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Actividad 4 Mundo antiguo.Clases egipcias


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2021  •  Apuntes  •  2.409 Palabras (10 Páginas)  •  116 Visitas

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El faraón

La nobleza

La casta sacerdotal[pic 7]

Escribas

Comerciantes y mercaderes

Artesanos

Campesinos

Esclavos

La sociedad egipcia estaba estructurada teniendo como

cabeza central al faraón, dueño de las tierras de Egipto y con influencia

absoluta sobre sus súbditos. A todo lo largo de la historia antigua egipcia, el faraón dispuso de autoridad absoluta en todas las esferas de la administración, aunque sus responsabilidades cotidianas quedaran necesariamente delegadas en su visir y en un número cada vez mayor de funcionarios.

La nobleza estaba constituida por los parientes del faraón, altos funcionarios del gobierno egipcio (gobernadores de una provincia o “nomo”) y ricos señores terratenientes

El visir es uno de los cargos más destacados durante toda la civilización egipcia y ya se conoce la importancia del visir desde la IV dinastía, aunque su existencia es incluso anterior. El visir es el jefe de todo el poder ejecutivo, “el guía de los grandes del Alto y Bajo Egipto”, “juez supremo”, director de las dos tierras y de los dos graneros, y además de todos los trabajos del faraón.

El régimen de Egipto era teocrático; el soberano político era también un Dios. Como tal, detentaba la responsabilidad última en cuanto al mantenimiento del orden divino en el país. Obviamente, el rey no podía estar presente en todas las ceremonias que se celebrasen en los numerosos templos de Egipto. Era preciso que delegase en unos representantes que pudiesen asumir las funciones de aquél en el lugar. Ese fue el origen de la clase sacerdotal.

Los nobles eran apoyados en sus tareas por funcionarios y escribas, quienes, al estar en contacto con los pueblos, lograban que la administración fuera más eficiente. Ellos se caracterizaban por saber leer, escribir y ser grandes calculistas, debiendo estudiar durante cinco años.

Era un grupo de intermediarios que se dedicaban a la compra y venta de todo tipo de productos desde los más básicos (cereales, hortalizas, fruta, vino…) hasta los objetos más finos y caros traídos desde de tierra de Punto Palestina y que vendían a los nobles o al propio faraón y su familia.

Algunos comerciantes tenían su propio establecimiento, mientras que otros negociaban en las plazas del mercado y los bazares de las ciudades. Algunos poseían flotas de naves que surcaban los mares lejanos en busca de mercancías valiosas procedentes de países distantes

Eran las personas encargadas de realizar con sus manos una serie muy diversa de objetos desde los más necesarios y utilitarios como vajillas hasta esculturas de bulto redondo, fresco o bajo relieves. Los artesanos egipcios, trabajarán dentro de dos tipos de talleres: los talleres oficiales, que están en torno a los palacios y los templos y es donde se forman los grandes artistas y obras, y los talleres privados, destinados a clientes que no estuvieran relacionados ni con la monarquía ni con la religión.

Los campesinos eran el grupo más numeroso, y vivían en pequeñas chozas de adobe, junto con sus bestias, a orillas del río Nilo. Su vida estaba dedicada a las tareas agrícolas, siendo permanentemente vigilados por los funcionarios del faraón. Los frutos de las cosechas obtenidas se dividían en dos partes: una para ellos, y otra que se depositaba en los almacenes de los faraones para alimentar a los funcionarios reales.

En Egipto existía la esclavitud, pero no en el sentido clásico de la palabra. Los siervos “forzosos” tenían derechos legales, percibían salario y hasta podían ser ascendidos. Los malos tratos no eran frecuentes, y cuando ocurrían, el esclavo tenía derecho a reclamar ante los tribunales, aunque únicamente si el castigo había sido injusto. Para servir en las mejores familias incluso había voluntarios. A veces, personas arruina das se vendían a sí mismas a familias de buena posición. Los esclavos adscritos al servicio doméstico podían considerárseles afortunados.

Los faraones fueron considerados seres divinos ya durante las primeras dinastías y eran identificados con el dios Horus. A partir de la dinastía V también eran “hijos del dios Ra”. Tras su muerte el faraón se fusionaba con la deidad Osiris y adquiría la inmortalidad, siendo entonces venerados como un dios más en los templos. Además, el faraón mantenía simbólicamente la unidad del país, ejerciendo su poder sobre el Alto y Bajo Egipto. Esta dualidad unitaria tenía como regia representación una corona que combinaba un doble diseño

La función que siempre mantuvo el visir, a lo largo del tiempo fue la de “Administrador de la Justicia”, de la mAat, Maat, aspecto importantísimo y fundamental dentro de la organización egipcia. Como tal, impartía justicia y nombraba a los magistrados.

El cargo de visir era el de mayor jerarquía en el antiguo Egipto; se reunía con el rey varias veces al día para mantenerlo puntualmente informado de todo lo que acontecía en sus dominios.

