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Biografía De Jose Marti


Enviado por   •  23 de Marzo de 2014  •  4.418 Palabras (18 Páginas)  •  278 Visitas

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Biografía del autor

José Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Hijo de los españoles Mariano Martí y Leonor Pérez, su vida fue una auténtica lucha a favor de la libertad en Cuba y para Cuba. Desde su juventud fue simpatizante del levantamiento del 68, lo que le supuso al año siguiente su primer paso por la prisión por conspirador. En 1871 fue desterrado a España, donde aprovechó para estudiar Filosofía y Letras y Derecho. En 1875 comenzó un periplo de años de constantes viajes a México (donde se casa el 20 de diciembre con la camagüeyana Carmen Zayas Bazán), Guatemala (donde conoció a María García Granados, la famosa «Niña de Guatemala» de sus Versos sencillos) y Nueva York, tras el que regresó temporalmente a Cuba en 1878. Trabajó allí como profesor, pero sin abandonar su constante preocupación política, y vio nacer a su hijo José Francisco el 22 de noviembre. En 1879 fue descubierta la conspiración que organizaba con el Movimiento, y fue desterrado de nuevo a España, para en 1880 establecerse como periodista en Nueva York, donde comenzó a contactar con militares cubanos, como el general Calixto García, y donde entró a formar parte como presidente del Comité Revolucionario Cubano. Pasó una pequeña temporada en Venezuela durante 1881, de donde también fue expulsado por causas ideológicas, para volver a Nueva York en 1882 y dedicarse allí a preparar la revolución final que consiguiera la independencia de Cuba: además de escribir y publicar Nuestra América el 10 de enero de 1891 en La Revista Ilustrada de Nueva York, consiguió dinero, armas, embarcaciones, entrenó a los revolucionarios, buscó apoyo internacional y mantuvo el espíritu de rebelión de los cubanos, para lo que realizó diversos viajes por países de Latinoamérica. En 1895, cuando todo estaba preparado, les fue confiscado el contingente logístico por parte del gobierno estadounidense, y contra viento y marea lograron prepararlo todo para, en mayo de 1895 Martí, junto con Máximo Gómez y otros más, desembarcar en Playitas y avanzar tierra adentro para reunirse con otras fuerzas revolucionarias. El 19 de mayo de aquel año las fuerzas del Apóstol, sobrenombre por el que ha sido conocido después por sus compatriotas, se enfrentaron al ejército español en Dos Ríos, batalla en la que murió el 19 de mayo el inspirador y héroe de la independencia cubana sin que sus compañeros pudieran siquiera rescatar su cuerpo.

Obras

En José Martí encontramos ya los rasgos que caracterizarían una de las épocas más fecundas no sólo para el arte, sino para todas las manifestaciones artísticas y humanas acaecidas con el cambio de siglo. Lo que se ha dado en llamar Modernismo surge ya en su prosa audaz y en su profunda poesía, pero no sólo ahí, sino en cualquiera de las demás expresiones literarias que conforman un todo en el caso de Martí.

Martí periodista

Entre 1880 y 1892, José Martí publicó más de cuatrocientas crónicas sobre Hispanoamérica, Estados Unidos y Europa, así como un centenar de acertados y bellos retratos. Su publicación corrió a cargo de diarios como La Nación de Buenos Aires, La Opinión Nacional de Caracas, La Opinión Pública de Montevideo, La República de Tegucigalpa, El Partido Liberal de México y Las Américas de Nueva York. En el conjunto de su obra, la parte periodística ocupa voluminosamente casi la mitad de su producción literaria, dato que redunda si observamos que la mayoría del resto de su producción apareció primeramente publicada en periódicos.

No se debe menospreciar este aspecto no ya en la obra de Martí, sino en la de otros autores modernistas como él, pues la prensa escrita fue el medio de difusión de un estética identificativa de un grupo muy amplio de escritores, pensadores y artistas de finales del siglo XIX y principios del XX. En Martí, por ejemplo, sus crónicas sirvieron para introducir elementos tan variopintos y alejados entre sí como los consejos para dormir con gorra, las nuevas vajillas para tomar el té, las guerras y la política internacional, la educación, la arquitectura, la moda y todos aquellos adelantos vinculados a la ciencia y a la literatura. Todo ello no fue óbice para que reflexionara sobre la ética y la condición humana mediante imágenes detalladas, información exhaustiva, gracejo narrativo y un estilo personalísimo que le llevó a ser una de las más genuinas personalidades periodísticas del momento, entremezclando rasgos del género en Francia con otros adquiridos en su estancia en Nueva York, donde colaboró en algunos diarios comoThe Hour o The Sun.

