiritualidad interior que proviene de la existencia de Dios en uno. La arquitectura se sirve del material para exteriorizar, hacer concreta y trascendente una forma a la que se infunde el espíritu (22).

Para Hegel la arquitectura es la representación primera del arte ya que:

“...en sus inicios el arte todavía no ha hallado, para la representación de su contenido espiritual, los materiales apropiados ni las formas correspondientes, lo cual le obliga a limitarse a la simple búsqueda de la verdadera adecuación y a contentarse con un contenido y un modo de representación puramente exteriores. Los materiales con que trabaja este primer arte están desprovistos de espiritualidad; se trata de la pesada materia sometida a las leyes de la gravedad; en cuanto a la forma, consiste en reunir de modo regular y simétrico las formaciones de la naturaleza exterior...” (21-22).

[p 32 y ss:]Hegel toma como punto de partida para su análisis del arte la búsqueda de sus orígenes, entendiendo éstos como “...la idea que tenemos de la tarea que al mismo incumbe”. Dicha tarea:

“...consiste en dar forma a lo que es objetivo en sí, (esto es, el terreno natural y el ambiente-exterior al espíritu) insuflando así un significado e imprimiendo una forma a lo que está desprovisto de interioridad; forma y significado que no son por si mismos inmanentes a lo objetivo” (32).

De acuerdo al sistema de las artes particulares, Hegel establece una división de ellas, asignando a la Arquitectura el primer puesto, atendiendo a la naturaleza de la cosa. En los inicios del arte, la Arquitectura es una mera acumulación de materiales sujetos a las leyes de la naturaleza, desprovistos de espiritualidad. Es sólo "...pesada materia sometida a las leyes de la gravedad; en cuanto a la forma, consiste en reunir de modo regular y simétrico las formaciones de la naturaleza exterior... " (p. 21). En segundo término el autor sitúa a la escultura, la cual expresa ya la individualidad espiritual, dada a través del manejo del material en su totalidad espacial, cuya forma es producto de esa carga espiritual, en contraposición a una mera representación de la apariencia exterior o de su particularización excesiva. La forma en la escultura es, entonces, una manifestación exterior y concreta de la interioridad espiritual (p.22).

En seguida se refiere a las artes cuya característica es la de exteriorizar en mayor medida la interioridad subjetiva. "La pintura [...] hace de la figura exterior expresión total del interior..." al representar lo Absoluto. La intención de la pintura no es representar a Dios en sí mismo, sino a la conciencia que de él tienen los hombres, a través de las pasiones y acciones de éstos.

El medio para representar la espiritualidad, ya individual o colectiva manifestada por los hombres y el mundo real, es la apariencia, mediante la cual se reduce a dos dimensiones la tridimensionalidad del espacio, valiéndose de apoyos tales como luz ideal -claroscuro-, los colores y las profundidad dada por la superposición de figuras. (p. 23 y 24).

Del mismo orden de la pintura es la música,

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