Biografia Cesar Vallejo
sofiapiedra29 de Marzo de 2012
3.242 Palabras (13 Páginas)1.600 Visitas
César
Vallejo
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, pueblo en una zona alta del Departamento de La Libertad, en Perú. Sus padres fueron Francisco de Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. César fue el menor de once hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indias y sus abuelos gallegos. Era un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, según recordó César González Ruano, en una entrevista publicada en El Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931.
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar No. 271 del mismo Santiago de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el Colegio Nacional San Nicolás de Huamachuco.
En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, mas debido a la carencia económica retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en sus tareas administrativas de gobernador y toma contacto con la realidad de los trabajadores de las minas de Quiruvilca, cerca de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su novela “El tungsteno”.
En 1911 viaja a Lima para matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero nuevamente abandona sus estudios por razones económicas o tal vez por desilusionarse de dicha carrera. Consigue un empleo de preceptor de los hijos de un rico hacendado de Acobamba (Departamento de Junín, sierra central peruana), trabajo en el que permanece durante siete meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle de Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios.
En 1913 regresa a Trujillo con el propósito de retomar sus estudios universitarios en Letras. A fin de costearse sus estudios, trabaja como maestro en el Centro Escolar de Varones Nº 241, y luego como profesor del primer año de primaria en el Colegio Nacional de San Juan, donde tuvo como pequeño alumno a Ciro Alegría, que más tarde se convertiría en un gran novelista. El 22 de septiembre de 1915 se gradúa de bachiller en Letras con su tesis “El romanticismo en la poesía castellana”.
En 1916 frecuenta con la juventud intelectual de la época agrupada en la "bohemia trujillana", conocida luego como el Grupo Norte, donde figuran Antenor Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Juan Espejo Asturrizaga, Macedonio de la Torre y Víctor Raúl Haya de la Torre. Publica sus primeros poemas en los diarios y revistas locales y se enamora de María Rosa Sandoval, joven atractiva e inteligente, que fue la musa inspiradora de algunos de sus poemas de “Los heraldos negros”.
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con quien sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta suicidarse a causa del desengaño. Es convencido por sus amigos para viajar a Lima a fin de proseguir sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y conseguir su doctorado en Letras y Derecho. Se embarca en el vapor Ucayali, y llega a Lima el 30 de diciembre de 1917. Conoce a lo más selecto de la intelectualidad limeña. En la capital, Vallejo se vinculó con escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar y su grupo Colónida, José Carlos Mariátegui; con ambos forma profunda amistad. También conoce a Luis Alberto Sánchez y Juan Parra del Riego. Publica algunos de sus poemas en la revista “Suramérica” del periodista Carlos Pérez Cánepa.
En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese año muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo consigue la plaza de director del plantel. Se enreda en otra tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una muchacha de 15 años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su puesto de docente. Otilia será la inspiradora de varios de sus poemas de “Trilce”.
En 1919 consigue empleo como inspector disciplinario y profesor de Gramática Castellana en el Colegio Guadalupe. Ese mismo año ve la luz su primer poemario “Los heraldos negros”, que muestran aún las huellas del modernismo en su estructura, aunque ya se vislumbran algunas características muy peculiares en el lenguaje poético. El poeta toca la angustia existencial, la culpa personal y el dolor, como, por ejemplo, en los conocidos versos "Hay golpes en la vida tan fuertes... ¡Yo no sé!" o "Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo". Circularon relativamente pocos ejemplares, pero el libro fue en general bien recibido por la crítica.
Su madre había fallecido en 1918. La nostalgia familiar lo empuja, en mayo de 1920, a retornar a Santiago de Chuco. El 1 de agosto ocurre el incendio y saqueo de una casa del pueblo, perteneciente a la familia Santa María Calderón, arrieros negociantes de mercaderías y alcohol desde la costa, suceso del que se le acusa injustamente como participante y azuzador, por el juez Quevedo Iturri. Se esconde pero es descubierto, apresado y encarcelado en un calabozo de Trujillo donde permanecerá durante 112 días.
