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Al pueblo nunca le toca


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  2.270 Palabras (10 Páginas)  •  1.425 Visitas

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ESTEFANÍA BONCES LIZCANO – 201210123101

AL PUEBLO NUNCA LE TOCA

Esta historia, escrita por Álvaro Salom Becerra, es una fotografía de la lucha entre el conservatismo y liberalismo de muchos colombianos que defienden su ideología a capa y espada, además de esto, es una crítica de como el bipartidismo está fundamentada en la politiquería, con el cual se busca un poder hegemónico es dirigido desde la minoría oligarca. Colombia ha sido gobernada por el árbol genealógico de la familia Pastrana, López, Ospina y quien nos gobierna ahora: los Santos, entre otras familias que pasaran el poder a sus hijos, nietos, como un círculo vicioso.

Esta obra es protagonizada por dos modestos ciudadanos, uno ‘godo’ (Conservador) y el otro ‘cachiporro’ (Liberal), entre Casiano y Baltasar (respectivamente), dos amigos que se reúnen durante 60 años en diferentes bares de Bogotá, para discutir sobre política y mostrar los diversos acontecimientos ocurridos entre 1918 y 1978. Desde una visión bipartidista, Casiano y Baltasar demuestran que el poder siempre ha sido compartido por una minoría política y que el pueblo nunca alcanzaría el poder.

  • “El pueblo no es más que un rebaño manso y sumiso, manejado por unos pastores audaces e inescrupulosos que son los políticos de uno y otro partido que hacen con él lo que se les dé la gana…” Conservador
  • “El pueblo es un conglomerado de hombres libres, capaces de gobernarse a sí mismos, de dictar leyes para su beneficio, de impartir justicia entre ellos…” Liberal

Características: Doble Moral

Godo: Casiano era calculador, hipócrita, desconfiado, malicioso y beato. Como toda su familia siempre ha sido godo, sus abuelos y bisabuelos habían empuñado las armas para persuadir al adversario por motivos de justicia, por eso, Casiano era naturalmente conservador; en cambio. Además de esto, Casiano era fetichista, en su cuarto tenía una pared cubierta con todos los santos existentes, y en la otra, mujeres completamente desnudas. Tenía relaciones en su cuarto tapando todos los santos y confesaba todos sus pecados al padre para que fuera absuelto dando dinero o información clara de las mujeres con quien estaba.

Cachiporro: Baltasar por su parte era nervioso, extrovertido, locuaz optimista, franco y ateo, sus abuelos y bisabuelos habían defendido sus ideales a garrotazos y pedradas en los campos de batalla, obviamente Baltasar era Liberal. En las discusiones siempre pegaba puños a la mesa en muestra de su fortaleza, pero lloraba cuando uno de sus candidatos perdía. Baltasar era ateo, decía que Dios era Godo, pero en la mesa junto a su esposa y sus nueve hijos agradecía a Dios por lo que tenían. Buscaba un mejor país gobernado por el pueblo, pero sabía que en el poder siempre estaría la raza oligarquía.

Estos dos personajes, aunque nacieron en la misma comarca y eran amigos desde la infancia, también eran rivales irreconciliables, pues Baltasar (como buen liberal) defendía la libertad pero castigaba a los godos, proclamaba la igualdad de los hombres siempre y cuando fueran liberales y que la situación del país cambiaría cuando el pueblo llegara al gobierno; en cambio, Casiano (como buen conservador) amaba el orden y la tradición, era defensor de la propiedad (aunque él no tuviera ninguna propia), su ideología estaba basada en “el poder es para el poder”, odiaba la libertad y la democracia. Su única semejanza era ir a votar rutinariamente en todas las elecciones, aunque el primero tenía una visión optimista de un país mejor gobernado por el pueblo y para el pueblo, el segundo tenía una visión un poco negativa, o más bien realista y era que el país no cambiaría con el triunfo de uno u otro partido.

Estas descripciones que realiza Álvaro Salom, es la base para poder entender porque las disputas de estos dos amigos cada vez que se reunían a hablar de los acontecimientos históricos más importantes del siglo XX, realizando una crítica social y política en la cual se ve envuelta todas las clases sociales

Café botella de oro: Hegemonía conservadora

La historia inicia en 1916 en Bogotá, una ciudad dividida entre los “distinguidos caballeros” que era la alta sociedad, y lo “guaches” de ruana y guarichas que eran de la baja sociedad, además de un país “feudal y pastoril” gobernada desde 1885 por la denominada Hegemonía Conservadora, un matrimonio que estuvo en el ‘statu quo’ gobernado por el arzobispo primado y el partido conservador. Este panorama tenía en crisis a Baltasar, quien esperaba el momento para que los Liberales pudieran gobernar el país.

El mandato en 1918 lo asumió el conservador Marco Fidel Suarez con 216.595 votos y el maestro valencia con tan solo 166.498, pero este gobierno no duro mucho, pues Suarez, en sus múltiples fracasos administrativos, tuvo que dejar el poder en 1921 por el escándalo de los sastres asesinados que pedían el contrato para renovar los uniformes militares, el cual fue adjudicado a mano de obra extranjera.

Luego de Marco Fidel Suarez, entra al poder “el bigotudo General” Pedro Nel Ospina y por los liberales el General Benjamín Herrera, el padre del pueblo. El ejército y la policía en la jornada electoral garantizaba el derecho al sufragio para los conservadores, los cuales votaron por su candidato múltiples veces, pero los liberales no corrieron con la misma suerte y muchos ni siquiera pudieron votar, pues su nombre no aparecía en los registros electorales. Fueron 413.619 votos por el General Pedro Nel Ospina, heredero del trono de su padre, el ex presidente Mariano Ospina. El general Benjamín Herrera era el padre del pueblo.

En esa época (y hasta hora), el país estaba sumido en la corrupción, en 1903 Panamá se separa de Colombia y el gobierno del General Pedro Nel disfruta de los 25 millones pagados por los gringos en un acto de remordimiento por la separación de Panamá para la construcción de un canal interoceánico entre el mar caribe y el océano pacífico conocido como el canal de Panamá.

De esos 25 millones, 7 millones fueron invertidos en obras públicas y el restante en la inauguración de cada una de estas obras, pero también se repartieron un poco de esos millones entre los ministros, otro lo guardo el General Pedro Nel y el pueblo (campesinos y obreros) eran explotados por los oligarcas con unas migajas de dinero.  “El Ejecutivo no ejecutaba, el Legislativo no legislaba” y los políticos se divertían con el dinero del pueblo.

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