Martí pensador

Sin duda, la faceta que ha hecho de José Martí algo más que un mito fue su ideario político. A pesar de que su lucha directa se circunscribió a «su» Cuba, concibió la libertad de los países de Latinoamérica como un todo. Su idea de libertad nunca pudo partir de la República española, pues la inconsecuencia de lo que ésta propugnaba con los hechos que Martí observaba en la «Metrópoli» le convenció de que el problema cubano sólo podría ser resuelto fuera de los marcos políticos del poder español.

Las dos tesis principales del pensamiento martiano son, por una parte, abogar por la entrega de la riqueza nacional, cuya distribución exclusiva en pocas manos le parecía injusta; por otra, la cuestión indígena que afrontan las jóvenes naciones americanas como uno de los más tristes resultados de la dominación colonial sufrida, en la cual los indios fueron aplastados y reducidos a la condición de bestias; resucitarles el hombre que llevan dentro debe ser la tarea primera de todos aquellos que aspiren a una patria libre. El futuro de la revolución americana está vinculado, en su opinión, a la raza indígena y a la unión de los pueblos, pues sin ella no habría garantía alguna de triunfo para esa revolución. Precisamente por ello se opuso siempre a la intervención del autoritarismo militar que se había intentado imponer al movimiento revolucionario y no se identificó nunca con éste. Según el Apóstol, independizar a Cuba era, primero, arrancar de América los últimos restos del colonialismo español y, segundo, afianzar la unión de las jóvenes repúblicas hispanoamericanas para contener así los impulsos imperialistas de los Estados Unidos.

El testimonio político más importante de Martí es su ensayo titulado Nuestra América: no es un manifiesto americanista en el que se predique un fatuo nacionalismo o en el que se cante la superioridad de los valores autóctonos de los pueblos de hispanoamérica, sino que plantea, fundamentalmente, un programa político-cultural establecido de acuerdo con las necesidades más urgentes del continente. No hay romanticismo en la afirmación del hombre natural, de la Naturaleza americana. La afirmación de estos elementos cumple una determinada función política porque únicamente a partir de ellos podrá realizarse una liberación total. Nuestra América no es un canto a un pasado glorioso ni una invitación de retorno a él. Martí, que está mucho más cerca de Marx que de Rousseau, afirma lo natural para poder mostrar mejor el proceso de inversión de valores producido por el dominio colonial. Con la colonización se impuso para América una serie de costumbres y tradiciones que impidieron el desenvolvimiento de sus culturas nativas. De esta manera se produjo la típica sustitución de valores que toda potencia imperial realiza, y por la que se engendran las colonias. Este deplorable cuadro lo describió Martí con plasticidad asombrosa al escribir:

«Eramos una visión, con el pecho de atleta, las manos de petimetre y la frente de niño. Eramos una máscara, con los calzones de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaquetón de Norte América y la montera de España.»

Una de las preocupaciones máximas que plasma Martí aquí es la integración de todos los cubanos bajo una única bandera de amor y respeto al hombre, que, a su juicio, debía ser la norma suprema de la futura república:

«Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. En la mejilla ha de sentir todo hombre verdadero el golpe que reciba cualquier mejilla de hombre.»

El humanismo que desprenden estas palabras es la constante más profunda del quehacer político martiano, y la piedra angular de la reconstrucción del movimiento revolucionario cubano.

Martí escritor

Si sus incursiones en el teatro (Abdala, Adúltera y Amor con amor se paga) no tuvieron mucha fortuna, su única irrupción en el mundo de la novela, Amistad funesta (Lucía Jerez), si bien no podemos decir que sea una obra maestra del género, sí introduce por primera vez en el mismo los rasgos que caracterizarían a la novela modernista (o lírica, denominada por muchos críticos), especialmente en lo referido al lenguaje, insólitamente plástico y musical, de gran aliento imaginativo y de brillantez expresiva, lo que lo acredita como un gran prosista y como iniciador de una época, la modernista, que con él se abre.