Tras salir en libertad condicional, se dirige nuevamente a Lima, donde su cuento "Más allá de la vida y de la muerte" fue premiado en un concurso literario. El monto del premio lo destina a financiar otras publicaciones literarias. En octubre de 1922 sale a la luz su segundo poemario: “Trilce”. Es recibido tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún a comprender la literatura de vanguardia.
Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años 1920 y 1930. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática y otras técnicas utilizadas por los movimientos surrealistas.
En marzo de 1923, Vallejo publica una corta edición de “Escalas” o “Escalas melografiadas”, colección de relatos y cuentos, algunos ya vanguardistas. Otra narración suya, titulada “Fabla salvaje”, fue publicada el 16 de mayo de 1923 en la serie “La novela peruana”, dirigida por Pedro Barrantes Castro.
Es admitido nuevamente como profesor en el Colegio Guadalupe, puesto en el cual no durará mucho, tras ser declarado cesante. Hastiado de la mediocridad local, tenía ya sus miras puestas en el Viejo Mundo. Con el dinero que le adeudaba el Ministerio de Educación, se embarca rumbo a Europa, de donde no regresará más. Viaja en el vapor Oroya el 17 de junio de 1923, con una moneda de quinientos soles. Arriba a París el 13 de julio. Escribía para el diario “El Norte” de Trujillo, y las revistas “L'Amérique Latine” de París, “España” de Madrid y “Alfar” de La Coruña.
Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al punto que muchas veces tuvo que dormir a la intemperie. Inicia su amistad con el escritor español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con importantes intelectuales como Pablo Neruda y Tristan Tzara.
A principios de 1924 recibe la noticia de la muerte de su padre. En octubre es hospitalizado en un hospital de caridad pública, a consecuencia de una hemorragia intestinal. Fue operado y pudo restablecerse.
En 1925 empieza a trabajar como secretario de la recién fundada “Les Grands Journaux IberoAméricains” o “Los Grandes Periódicos Iberoamericanos”, una vasta organización publicitaria. También empieza a colaborar para la revista limeña “Mundial”. Ese año el gobierno español le concede una modesta beca para que pudiera continuar sus estudios universitarios de Derecho en España. En los dos años siguientes visitará periódica y brevemente Madrid a fin de cobrar a plazo fijo el monto de la beca, aunque sin estudiar; en octubre de 1927 renunciará a dicha beca. Nunca se doctoró en Letras ni en Derecho.
En 1926 renuncia a su trabajo en “Los Grandes Periódicos Iberoamericanos” y conoce a su primera compañera francesa, Henriette Maisse, con quien convivirá hasta octubre de 1928. Con Juan Larrea funda la revista “Favorables París Poema”, y con Pablo Abril de Vivero el semanario “La semana parisién”. Ambas publicaciones tuvieron vida efímera. Empieza a enviar colaboraciones para la revista limeña “Variedades”.
En 1927 conoce en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de 18 años que vivía con su madre en un apartamento situado enfrente del hotel donde se hospedaba. Profundiza sus estudios sobre el marxismo. Aparece una narración suya en “Amauta”, la revista que fundara en Lima su amigo José Carlos Mariátegui y en la que también reproduce varias de sus crónicas periodísticas.
En abril de 1928 nuevamente enferma de gravedad, pero se recupera a los pocos meses. Empieza a interesarse con más ahínco por las cuestiones político-sociales. Ese mismo año realiza su primer viaje a Rusia. Retorna a París y funda la célula parisina del Partido Socialista que fundara a su vez su amigo José Carlos Mariátegui en Perú (después denominado Partido Comunista Peruano).
En 1929 empieza a convivir con Georgette y junto con ella realiza un segundo viaje a Rusia. Se detiene en Colonia, Varsovia, Praga, Viena, Budapest, Moscú, Leningrado y varias ciudades italianas, antes de retornar a París. Empieza a colaborar para el diario “El Comercio”, como corresponsal oficial, y continúa colaborando con
...