¿Un día infeliz?

¿Un día infeliz?

Estoy perdido, no recuerdo que me ha pasado, no sé cómo llegué aquí, a este hospital, en esta noche con la luna en su punto más alto, mi memoria está dañada, no logro formar recuerdos completos, solo extraños fragmentos de ellos, lo único que me dicen los médicos es que tuve un “accidente”, y que tengo amnesia, no me quieren contar más, me piden que descanse pero, ¿cómo puedo descansar? si todo mi cuerpo me duele y no logro recordar nada, además tengo la sensación que me hace falta algo.

Era un hermoso atardecer de primavera, estaba con mi divina novia en mi dormitorio, aprendiendo a tocar  piano, ella es la culpable de mi amor a la música y de tener mi cuarto limpio todos los días,  en un momento de descanso le pregunte:

-oye amor ¿por qué te enfocaste en mí?, teniendo un montón de idio… digo personas que matarían por al menos abrazarte.

Ella sin pensarlo dijo:

-¿Por qué?, ¿Por qué debería despreciarte?, mejor ¿por qué no?, tú eres la persona que el destino decidió que  deberíamos de estar juntos sin temor de que nos hagamos daño, pues con defectos y virtudes te seguiré amando.

En ese momento se acercó a mí, mi  corazón se sintió sollozo al haber oído sus palabras, empezó a latir como nunca, como si las venas me fueran a reventar, me acaricio la mejilla y me dio el beso más tierno  que ninguna chica me había dado, en ese preciso momento me entere de conciencia que ella me amaba de forma incondicional, y que estaría con migo por todos los días, años, ¡siglos!, hasta el porvenir de las cosas.

Pasaron dos años después de eso, decidimos que nos mudaríamos a un departamento cerca de nuestro colegio para llegar más temprano, y porque yo veía cosas macabras en el departamento, íbamos al colegio en una camioneta pagada por ambos, siempre la estacionábamos a una calle del colegio con una señora que nos dejaba estacionarla en la entrada de su casa, en camino al colegio, todos los días encontrábamos una naranja tirada de un árbol de naranjos que estaba en una casa abandonada, agarrábamos una y la guardábamos todo el día hasta llegar a casa  y hacer todo tipo de figuras que se nos ocurriera.

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