En la cúspide de la jerarquía sacerdotal figuraba el pontífice, llamado Sem. Sin duda era un hombre muy culto, uno de los ancianos del templo, dotado además de considerable capacidad administrativa y habilidad política. Estaba encargado del buen funcionamiento del templo y su patrimonio, y oficiaba todas las ceremonias solemnes. Esta autoridad normalmente se reclutaría de entre las propias filas del clero, aunque era prerrogativa del faraón el nombrar a quien prefiriese para estos cargos.

Los escribas eran indispensables para el funcionamiento del aparato estatal. En Egipto, el buen funcionamiento del Estado reposaba, esencialmente, en los escribas. Su misión consistía en transcribir las órdenes, anotar y controlar, en general, las actividades económicas. Estos burócratas estaban adscritos al palacio del faraón, pero también los había dependientes de los templos y del ejército.

. El porcentaje de los productos e incluso de los bienes manufacturados que llegaba a los mercados era probablemente pequeño. Era de poca importancia para la supervivencia del productor individual, pero proveía de la base económica para el desarrollo de la gran cultura egipcia. La mayor parte de la producción era consumida por los propios productores. Lo que quedaba después de que los dueños de las tierras y los recaudadores de impuestos se llevasen sus partes, podía ser vendido en el mercado local a sus vecinos.

Carpinteros, metalúrgicos, joyeros, ceramistas, escultores, pintores, vidrieros, tejedores, albañiles nos han dejado un buen número de piezas que hacen alusión a la importancia de la artesanía en la época, realizando tanto objetos suntuosos como de primera necesidad, con jornadas laborales largas.

Los campesinos constituían el ochenta por ciento de la población egipcia La mayoría de los campesinos trabajaban en los campos de la producción de cultivos, mientras que otros trabajaban como sirvientes en las casas de los nobles ricos Durante la temporada de inundaciones, que duraba unos tres meses, los campesinos solían trabajar en grandes proyectos de construcción para el gobierno.

Muchos piensan que las pirámides fueron obras de esclavos, pero en realidad fueron obras de personas libres, eso sí, a contratos que les obligaba prestar servicios al Estado durante los meses de crecida del Nilo. El papel de los esclavos no fue muy relevante en la economía de Egipto, a pesar de lo que la Biblia da a entender.

Otro poder que tenía el faraón era el ser el jefe supremo de los ejércitos y el encargado de nombrar a sus generales. En muchos relieves, frescos y papiros egipcios nos encontramos con una enorme figura representando al faraón triunfante contra sus adversarios, lo cual es interpretado por los arqueólogos y egiptólogos como un signo de megalomanía, egocentrismo y despotismo. Es una propaganda ante el pueblo de su poder aglutinando los poderes divinos y, por tanto, sirve de defensa contra cualquier intento de agresión o invasión por parte extranjera.

Los nomarcas manejan a la provincia en todos los ámbitos civiles, administrativos, económicos y religiosos del territorio que le ha sido delegado por la propia persona del faraón. La responsabilidad complementaria del faraón con los nomarcas en las áreas económicas y religiosas les confirieron a éstos el campo orégano como para empezar a destacar se las ambiciones individuales que, aprovechando la debilidad de la Corona, se manifestaron abiertamente en el Primer Período Intermedio, constantemente reafirmadas por luchas internas y fratricidas. Las provincias, finalmente, se alzaron contra la “Administración Central”

Una de las funciones, tal vez la más importante de los sacerdotes, era la custodia de las estatuas sagradas u "oráculos". De entre los sacerdotes, una minoría selecta tenía el privilegio de entrar en el "santísimo" de cada templo para atender al cuidado del oráculo. Aunque no hiciesen falta unas convicciones religiosas muy firmes para desempeñar el empleo, el sacerdote debía purificarse antes de entrar en contacto con la divinidad. Para ello era necesario que se afeitase todo el vello del cuerpo y los cabellos; los piojos eran una plaga común en Egipto y el afeitado evitaba su proliferación.

También eran los encargados de inscribir, clasificar, contabilizar y copiar, utilizando varios tipos de escritura, como la hierática o demótica, que permitía escribir rápidamente, con la ayuda de un cálamo sobre papiros (papel hecho de fibras de la planta papiro), en las paredes de las pirámides o en placas de arcilla u ostracas y piedra.

Los comerciantes se desplazaban dentro de Egipto en barco o en caravanas. Vendían una gran cantidad de productos, tales como incienso, esmeraldas, ébano y marfil, que los traían desde lugares muy apartados. Las fuerzas mercantiles parece que jugaban un rol por encima de los demás durante los periodos en que la administración caía en la bancarrota.

El comercio exterior egipcio siempre estuvo, casi exclusivamente, en manos estatales. Los barcos se utilizaban para el comercio y cruzando el mar Rojo se adentraban hasta las lejanas tierras de Punt.

