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Baldomero Lillo

ximesol5 de Noviembre de 2013

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martes, 12 de abril de 2011

SUBSOLE

Resumen de tres cuentos de Subsole

Irredención

Autor: Baldomero Lillo

La princesa asiste a un baile con la nobleza, la sangre real y lo más representativo del reino. La nota sensacional la dan las flores con su efecto maravilloso, donde las doncellas hacen un gran detalle de la fiesta en que se disfruta un gran buffet.

La reina regresa y obsesionada por sus recuerdos, tiene un sueño en el que su alma abandona la tierra y comparece ante el Supremo Juez, que a su derecha tiene el libro de la vida y a su izquierda un arcángel que sostenía la balanza de la justicia. Al fondo se encontraba el purgatorio y el paraíso. Producto del sueño su alma, se ve obligada a asistir al juicio de otra princesa con un asesino y ladrón. El platillo del asesino tenía más cargado de culpas, mientras que el de la princesa tenía buenas acciones como actos de piedad, caridad y abnegación, pero nada contrarrestaba al del asesino que tenía males, a pesar de que el diablo y otros seres malos se colgaban del platillo, nada hacía bajar el de la princesa que en lugar de flores aparecían duraznos sazones y miles de seres extraños.

Satanás iba a tomar el alma del condenado pero el juez finalmente envió al purgatorio, haciéndolo enojar.

Finalmente suena una voz terrible que da el veredicto:

- Mujer tu culpa es irrescatable. Todo el infierno no ha podido equilibrarse y ve pues con Satán por toda la eternidad.

- Un grito conmociona la servidumbre, cuando al señora presa de espasmos nerviosos despierta y dice; ya lo sabía yo, dormir con flores es como dormir con muertos y por ello se tienen pesadillas.

Las nieves eternas

Baldomero Lillo

Blanca plumilla de nieve es azotada por ráfagas y adherida a la arista de una roca se solidifica. Quería se libre e implora al sol tanto que con sus rayos pierde rigidez y se vuelve gota, cayendo al río en un filtro gigantesco que transita viendo toda la naturaleza, convenciéndose de que nadie es igualable a ella.

La gotita se niega a saciar la sed de las golondrinas que van al mar. Sale a vagabundear transformándose en arroyuelo y se divierte con el viaje, pero no coopera con las flores y las violetas que le dicen que se están secando. Ésta contesta que su vida vale más que las de ellas.

De pronto el arroyo se había hundido otra vez en la tierra y corría entre tinieblas hacia lo desconocido. Sumergida en el agua que ascendía con una burbuja de aire se encuentra una vez más bajo el cielo iluminada por el sol. Se encuentra nuevamente con la golondrina y ésta le pide agua porque se debilita y su tumba será el mar; la gotita se niega otra vez y dice que quién fulguraría el sol y lucirá las estrellas, pues ella es la reina del mar.

La golondrina muere y la gotita dice que ése era su merecido por vagabunda y bebedora de aire. La gotita se descuida, mientras que el sol asciende al cenit, transformándose en un leve jirón de vapor que sube inconmensurable por el océano, desciende y vuelve otra vez a valles y montañas. Las plantas piden agua, la nube llueve, pero la gotita se niega una vez más, ya evaporada por el sol. Se eleva tanto que se convierte de pronto en nieve y se solidifica, llegando al punto de partido, sintiéndose digna de un sitial excelso.

Sintiéndose aterrada por el frío le pide al sol que se compadezca de ella, que le dé su libertad; pero éste sin fuerza, ni calor le dice: Nada puedo contra las nieves eternas, pues mi rayo no fundiría a las nieves eternas.

El rapto del sol

Baldomero Lillo

Un rey poderoso que se enseñoreó dueño de toda la tierra, decía que la humanidad le parecía mezquina, haciéndose adorar como un dios y haciendo del capricho como su única ley.

Una noche

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