Una de las incursiones literarias más sorprendentes y atrevidas de Martí son sus cuentos, especialmente los publicados en La Edad de Oro, revista infantil editada íntegramente por él, que salió a la luz entre julio y octubre de 1889. Sorprendente porque extraña que el Apóstol, metido de lleno en empresas políticas y revolucionarias, dedicara gran parte de su valioso tiempo a una tarea tan poco productiva entonces como la literaria, y más si cabe si consideramos que iba dirigida a los niños. La respuesta está en su espíritu y sus proyectos revolucionarios. Con la lectura de los cinco números que salieron a la luz de la revista el lector puede darse cuenta de que no es literatura «sólo» para niños: su función es netamente educadora, pero en un sentido más amplio, y ello es debido al ideal político-social de Martí, en el que el niño es el futuro, y ese futuro debe ser de progreso y de virtud. Para conseguir los fines que persigue (léase libertad, búsqueda de la verdad, americanismo, utilidad, independencia de Cuba, desarrollo) hay que educar al niño adecuadamente, pues él es la base de un futuro mejor. Su idea de la pedagogía no es la de enseñar la realidad a los niños, sino dársela a comprender, presentársela de modo que la puedan entender, para que lleguen a participar de los grandes problemas de América, como el racismo (en «El Padre Las Casas»), la desigualdad social, la pobreza (en «Los zapaticos de Rosa», «La muñeca negra», «Los dos príncipes»), la libertad (en «Tres héroes») y problemas universales como la bondad moral y las virtudes (en «La perla de la mora», «Cada uno a su oficio», «Nené traviesa», «El camarón encantado»), o la muerte, tan presente en muchos cuentos. A todo ello, unirá un estilo sencillo pero bello, tratando de hacer del

deleite una vía y una manera de aprendizaje. En sus cuentos infantiles podemos ver una particular ordenación gramatical y un uso de términos-clave que se repiten a lo largo de ellos en posiciones estratégicas. Su sintaxis lineal, fluida, ordenada, sin interrupciones, con abundancia de conjunciones, más propias del lenguaje infantil, les confieren cierto sentido y musicalidad que hacen de ellos auténtica y bella literatura.

Cierto tono infantil encontramos también en Ismaelillo, su primer libro de versos, que abre su incursión en la parcela que con mayor acierto cultivó. Si dotó a su prosa de un lenguaje cuanto menos novedoso para el género, sus intuiciones poéticas plasmadas en las quince epifanías dedicadas a su hijo ausente abren definitivamente el camino hacia la nueva estética modernista. El autor cuenta allí un viaje por los mundos del sueño, impulsado por la persecución arrebatada de sus visiones, y lo hace desde la naturaleza lírica e íntima de un mensaje hondo, grave y universal, expresado en un lenguaje veloz, de aparente despojamiento verbal, de metros breves y saltarines, pero que encubren toda una serie de metáforas recias y profundas que distinguen el pensamiento de Martí.

En Versos libres, recopilación de poemas posterior a su muerte pero que él dejó casi preparado para la imprenta, imprime esa misma óptica visionaria, pero ahora con mayor dramatismo y con un temple agónico más acerado, que luego también continuará en otros poemas de la misma época (que aparecieron en diferentes diarios y publicaciones en vida del autor, para ser recogidos luego bajo el título de Flores del destierro). En los «endecasílabos hirsutos» (como él describió) de sus Versos libres confluyen bajo la forma métrica de verso blanco (idéntico metro, el endecasílabo, pero sin rima alguna) todas las tensiones que le salpicaron en su vivir diario: desde la circunstancia inmediata, el destierro y la nostalgia de su patria, hasta su sed de amor y dolor, su recio sentido moral de libertad, justicia y deber; vemos el concepto de la existencia como lucha perenne de autoconstrucción, como pugna constante y angustiosa por llevar a cabo sus fidelidades con la vida. También encontramos en ese poemario la preocupación por la poesía misma, por el vislumbre de posibilidades y sus preferencias: el rechazo del artificio y la defensa de una poética de lo natural (idea que plasmó en otros muchos de sus textos).

Su preocupación por la armonía de lo natural dará paso a la cima más alta de su arte, los Versos sencillos, crónica lírica fragmentaria de su vida, donde deshoja versos cristalinos a la vez que enigmáticos y oscuros que alcanzan las cotas de mayor profundidad de su obra. Los versos entrelazados rezuman sencillez y emoción, y muestran la fusión pueblo-poeta-naturaleza desde lo cercanamente biográfico, expresado desde el sincero temblor poético, desde la serenidad y desde la fuerza.

