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Miguel Alemán Valdés (1946-1952)


Enviado por   •  28 de Marzo de 2016  •  Biografías  •  2.521 Palabras (11 Páginas)  •  447 Visitas

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Miguel Alemán Valdés (1946-1952)

El gobierno de Miguel Alemán se hizo notar por el anticomunismo, fortalecido por las presiones de Estados Unidos, y se convirtió en bandera de todo aquel que quisiera formar parte del gobierno, incluyendo a los gremios obreros. Los grandes sindicatos (petroleros, ferrocarrileros, electricistas) trataron de conservar su autonomía y su capacidad de decisión; sin embargo, era evidente que las políticas oficiales consistían en contener al máximo las demandas obreras en beneficio del sector privado.

Se hicieron reformas al artículo 27 de la constitución, sin duda, Alemán quiso aprovechar los primeros días de gobierno para modificarlo. Se proponía el aumento de la producción en el campo para ampliar exportaciones y sustituir importaciones; el agro debería apoyar la industrialización. Alemán creía que un buen desarrollo del campo podía generarse a través de la inversión privada. Otorgó el amparo a los predios agrícolas o ganaderos con certificados de inafectabilidad y fijó el límite de la pequeña propiedad en cien hectáreas. Estas reformas fueron aprobadas por unanimidad en las Cámaras, y la CNC no se atrevió a quejarse, a pesar de que el amparo agrario socavaba a los campesinos pobres.

Sólo los ejidatarios de La Laguna, protestaron, pero se quedaron solos. En el primer trienio de gobierno, prácticamente se detuvo la repartición de tierras. Hasta 1949, cuando arreciaron las manifestaciones, los mítines de protestas y las terribles marchas de campesinos a la capital, el presidente reanudó la repartición, pero, con tierras casi inútiles.

Desde principios de 1946 la fiebre aftosa llegó al sur y se diseminó entre el ganado mexicano. El gobierno estadounidense consideró que la epidemia podía extenderse a su país y presionaron para que se usara el fusil sanitario, que consistía en sacrificar a todo el ganado enfermo. En 1947, Alemán decidió complacer a los estadounidenses, se formó un equipo binacional y se decidió exterminar dos mil reses por día durante todo el año. Desde que inició la campaña, las protestas se hicieron sentir en casi todo el país, y surgió un fuerte sentimiento antiestadounidense. Los campesinos a veces preferían irse a las montañas con todo y su ganado y, otros, se enfrentaron a los del “rifle sanitario”. El gobierno, preocupado, reiteró que se indemnizaría a los afectados con el pago del valor comercial de cada res sacrificada. Pero había un notorio tráfico de indemnizaciones, además, en vez  de dar dinero o tractores, el gobierno entregaba mulas. En noviembre de 1947, Alemán presentó un plan que combinaba la cuarentena, las vacunas y la matanza de animales “solo en caso necesario”. Durante el sexenio, de hecho sólo se utilizó la vacunación, pero en menos de un año la política moderna acabó con cerca de 700 mil cabezas de ganado.

A causa de la Segunda Guerra Mundial, México suscribió con Estados Unidos un “convenio temporal” para que miles de campesinos fueran a auxiliar a los agricultores estadounidenses. Al terminar la guerra, el país vecino ya no parecía a favor de la política del bracerismo, entre otras cosas porque había ingresado gran cantidad de ilegales. Se iniciaron deportaciones masivas de espaldas mojadas, y la cuestión con mucha frecuencia ocupó los titulares de los periódicos, pues las autoridades migratorias de Estados Unidos sometían maltratos inhumanos a los braceros, además de que éstos por lo general padecían condiciones de explotación.

