Un Cohete Hacia La Luna

Un cohete a la luna

El duro frio de esa noche de octubre era estremecedor, las calles aledañas tan vacías y oscuras cubiertos por el oscuro manto de la noche, la madrugada del 22 de octubre era una simple fecha, pero para él no lo era así.

-Sabes kyuubi-chan- habló un pequeño rubio que estaba sentado en una baqueta de aquel parque tan desolado, tenía una sonrisa tenue llena de vida y mantenía la felicidad.

–Hoy es mi cumpleaños- le dijo al peluche que sostenía entre sus brazos a su única compañía muda e inanimada.

–jejeje no te preocupes, solo con un felicidades y un abrazo me basta- pausó un momento cuando la fuerte tos otra vez arremetió en su boca.

Abrazando con más fuerza su peluche –Gracias por el abrazo- dirigiendo sus palabras de agradecimiento al peluche –No te preocupes, al rato podremos festejarlo con algo de comida- la vida era tan dura en esas calles y en esta ciudad, esperanzado a que en la mañana pudiera tener algo con que alimentarse.

-Así que dormiremos y esperaremos, imagínate un tazón de ramen con todo para nosotros solos- dijo iluso y soñador como todo niño de su edad –y luego ¡un pastel delicioso tendremos!, ¡nos atragantaremos como nunca!- ante la ilusión de tener un buen recuerdo de su cumpleaños.

-Cof, cof, cof- otra vez empezó a toser el pequeño rubio, los hoyuelos de sus mejillas estaban tan rojas en su inocente mirada, el creciendo como un niño huérfano sin conocer el significado de amor, sin probar un poco lo que es tener un padre y una madre yacía allí como el destino cruel que le fue embargado.

-Mira Kyuubi este es mi regalo- sacando entre sus ropas desgastadas y sucias un pequeño papel doblado y haciendo el trabajo de extenderlo con cuidado mostró un dibujo típico de un pequeño niño.

–Un cohete, un cohete donde tu y yo estamos adentro- tal dibujo intento de una cosmonave simple y resaltando dentro a Naruto y al pequeño peluche.

-Con esto volaremos y dejaremos este lugar- cual ilusión en su voz tenía –Cof…cof… y entonces tu y yo nos dirigiremos a las estrellas- contando su plan secreto continuó el pequeño niño –Peor no te preocupes, mira- y volteando el reverso de aquel dibujo –Aquí está el mapa para llegar a donde está papá y mamá- el mapa que dibujaba atravesaba asteroides, planetas y otras suertes ante el viaje que quería hacer.

-No te preocupes kyuubi-chan… ¡cof!... ¡cof!- la intensidad de la tos iba aumentando y volviéndose constante –Por eso nos atiborraremos de comida para este viaje, todo esta planeado-.

El intenso frio de nuevo calaba en todo de su cuerpo y haciendo apego más al pequeño kyuubi para que inútilmente mitigara el gélido clima que le recorría en su cuerpo del pobre pequeño.

-Así llegaremos con mamá y papa, y entonces seremos felices – añoranza e imaginación atestaban en su mente el vivir tal momento –No habrá hambre-

...