La voz poética de Martí se plasmó desde tres manantiales

vitales: la voz dolorida pero entrañable del hombre deshaciéndose y haciéndose a sí mismo en la precariedad de su vivir; la voz y más desde la fuerza del pleno pulmón emitida por la Naturaleza o el Universo; y una voz recóndita, que desde la trascendencia quiere asegurarse un lugar firme entre las certezas humanas. Y todo ello para llegar a dar una declaración de amor y libertad firme, sin fisuras, que hacen de su obra, corta en años pero intensa en sentido, un mensaje compacto, bello y armoniosamente sincero.

Cronología: José Martí (1853 - 1895 )

1853, 28 de Enero:

Nace José Julián Martí y Pérez en la Habana , en la calle Paula, modesta construcción colonial de dos plantas; su padre es el celador de policía Mariano Martí y Navarro, valenciano, y su madre doña Leonor Pérez, canaria. Lo bautizan en la iglesia de Santo Ángel el 12 de febrero del mismo año.

1857.

La familia se traslada a España con su primogénito, de cuatro años. Don Mariano renuncia a su puesto.

1859.

Regreso a la Habana. El hogar de los Martí aumentando con una nueva hija, se instala sucesivamente en la calle de Merced 40, Ángeles 56, Industria 32... Martí concurre a la escuela municipal del barrio de Santa Clara.

1862, el 23 de Octubre:

Carta de Martí a su madre antes de cumplir los diez años; le habla del caballo y del gallo fino, da noticias de la salud del padre y se despide como "su obediente hijo que la quiere con delirio". Don Mariano es capitán pedáneo en el caserío de Caimito en Hanábana; el hijo lo ayuda con su buena letra.

Navidad de 1863:

De vuelta a la Habana, Martí continua sus estudios en el colegio San Anacleto, donde conoce al que seria su amigo fraternal, Fermín Valdés Domínguez.

1868, el 10 de Octubre:

Comienza la revolución separatista con el incendio de Bayamo; su jefe es Carlos Manuel de Céspedes. Martí de 15 años, es alumno del colegio de San Pablo, a cargo del poeta, educador y mecenas Rafael María de Mendive, quien, al cumplir el niño los 13, había solicitado su admisión en el Instituto de Segunda Enseñanza costeándole los estudios Bachiller. Durante ese mismo año, Martí escribe sus primeros versos: A mi madre, Carta de madrugada (a sus hermanas) y a Linda hermanita mía.

1869, el 19 de enero:

Martí publica su periódico --único número-- "El Diablo Cojuelo".

1869, 22 de enero:

Tiroteo del circo-teatro Villanueva. La función había sido anunciada a beneficio de "algunos insolventes" ( los cubanos en armas ), y la preferencia por el color azul, que era el de la bandera de Yara, las estrellas en los adornos y el pelo suelto de las mujeres, sumado eso a los gritos de viva Céspedes y ya revolución, oídos en la función del día anterior, alertaron a las autoridades y provocaron esa noche la irrupción en la sala de una tropa de Gastadores Voluntarios al grito de viva España.

1869, el 25 de enero.

Aparece el periódico "La patria libre", dirigido por Martí y Fermín Valdez Domínguez. En él se publica Abdala, poema dramático de Martí: es una clara alusión, apenas velada la forma, de los acontecimientos que vive la Isla y el ánimo de los patriotas. Don Mariano no puede contener su indignación al leer el periódico (primero y único numero). Prisión y ulterior destierro de Mendive.

1869, el 4 de Octubre:

Después de la revista en el Campo Marte, un escuadrón de Gastadores Voluntarios pasa por la calle Industria. Martí, asomado a la ventana de los Valdés Domínguez, junto con Sellén y Monsieur Fortier --el profesor de francés--, ve pasar a un ex condiscípulo de los días de Mendive, enrolado con los Voluntarios; hay, de una y otra parte, sonrisas, gestos, injurias y amenazas. Esa noche registran la casa de los Valdés Domínguez y encuentran una esquela firmada por Fermín y José Martí, dirigida a es ex compañero: "¿Has soñado tu alguna vez con la gloria de los apóstatas? ¿Sabes cómo se castigaba en la antigüedad la apostasía? Esperamos que un discípulo del señor Rafael María de Mendive no ha de dejar sin contestación esta carta."

1870, el 5 de marzo:

Presidio Departamental . Martí ha declarado ser el único autor de la carta y es condenado a seis años de prisión. (Fermín Valdés Domínguez, a seis meses.)

