Diego Portales

• En 1830 es la fecha en la cual los liberales son derrotados por los conservadores en la batalla de lircay, por ende, se inicia un periodo conservador, lo que da fin de la guerra civil de 1829 ya que hasta este triunfo el país habría vivido o sumido en la anarquía, o en un periodo de “ensayos constitucionales” como lo llamo Julio Heise, que marca en realidad una época de aprendizaje republicano. Este nuevo periodo se consolidó formalmente en 1831 con la elección del general josé Joaquín prieto, donde comienza el periodo político de Diego Portales ya que se le nombró Ministro del interior, relaciones exteriores, de guerra y marina lo que le permitió pasar a ser el hombre que mayor influencia tuvo en la organización y estabilización de la naciente República, poder, que a mi parecer lo convirtió en un dictador.

Portales era un convencido que el fundamento de la organización republicana era el orden, lo que definió en su “epistolario y reflexiones” cuyo ícono es la carta enviada a su socio José Manuel Cea. A su juicio, según se desprende de este documento, se debía dejar caer "el peso de la noche" para que pudieran desarrollarse los negocios particulares, privilegiando el orden público por sobre las libertades ciudadanas, su idea respecto al orden era hacía el ámbito social, creyendo que solo la clase dirigente, poseedora de la riqueza estaba capacitada para gobernar, excluyendo así, a todos los demás, siendo la constitución de 1833 quien recogería estos principios, institucionalizando el “orden portaliano” lo que se caracterizada por los gobiernos autoritarios que postulaban un ideario político de orden y obediencia de la sociedad civil frente a la autoridad. En este sentido destaca la represión contra la criminalidad cuyo ícono fueron los presidios ambulantes. La actividad política estuvo centrada en las alianzas estratégicas tendientes a obtener el favor y apoyo de la aristocracia y los sectores poderosos de la Iglesia Católica, pero además en la coerción de la oposición protagonizada por los liberales.

También creía que era necesaria una autoridad fuerte con las más amplias atribuciones constitucionales, ya que según él, la situación del país lo ameritaba siendo que consideraba que el autoritarismo era necesario para una sociedad llena de vicios y donde los ciudadanos carecen de toda virtud, pero que esto fuese hasta que la cultura cívica y la estabilidad del país permitieran el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos. El sistema de gobierno imperante entre 1830 y 1861 en Chile, se caracterizó por entregar al Presidente amplios poderes, haciéndolo asumir como “Jefe de Estado” y “Jefe de Gobierno” viéndose reflejando en que poseían amplias atribuciones, como por ejemplo, la posibilidad de ser reelecto para gobernar por dos períodos consecutivos.

y también de las disposiciones constitucionales, una serie de prácticas

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