Una modesta proposicion

Jonathan Swift. Una modesta proposición. Editorial del Cardo. 2010. 7 pág.

Esta lectura resulta cruda y exageradamente atroz ya que nos propone una solución demasiado drástica para erradicar la sobrepoblación de personas con escasos recursos mediante el tan desaprobado canibalismo, especialmente nos habla de los menores, centrándose en los infantes que no pasan si quiera el año de edad.

El hecho de querer utilizarlos como alimento para personas económicamente estables es inconcebible, pero la naturaleza en la que lo propone hace que parezca un alimento común, es decir como cualquier otro tipo de carne. Dicho esto, me asombran los argumentos que da sobre su propuesta, ya que son objetivos e increíblemente, haciendo a un lado la moral, son de gran convencimiento, ya que da soluciones para varios problemas que Irlanda pudo tener en esa época.

Considerando aspectos tales como:

• La época. Ya que en este momento de la historia (alrededor de 1729) Irlanda pasaba por una de las hambrunas más grandes conocidas en este país.
• No contar con métodos anticonceptivos,
• Tener una población considerablemente grande donde la mayoría de las personas vivían en una pobreza extrema.
•  Había una evidente escasez de trabajo y el desempleo.

Se puede pensar que este tipo de lectura pudo haber convencido a demasiados habitantes de esa época y de ese lugar, incluidas las personas de bajos recursos, ya que, al tener la obligación de mantener a una gran cantidad de hijos, el venderlos los deslindaba de gastos futuros, así como la presión de buscar sustento no solo para ellos.

Hay buenos argumentos, pero, de igual manera se pueden encontrar algunos contras en esta lectura.

Uno de ellos inicia en el siguiente párrafo.

“Hay además otra gran ventaja en mi esquema, que evitara aquellos abortos voluntarios, y esa horrible práctica de que las mujeres asesinen a sus hijos bastardos, que es, por desgracia, demasiado frecuente entre nosotros, sacrificando a los pobres bebés inocentes”

Podemos apreciar que descalifica rotundamente el aborto, argumentando que es una practica horrible ya que los pobres infantes no tienen la culpa. Es decir, este echo le resulta repugnante, pero ¿utilizarlos como alimento y pensar en diversos platillos de consumo no? A decir verdad, esta es una idea demasiado contradictoria.

Otro de los casos que se presentan en esta lectura es sobre las enfermedades que se viven en la región. Ya que matan a una gran cantidad de personas día con día.

 Dicho esto, se puede suponer que los bebés nacidos en familias pobres y llenas de enfermedades fácilmente pueden contraer las mismas, incluso desde el crecimiento dentro de la madre, haciendo del infante (considerándolo alimento) un posible foco de enfermedades que se pueden transmitir a la población de la clase alta, y desatando una epidemia aún más grande, ocasionando hasta la muerte de miles de ellos.  

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