ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Black Sabbath


Enviado por   •  2 de Marzo de 2015  •  2.261 Palabras (10 Páginas)  •  350 Visitas

Página 1 de 10

El 9 de noviembre de 1923, a las 12’30 del día, poseídos de inquebrantable fé en la resurrección de su pueblo,

cayeron en Munich frente a la Feldhernhalle y en el patio del antiguo Ministerio de Guerra, los siguientes:

Felix Alfarth, comerciante, nacido el 5 de julio 1901

Andreas Bauriedl, sombrerero, nacido el 8 de agosto 1900

Theodor Casella, empleado bancario, nacido el 4 de mayo 1879

Wilhelm Ehrlich, empleado bancario, nacido el 19 de agosto 1894

Martín Faust, empleado bancario, nacido el 27 de enero 1901

Anton Hechenberger, cerrajero, nacido el 28 de septiembre 1902

Oskar Koerner, comerciante, nacido el 4 de enero 1875

Karl Kuhn, empleado de hotel, nacido el 26 de julio 1897

Karl Laforce, estudiante de ingeniería, nacido el 28 de octubre 1904

Kurt Neubauer, empleado doméstico, nacido el 27 de marzo 1899

Klaus von Pape, comerciante, nacido el 16 de agosto 1904

Theodor von der Pfordten, consejero en el Tribunal Regional Superior, nacido el 14 de mayo 1873

Johannes Rickmers, ex capitán de caballería, nacido el 7 de mayo 1881

Max Erwin von Scheubner-Richter, doctor en ingeniería, nacido el 9 de enero 1884

Lorenz Ritter von Stransky, ingeniero, nacido el 14 de marzo 1899

Wilhelm Wolf, comerciante, nacido el 19 de octubre 1898

Autoridades llamadas nacionales se negaron a dar una sepultura común a estos héroes.Dedico esta obra a la memoria de todos ellos para que el ejemplo de su sacrificio alumbre incesantemente a los

prosélitos de nuestro movimiento.

Landsberg am Lech, 16 de octubre de 1924

ADOLF HITLER

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO PRIMERO

En el hogar paterno

Considero una predestinación feliz haber nacido en la pequeña ciudad de Braunau sobre el Inn; Braunau, situada

precisamente en la frontera de esos dos Estados alemanes, cuya fusión se nos presenta – por lo menos a nosotros los

jóvenes – como un cometido vital que bién merece realizarse a todo trance.

La Austria germana debe volver al acervo común de la patria alemana, y no por razón alguna de índole económica.

No, de ningún modo, pues, aun en el caso de que esa unión considerada económicamente fuese indiferente o

resultase incluso perjudicial, debería llevarse a cabo, a pesar de todo. Pueblos de la misma sangre corresponden a una

patria común. Mientras el pueblo alemán no pueda reunir a sus hijos bajo un mismo Estado, carecerá de un derecho,

moralmente justificado, para aspirar a una acción de política colonial. Sólo cuando el Reich abarcando la vida del

último alemán no tenga ya la posibilidad de asegurar a éste la subsistencia, surgirá de la necesidad del propio pueblo,

la justificación moral de adquirir posesión sobre tierras en el extranjero. El arado se convertirá entonces en espada y

de las lágrimas de la guerra brotará para la posteridad el pan cotidiano.

La pequeña población fronteriza de Braunau me parece constituir el símbolo de una gran obra. Aun en otro sentido se

yergue también hoy ese lugar como una advertencia al porvenir. Cuando esta insignificante población fue –hace más

de cien años-escenario de un trágico suceso que conmovió a toda la nación alemana, su nombre quedó inmortalizado

por los menos en los anales de la historia de Alemania. En la época de la más terrible humillación impuesta a nuestra

patria rindió allá su vida por su adorada Alemania el librero de Nüremberg, Johannes Philipp Palm, obstinado

“nacionalista” y enemigo de los franceses1. Se había negado rotundamente a delatar a sus cómplices, jejor dicho a los

verdaderos culpables. Murió, igual que Leo Schlagetter, y como éste, Johannes Philip Palm fue también denunciado a

Francia por un funcionario. Un director de la policía de Augsburgo cobró la triste fama de la denuncia y creó con ello el

tipo que las nuevas autoridades alemanas adoptaron bajo la égida del señor Severing2.

1

Johannes Philipp Palm fue fusilado por orden de Napoleón el 26 de agosto de 1806, acusado de la publicación de un folleto titulado “Alemania en su

más profunda humillación”.

2 Ministro del Interior durante el régimen social-demócrata.

En esa pequeña ciudad sobre el Inn, bávara de origen, austríaca políticamente y ennoblecida por el martirologio

alemán vivieron mis padres allá por el año 1890. Mi padre era un leal y honrado funcionario, mi madre, ocupada en los

quehaceres del hogar, tuvo siempre para sus hijos invariable y cariñosa solicitud. Poco retiene mi memoria de aquel

tiempo, pues, pronto mi padre tuvo que abandonar ese pueblo que había ganado su afecto, para ir a ocupar un nuevo

puesto en Passau, es decir, en Alemania.

En aquellos tiempos la suerte del aduanero austríaco era “peregrinar” a menudo; de ahí que mi padre tuviera que

pasar a Linz, donde acabó por jubilarse. Ciertamente que esto no debió significar un descanso para el anciano. Mi

padre, hijo de un simple y pobre campesino, no había podido resignarse en su juventud a quedar en la casa paterna.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (14.4 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com