En los pueblos aparecieron pequeñas factorías, a menudo financiadas por los nobles ricos: panaderías, cervecerías, carpinterías…, todas con apenas una docena de empleados. En estas fábricas, en cambio, los empleados eran siempre hombres. Durante el Imperio Nuevo, se introdujeron pisos superiores en los edificios dedicados a estos menesteres La mayor parte de los productos de minería eran de poco interés para la mayor parte de la población egipcia, con excepción de un pequeño número de ricos y nobles.

El campesino egipcio tenía que, en primer lugar, preparar las tierras, marcando las lindes de los terrenos para evitar pleitos y establecer la base sobre la que pagar los impuestos. El arado de las tierras era el siguiente paso, utilizando vacas u hombres excepcionalmente. Después venía la siembra: trigo, lino y cebada eran los cultivos más habituales. El tiempo que transcurría hasta la cosecha se ocupaba en el riego de las zonas más alejadas del río, el adecuamiento de los canales, el trabajo colectivo o la lucha contra los pájaros que se comían los pequeños brotes.

La esclavitud nunca fue muy importante en el Antiguo Egipto, en donde los esclavos nunca llegaron a ser más de un 5% de la población total y su empleo se limitaba en gran parte al servicio doméstico de la familia real y los grandes potentados del Estado. Contrario a lo que pasó, posteriormente en Roma, en Egipto se daban cuenta que sustituir el campesino egipcio por esclavos, hubiera bajado mucho el rendimiento de la tierra, aparte de crear un problema social de primer orden

El faraón era también el juez supremo en Egipto. Los dioses le habían entregado jurídicamente la creación entera. Sabemos que Ramsés III estableció, al final de su largo reinado, dos tribunales de justicia, uno compuesto por seis miembros denominado Los grandes príncipes del Tribunal de instrucción que juzgaba a los funcionarios de bajo rango y otro tribunal formado por cuatro jueces que se ocupaba de juzgar a los altos funcionarios.

Los nomarcas también se ocupaban de la gestión de bienes que pertenecen al dominio religioso, que implican las ofrendas de alimentos y los objetos materiales destinados al culto. Este campo, que es expresamente mencionado en las autobiografías de la Sexta Dinastía está ausente de las de los primeros Hry tp aA’s, cuyas funciones se centran en las cuestiones administrativas y burocráticas del territorio adjudicado a su persona.

Las mujeres también servían en los templos siguiendo el mismo régimen rotatorio de los hombres. A menudo, estas mujeres eran esposas de los sacerdotes y sus hijos podían he redar el oficio de los padres. Las mujeres podían ser cantoras (chemait), músicas (hesit) o bailarinas (jebait). Durante el Imperio Antiguo y el Nuevo Reino, muchas mujeres de clase acomodada sirvieron a la diosa Hathor. En el culto a Amón, la posición más importante que ocupaba la mujer era la de Divina Adoratriz. Las mujeres que ocuparon este puesto fueron hijas o hermanas del faraón reinante

El escriba egipcio solía proceder de la clase baja, pero era inteligente y educado. Sus útiles eran una paleta con huecos para tintas de diferentes colores, una jarra de agua y un cálamo de papiro con su estuche. Conocía bien los documentos legales y comerciales de la época, y los preparaba al dictado o de otras maneras, un trabajo por el que recibía una remuneración.

Una fuente más lejana de riquezas se hallaba en la inhóspita zona sur del Sinaí. Expediciones egipcias con objetivos científicos y económicos localizaron en aquellas zonas canteras de cobre y piedras preciosas (turquesas). La presencia de los egipcios en aquellas tierras viene documentada por la existencia de un rústico templo en honor a la diosa Hathor, levantado en lo que debió de ser uno de los campamentos egipcios.

A diferencia del artesano de hoy día, que disfruta de la consideración propia de un artista y sus obras firmadas poseen un gran valor intrínseco, el artesano del Antiguo Egipto era un ser anónimo, objeto de mofa para la arrogante clase de los escribas. Además, la mayoría de los artesanos eran empleados al servicio del faraón, del gobierno o de los templos, y trabajaban en grandes talleres perfectamente organizados o formaban parte de comunidades especializadas como, por ejemplo, las de los constructores de las tumbas reales en Dehir-el-Medina

Los campesinos estaban en la más baja escala social (si se excluye a los esclavos) ya que se encontraban en régimen de semiesclavitud, sujetos a las corvadas, es decir al trabajo para el Estado no remunerado determinados días al año. Durante la inundación, los trabajos agrícolas eran mínimos y puesto que el faraón era el señor absoluto de sus súbditos, destinaba una parte importante de la población, no sólo a la construcción de las grandes obras, sino a todas las de carácter público en general.

Los esclavos no tienen el mismo estado en el Antiguo Egipto que en épocas posteriores como ocurrió durante la época de la expansión europea. Por ejemplo, los esclavos podían poseer tierras, podían casarse con personas nacidas libres, e incluso llegan a ser funcionarios. La esclavitud en Egipto no significa propiedad total, como se asociará con el concepto posterior de la esclavitud.

Bibliografía: Historia Digital, XVII, 29, (2017). ISSN 1695-6214 © Benedicto Cuervo Álvarez, 2017 (pdf)

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