1870, el 4 de abril:

José Martí, de diecisiete años, "el 113 de la Primera Brigada de Blancos". Lleva grillete al pie y cadena a la cintura; trabaja en las canteras de San Lázaro ( como a dos kilómetros de la cárcel). De esa época es el retrato que envía a la doña Leonor: Mírame, madre y por tu amor no llores: / si esclavo de mi edad y mis doctrinas, / tu mártir corazón llené de espinas, / piensa que nacen entre espinas flores.

1870.

Después de cinco meses de prisión, enfermo, es indultado, por mediación de un amigo del capitán general, don José María Sardá, catalán, arrendatario de las canteras de la Isla de Pinos, a cuya finca El Abra es trasladado Martí. Allí permanece, desde el 5 de septiembre, bajo la responsabilidad y vigilancia de su protector.

1871, el 15 de enero:

Martí es desterrado, a bordo del Guipúzcoa, rumbo a Cádiz. En la carta a su maestro Mendive, antes de embarcar para España, le dice: "He sufrido mucho, pero tengo la convicción de que he sabido sufrir".

1871.

Madrid: vive en una buhardilla, de una casa de huéspedes: Calle del Desengaño numero 10. Se matricula en la Universidad Central de Madrid, da clases, sigue enfermo de una lesión interna que le dejara el presidio --lo que le obliga a operarse, en dos oportunidades--; lo atormentan la soledad, el recuerdo de las canteras, de su hogar, de su lejana patria. Escribe cartas, artículos que no siempre se publican, y edita un folleto, con la protección de Carlos Sauvalle: El presidio político en Cuba.

1871, el 27 de Noviembre:

Fusilamiento, en la Habana, de ocho estudiantes, victimas de la cobardía de un tribunal militar. Al cumplir el primer aniversario de ese hecho, Martí escribe una proclama que pega en las paredes de las casas: "Póstrense en hinojos...!", y una oda, A mis hermanos muertos del 27 de noviembre, inflamada de pasión patriótica: cuanto se llora como yo, se jura!...Mata, déspota mata! / para el que muere a tu juro impío, / el cielo se abre, el mundo se dilata.

1873.

El rey Amadeo abdica la corona de España y se proclama la República, con Castelar. Martí reclama la independencia de Cuba. Castelar declara que, antes que republicano, es español.

1874, Zaragoza:

El 30 de Junio Martí rinde el primero de sus exámenes de grado en la Universidad Real de Zaragoza: la licenciatura de Derecho. Y el 24 de octubre del mismo año obtiene, con las mejores calificaciones, la de filosofía y letras. Pobreza, mala salud, primera pasión amorosa. Escribe su drama. Adúltera.

1874, Diciembre:

Parte rumbo a Francia; en Paris conoce a Víctor Hugo, visita el cementerio de Pére Lachaise y las tumbas de los grandes del pasado: Abelardo y Eloísa. Embarca en Southampton rumbo a México, con escala en Nueva York.

1875, Febrero:

Desembarca en Veracruz. Es el México que preside Lerdo de Tejada. Su familia lo espera. Por razones de vecindad --Los Martí vivían en dos modestas habitaciones en un edificio de la calle de la Moneda--, los ampara el generoso don Manuel Mercado, secretario del Gobierno federal y senador de la Republica. Ha muerto Ana, la hermana predilecta. Martí escribe un poema que comienza: Es hora de pensar. Pensar espanta / cuanto se tiene el hambre en la garganta. Presentado por Mercado, colabora en la "Revista Universal" con unos boletines de actualidad, política y arte, que firma Orestes.

1875-1876

Martí en México. Periodista. Poeta. Traductor. Cronista de Política, teatro y arte. Estrena en su obra teatral Amor con amor se paga y se enamora de la actriz Concha Padilla, que la representa. (También de Rosario, "la de Acuña".) Conoce a la que mas tarde habría de ser su esposa, la cubana Carmen Zayas Bazán.

1876.

Diciembre: Parte a la Habana, con pasaporte mexicano a nombre de Julián Pérez (José Julián Martí y Pérez era su nombre completo), a buscar cartas que lo acrediten en Guatemala.

1877.

Guatemala. José María Izaguirre, un cubano distinguido, es director de la Escuela Normal donde Martí profesa la cátedra de literatura extranjera y la de historia de la filosofía. Le llaman "el doctor Torrente". Concurre a la tertulia del general Miguel García Granados, cuya hija (La niña de Guatemala) era su alumna en la Escuela Normal. En diciembre parte a México, a casarse con Carmen Zayas.

