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Bolivar Y Su Infancia


Enviado por   •  31 de Marzo de 2014  •  2.476 Palabras (10 Páginas)  •  230 Visitas

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Nació el 24 de julio de 1783, sus padres fueron Doña Concepción Palacios y Blanco y el Coronel Juan Vicente Bolivar y Ponte.

Su padre proviene de una familia que llegaron a Venezuela en 1589 a través de Simón Bolívar "El Viejo" como lo apodaron que había nacido en Marquina; Vizcaya; y procedía del pueblo de Bolívar, que en lengua vasca significaba "Pradera de Molino.

Este Bolívar vino en el grupo de Diego de Osorio y fue su secretario y Juez de Cuentas de la isla de Margarita.

Su actividad y su gestión administrativa fueron causa de que años mas tarde el Ayuntamiento de Caracas le enviara como Procurador ante el Rey a fin de obtener ventajas políticas y económicas.

Bolívar no se dedico a buscar metales preciosos en cambio se dedico al cultivo de la tierra. Se caso tres veces y murió loco y muy viejo pensionado por el Rey.

El otro Simón, "El Joven"; después de enviudar se convierte en sacerdote y con estos dos personajes empieza la dinastía de los Bolívar en el país.

Las generaciones de los Bolívar ocuparon puestos en La Iglesia, en la Casa Real, en La Marina. Fueron Alcaldes, Corregidores, Justicias Mayor y Militares.

El padre de nuestro héroe participo como oficial voluntario en la defensa de La Guaira contra el Comodoro ingles Knowles en marzo de 1743.

Luego ascendería en la carrera milita hasta el grado de Coronel del batallón de Aragua.

En el siglo XVIII nace el vástago de Don Juan Vicente Bolívar, futuro libertador de cinco naciones.

Lo bautiza Don Félix Jerez de Aristiguieta, miembro de la familia en la categoría de primo, presbítero, domiciliado en este Obispado, natural y vecino de la ciudad de Santiago de León de Caracas.

El sacerdote le regalara al muchacho un vínculo que le hará subir la renta a unos miles de duros anuales.

Se dice que lo bautiza como Simón diciendo que sería el Simón Macabeo de las Americas.

Dos años y medio tenía Bolívar cuando muere su padre e iba a cumplir nueve cuando perdió a su madre, era el menor de cuatro hermanos, Maria Antonia, Juana y Juan Vicente.

El Pequeño Bolívar se diferenció de todas las castas, desde pequeño amó a todos sus semejantes, escuchaba, reía, compartía, era amigable, siendo desde niño polifacético. Desde gustarle una buena música hasta compartir la vida con los esclavos de su padre.

Nunca sintió diferencia, era un niño que corría y sin duda cuantas travesuras hacia. El se dio cuenta la diferencia entre las casas de los mantuanos con la de las clases más desprotegidas.

Con sus hermanitos gozaba de la libertad de correr por los grandes corredores de su casa y disfrutaba de los regalos extravagantes de su tío Esteban; hermano de su madre y próximo padrino de confirmación.

El pequeño Bolívar era un niño inquietante, fascinante, impetuoso, travieso, no le gustaba que fuera duros con él y hasta cierto momento era respondón. Tomaba decisiones, solía correr con sus hermanos y amiguitos siempre dirigiéndolos en los juegos que inventaba.

Le encantaba la naturaleza, teniendo para su cuidado la negra Matea que tenía un arduo trabajo al seguir al travieso niño tratando de que se aquietara.

El chiquillo sentía un gran amor por otra negra llamada Hipólita que era la que se había encargado de amamantarlo y de vigilar sus primeros movimientos debido a la penosa enfermedad que ya en esa época se le manifestaba a su madre.

Con las negras Hipólita y Matea compartió sus tristezas, sus alegrías, aprendió lo que era la vida de los esclavos comprendiendo el sufrimiento de los demás. Pensándolo en silencio y al pasar los años lo compartiría con otro negro que no era esclavo, sino Presidente de una nación soberana como fue el presidente Petión, que lo ayudaría para dar la libertad de Venezuela.

Nuestro pequeño amigo Bolívar sabía de donde provenía, conocía la importancia de su familia pero el siempre fue sencillo y sensible siendo tan observador que le llamaba la atención en su casa el mundo de servidumbre y esclavos pero siempre había un gesto de cariño para con ellos, corría en su sangre la bondad y la necesidad que todos estuvieran bien, desde su negra Matea hasta sus tíos los Palacios.

El era tan diferente a la sociedad de los criollos que demostraban su gran soberbia, el niño trasmitía la sencillez y hasta a veces le inquieto el comportamiento de sus iguales al ver el desprecio con que miraban a los que no eran de su clase.

Simón empieza a leer y a escribir y hacia muchas preguntas cuando algo le llamaba la atención.

Le gusta el olor al campo a las flores, desarrolla toda su sensibilidad y se queda en silencio en los miles de pensamientos que le podían pasar por esa cabecita.

Adora los caballos y se dice que pasaba el tiempo con muchos muchachos que no eran de su clase, se cree que eso desarrollo en el pequeño las ganas de luchar por los pobres.

El pequeño Simoncito era un niño menudo de no muy alta estatura, pero lo que le faltaba de cuerpo lo compensaba con su gran energía y su espíritu.

Su pelo negro, de nariz perfilada, de ojos azabaches penetrantes, sus manitas pequeñas que acariciaban a su madre y a las negras Matea e Hipólita.

Nunca pensaría que serían las recias que conducirían en un futuro a parte de la América a la libertad.

Sus piesecitos tan pequeñitos nunca se imaginaron que iban a recorrer tantas tierras, caminos y ríos, tenía nuestro amiguito una sonrisa que causaba simpatía.

Las comodidades del hogar paterno no le impedían al niño sentir los latidos del corazón del pueblo venezolano, que sonaban con amor en el pecho de la negra esclava Hipólita.

La negra Matea le trasmitió el amor por su pueblo, el dolor por la esclavitud, la tristeza de sus amiguitos negros y le dio toda clase de cuidados, cariños y mimos

Fue un niño que desde muy temprana edad se caracterizo por su espíritu rebelde por esto su madre doña Concepción le puso en manos de Don Miguel Sáenz, hombre autoritario, que aunque contaba con treinta y cuatro años era un hombre demasiado severo e intransigente poco proclive a tratar con niños y el menos apropiado para entender el carácter de el infante.

Además la casa del Licenciado no era a lo que el pequeño estaba acostumbrado como la casa de San Jacinto, con su patio de granados, sus fuentes donde el jugaba con su hermano Juan Vicente con barquitos de papel. ¿Quizás el niño

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