Analogia De La Melancolia
senseialfredo17 de Octubre de 2012
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ROBERT BURTON
ANATOMÍA DE LA MELANCOLÍA
(SELECCIÓN)
COLECCIÓN AUSTRAL
ESPASA-CALPE, S. A.
R o b e r t B u r t o n A n a t o m í a d e l a m e l a n c o l í a
Primera edición popular para la COLECCIÓN AUSTRAL
Traducción del inglés y prólogo de Antonio Portnoy.
Queda hecho el depósito dispuesto por la ley Nº 11.723.
Todas las características gráficas de esta colección han sido registradas
en la oficina de Patentes y Marcas de la Nación.
Copyright by Cía. Editora Espasa-Calpe Argentina, S. A.
Buenos Aires, 1947.
IMPRESO EN ARGENTINA
PRINTED IN ARGENTINE
Acabado de imprimir el 21 de enero de 1947.
Cía. Gral. Fabril Financiera, S. A. - Iriarte 2035 - Buenos Aires
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ÍNDICE
PRÓLOGO...........................................................................................................................4
EXCELENCIA, DEGENERACIÓN, MISERIAS Y ENFERMEDADES DEL
HOMBRE — SUS CAUSAS...............................................................................................6
DEFINICIÓN, NÚMERO Y CLASIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES ..............11
DEFINICIÓN Y NATURALEZA DE LA MELANCOLÍA.............................................13
FORMAS DE LA MELANCOLÍA...................................................................................19
CAUSAS DE LA MELANCOLÍA....................................................................................21
CAUSAS CONGÉNITAS DE LA MELANCOLÍA .........................................................37
CAUSAS PARTICULARES (NO CONGÉNITAS) DE LA MELANCOLÍA.................41
SÍNTOMAS DE LA MELANCOLÍA...............................................................................59
CURACIÓN DE LA MELANCOLÍA...............................................................................64
CUADRO SINÓPTICO DE LOS MEDIOS CURATIVOS DE LA MELANCOLÍA......70
PRÓLOGO
Una de las obras que han hecho época en los anales de la ciencia europea es la Anatomía de la
melancolía que en traducción parcial ofrecemos en las páginas que siguen.
La edición princeps inglesa publicóse en 1621, y a pesar de los siglos transcurridos conserva el
tratado un interés innegable y no escaso valor científico. Sólo que a ese interés se opone, como serio
obstáculo que hace dificultosa la lectura, el fárrago de citas latinas de que está atestada cada página,
resultado de la excesiva escrupulosidad del autor en mostrar las fuentes bibliográficas de que se valió,
entre las que figura el famoso Tratado del alma del gran humanista español Luis Vives.
La obra original se titula: The anatomy of melancholy, what it is with all the kinds causes,
symptoms, prognostics and several cures of it (Anatomía de la melancolía y naturaleza de la misma, con
todas sus causas, síntomas y pronósticos y diversos medios de curarla), y puede considerarse como una
verdadera enciclopedia, densa y notablemente documentada, sobre una afección que aun en nuestro
tiempo constituye uno de los capítulos más oscuros y complejos de la psiquiatría.
Debe advertirse que en la época de Burton el término anatomía tenía un sentido amplísimo que ha
perdido y por eso no concuerda con nuestro concepto moderno sobre el particular. En la obra se
estudian —en sendas partes— los caracteres, causas, síntomas, pronóstico y curación de la enfermedad
y se dedican extensos apéndices a la melancolía erótica y a la mística.
Roberto Burton nació en Lindley, Leicestershire (Inglaterra) el 8 de febrero de 1576. Estudió en el
colegio Brazen Nose y se distinguió particularmente en las disciplinas filosóficas. En 1599 se incorporó
al personal docente del colegio anexo a la Christ Chufch (iglesia de Cristo) y contó con la protección del
doctor Juan Bancroft, más tarde obispo de Oxford, ciudad donde pasó casi toda su vida.
En 1618 se le designó vicario de Santo Tomás, suburbio de Oxford, y veinte años después lord
Berkeley lo favoreció con el nombramiento de rector de la parroquia de Seagrave, cargo que aceptó en
las postrimerías de su vida tras de oponer serios reparos.
Lector ávido, pudo documentarse ampliamente para escribir su obra maestra sobre la melancolía,
que dedicó al nombrado lord Berkeley, gracias a los libros que le facilitara Juan Rouse, funciona/rio de
la Biblioteca Bodleiana de Oxford. Latinista consumado y conocedor también del griego, llegó a poseer
una cultura vastísima, sin dejar de pagar tributo a ciertas artes supersticiosas, entre ellas la astrología
judiciaria, en la que tuvo fe ciega.