El presidente Alemán ejerció el control del aparato político, una de sus vías fue la destitución de gobernadores, el primero fue el de Jalisco, Marcelino García Barragán, quien se había empeñado en apoyar la candidatura de Henríquez Guzmán. En marzo de 1947 destituyo a Hugo Pedro González del gobierno de Tamaulipas, por sostener la “precandidatura” de Rojo Gómez. Para tal efecto se utilizaba el artículo 76 de la Constitución, el cual otorgaba la Desaparición de Poderes, que acabaría poniéndose de moda entre los presidentes mexicanos. También destituyo a Juan M. Esponda, gobernador de Chiapas, connotado vendedor de presidencias municipales; y el de Oaxaca, Edmundo Sánchez Cano. En Durango, el gobernador Blas Corral se enfermó de muerte y tuvo que hospitalizarse, con lo cual ocasiono un lío en el que hubo dos gobernadores interinos. El gobernador de Coahuila, Ignacio Cepeda Dávila, se suicidó y en julio de 1947 y sustito no le gustó al centro, así que pronto fue sustituido por un hombre de Alemán. En ocho meses seis gobernadores habían sido destituidos y el presidente tenía en sus manos casi todo el poder.

En el sector obrero la división era patente y se manifestó con claridad cuando los opositores, los líderes ferrocarrileros Luis Gómez Z. y Valentín Campa, optaron por crear una nueva Confederación, la Única de Trabajadores (CUT), que se llevó a telefonistas, petroleros, electricistas, tranviarios, mecánicos de aviación, cementeros y otros, casi 200 mil miembros salieron de la CTM.

En enero de 1947 echaron a andar las célebres mesas redondas marxistas, en las que participaron el Partido Comunista Mexicano, la Universidad Obrera, la Acción Socialista Unificada y varios intelectuales importantes, entre ellos José Revueltas. A fin de cuentas, casi todos coincidieron en que Alemán era un “burgués progresista” y en apoyar la industrialización.

Tras llevar a cabo sus trabajos preparatorios, Lombardo Toledano finalmente constituyó el Partido Popular, en 1948, entre sus adeptos se contaban José Revueltas, Enrique Ramírez y Ramírez y Salvador Novo. El gobierno se distanció de manera estratégica de Lombardo Toledano, quien a partir de ese momento se vio obligado a hacerle el juego al gobierno para poder sobrevivir.

La devaluación precipitó problemas con los trabajadores. En 1948, los ferrocarrileros eligieron a Jesús Díaz de León, mejor conocido como “El Charro” por su afición a las suertes de la charrería.  Pero el verdadero poder lo conservaba Luis Gómez Z. El presidente Alemán innovó al implantar el charrismo como una forma de manipulación de los obreros a través de sindicatos blancos (controlados) y el envío a la cárcel de los líderes rebeldes. Díaz de León acusó a Gómez Z. y a Pedro Sánchez Castorena de un desfalco de más de 200 mil pesos, y llevó los alegatos a un pleito penal, lo que significaba la intervención del gobierno. El resultado fue que el gobierno apoyó enteramente a Díaz de León, lo reconoció oficialmente y acabó enviando a la cárcel a Gómez Z., a Sánchez Castorena y a Valentín Campa.

Los beneficiarios del gobierno del gobierno de Miguel Alemán era el grupo de empresarios conocidos como la “Fracción de los Cuarenta” (todos ellos hicieron su fortuna en esa década), y quizá por eso a la gente le gustaba referirse a “Alí Baba y los cuarenta ladrones”. Jorge Pasquel y Melchor Perrusquía eran empresarios muy cercanos al presidente, al igual que Bernardo Quintana, Bruno Plagliai, Eloy Vallina, Carlos Hank González, Gastón Azcárraga, Rómulo O’Farril, Gabriel Alarcón y Carlos Trouyet. De todos estos magnates, con el tiempo surgieron los poderos grupos ICA, COMERMEX, Atlántico e Industria y Comercio. Años después, Alemán y sus amigos llegaron a tener un gran control de los medios de comunicación a través de empresas como Televisa, Novedades, El Heraldo de México, Avance, Editorial Novaro y Editorial Diana. Con Emilio Azcárraga, Alemán intervendría en el ramo turístico a través de los hoteles Fiesta Palace, Paraíso Marriot, Ritz y Condesa del Mar, en Acapulco.

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