1878, Enero:

Martí tiene veinticinco años; regresa, casado, a Guatemala y asiste al entierro de María García Granados. El dictador, Justo Rufino Barrios, depone a Izaguirre; Martí renuncia a sus cátedras.

1878, Julio:

Parte de Guatemala, rumbo a Cuba, con su mujer Carmen Zayas, pasando por Honduras.

1878, 3 de septiembre:

La Habana. Hay tregua política; Martí es pasante de un despacho de abogado; profesor. Nace su hijo José ( que sería el Ismaelillo de su tomo de versos ) el 12 de noviembre de ese año.

1879, Septiembre:

Deportado, "por irremediabilidad política", según Carmen Zayas Bazán, parte rumbo a Santander. Vive dos meses en España, asiste al casamiento de Alfonso XII; arregla los asuntos jurídicos de Miguel. F Viondi y visita a Cristino Martos. En diciembre de ese mismo año vuelve a Francia; conoce a Sarah Bernhardt y a Flammarion Carmen, desde la Habana, no depone su actitud hostil y se retrae con el hijo.

1880, 3 de enero:

Nueva York, Primera lectura política en el Steck Hall, al lado del general Calixto García. Preparación de la "guerra chiquita"(fracasada).

1880.

Llama a su lado a la mujer y al hijo; publica en un inglés deficiente artículos en "The Hour" y en "The Sun": crónicas sobre política y letras europeas. Vive en casa de Carmita Mantilla, 51 East 29 th Street. Despues de cinco meses de nuevo ensayo matrimonial, con Carmen y el hijo, ésta regresa a Cuba. Martí sale para Caracas.

1881, Marzo:

Venezuela. Martí dicta clases en el colegio de Santa Martí, y literatura en el colegio de Guillermo Tell Villegas. Colabora en "La Opinión Nacional" y funda la "Revista Venezolana". Publica una loa a Cecilio Acosta, que acaba de morir, y el dictador, Guzmán Blanco, lo obliga a abandonar el país. ("Déme Venezuela, en que servirla: ella tiene en mí un hijo.") Sale rumbo a Nueva York, en Julio de 1881.

Agosto de 1881 - enero de 1895:

Vida de Martí en Nueva York. Trabaja para los editores Lyons and Co. Y Appleton; colabora en "La Opinión Nacional" de Caracas y en "La Nación" de Buenos Aires. Simple newyorker, su "honda era la de David" (Andrés Iduarte).

1882:

Publica el Ismaelillo, dedicado a su hijo ausente. Reúne sus Versos libres, y al mismo tiempo sus Endecasílabos hirsutos, que no publica en volumen.

1884:

Lleva por un tiempo a Don Mariano a vivir con él, en Nueva York. Para Adelaida Baralt escribe una novela, Amistad funesta que firma con con el seudónimo de Adelaida Ra. Durante su incansable tarea de propagandista revolucionario conoce a tres de los veteranos de la guerra de Céspedes que iban a ser figuras claves de la guerra de emancipación cubana: Máximo Gómez, Antonio Maceo y Flor Crombet. Discursos, proclamas, escritos. Ya le llaman "el maestro".

1887:

Cónsul de Uruguay

1889:

Publica, a expensas de un editor generoso, un periódico infantil, "La Edad de Oro", escrito por él desde la primera hasta la última página. Alcanzan a aparecer cuatro números.

1890:

Cónsul de Argentina y Paraguay.

1884 a 1891:

Son los propósitos del fundador del Partido Revolucionario Cubano, que tiene el titulo de delegado, hacer una guerra generosa y breve; combatir el anexionismo a los EE. UU. ; evitar el caudillismo; unir a las emigraciones entre sí, y forjar la conciencia de "nuestra América".

1891, Octubre:

El consulado español protesta porque Martí, cónsul de la Argentina, ataca a España. Martí renuncia al consulado

1892. Marzo:

Aparece "Patria", órgano de los cubanos exiliados, dirigido por Martí.

1893, Abril:

Lo reeligen delegado. Viajes de propaganda política por los Estados Unidos, la Florida, Tampa, Cayo Hueso (Key West), Costa Rica, Jamaica, Panamá.

1894, Agosto:

Es reelecto delegado por segunda vez. Fracasa el plan de la Fernandina. Aunque apesadumbrado por las criticas y la desazón de sus compatriotas, Martí logra rehacerse.

1895, 29 de enero:

Orden de levantamiento. Sale de Nueva York rumbo a Santo Domingo y Cuba.

1895, 19 de Mayo:

Muerte de José Martí en Dos Ríos

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