Enfermo de melancolía, se dedicó tenazmente al estudio de su propia enfermedad y dícese que
compuso su voluminosa obra como un medio de procurar lenitivo a su padecimiento. En vida del autor
(Democritus Júnior, según se llamaba a sí mismo) vieron la luz cinco ediciones, todas en folio, con varias
modificaciones; queda, como edición ne varietur o definitiva, la sexta (1651-1652), reimpresa muchas
veces.
El famoso libro ha valido al autor el renombre de Montaigne inglés, y ha influido indudablemente
en la formación del estilo de grandes literatos ingleses, como Milton, Johnson, Sterne, Byron, Lamb, etc.
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Burton compuso en latín la comedia Philosophaster, estrenada en el colegio de Christ Church en
1616. Dialogan en ella los pedantes y charlatanes de una supuesta universidad española.
Falleció en 1639 y fué enterrado con solemnes exequias. Un epitafio expresa que consagró su vida
al estudio de la melancolía y murió a causa de la misma afección:
Paucis notus, paucioribus ignotus,
Hic jacet Democritus junior
Cui vitam dedit et mortem
Melancholia.
Ob. 8 Id. Jan. A. C. MDCXXXIX.
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EXCELENCIA, DEGENERACIÓN, MISERIAS Y
ENFERMEDADES DEL HOMBRE —
SUS CAUSAS
EXCELENCIA DEL HOMBRE. — El hombre es la más excelsa y noble de las criaturas del mundo, «la
más importante y más potente obra de Dios, maravilla de la naturaleza», según lo calificó Zoroastro;
audacis naturae rniraculura, «la maravilla de las maravillas», al decir de Platón; «cifra y compendio del
mundo», según Plinio.
Es un microcosmos, un mundo en pequeño, dechado de la Creación, señor soberano de la Tierra,
virrey del mundo, único amo y gobernante de todos los seres que lo pueblan, de cuyo imperio esos seres
son meros vasallos o súbditos que se avienen a prestarle obediencia.
Descuella sobre todo el resto de la Creación por la superioridad de su físico y de su espíritu.
Imaginis imago, fué creado a imagen y semejanza de Dios, de su propia substancia inmortal e incorpórea,
con todas las facultades y potencias que le son propias.
Ha sido al principio puro, divino, perfecto, dichoso, «creado a ejemplo de Dios en verdadera
santidad y justicia»; Deo congruens, libre de dolencias de cualquier especie y puesto en el Paraíso para
conocer a Dios, para admirar y glorificar al Señor, para hacer su voluntad, ut diis consimiles parturiat
deos (como expresó un poeta antiguo) y para propagar el sagrado culto.
DEGENERACIÓN Y MISERIA DEL HOMBRE. — Pero esta criatura, la más noble de todas, ¡oh lastimosa
mutación!, como exclama Palanterio, decae de lo que fué y degenera en su estado, convirtiéndose en un
hombrecillo miserable, en un náufrago y ruin sujeto, una de las más míseras criaturas del mundo, si se la
considera en su naturaleza propia, un ser que no se regenera y así ensombrecido por sus faltas que lo
hacen inferior al animal (exceptuando algunos pocos caracteres que conserva), «cuando pierde la
dignidad humana se asemeja a una alimaña que perece», como dijo de él David en sus Salmos, a un
monstruo, por estupenda metamorfosis, a un zorro, un perro, un cerdo. ¿Qué no es entonces? ¡Y cuánto se
aleja de lo que fué! Al principio, un santo y un bienaventurado, ahora un ser mísero y execrable. Debe
ganar el pan con el sudor de su frente, como se lee en el Génesis, y está amenazado por la muerte y por
toda especie de enfermedades y de calamidades.
Kudo es el trabajo impuesto a los hombres y pesado el yugo que deben soportar los hijos de Adán,
desde e] día que salen del vientre materno hasta que vuelven a la madre de todo lo creado. La idea de la
muerte los persigue y son víctimas de sus propios pensamientos, sus temores y los engendros de su
imaginación.
Comenzó el hombre por sentarse eri glorioso trono para caer muy bajo hasta la región de la tierra y
las cenizas; vistióse de fina seda azul y luego usó ropas de lienzo basto o estameña. Tanto el ser racional
como el irracional conocen la ira, la envidia, la aflicción, la inquietud, el temor a la muerte, etcétera, pero
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mucho más hacen presa esos sentimientos en el impío o el ateo. Todo ello le sucede en esta
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