ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Bosquejos


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2012  •  536 Palabras (3 Páginas)  •  448 Visitas

Página 1 de 3

¡La escuela antigua!, ¡qué conjunto de horrores!, ¡qué tortura para la niñez!, ¡qué castigo para la inocencia!, enfermedad que no se curaba después sino merced a una lucha tremenda.la escuela debe ser el dorado vestíbulo alfombrado de rosas por el que la familia humana tiene que entrar al santuario de la civilización, en los antiguos tiempos era el pasillo tenebroso y deletéreo, que recibía a los esclavos futuros, en su paso para la ergástula de la monarquía.

¡La escuela antigua! Hubiera debido llamarse mejor El ensayo de la abyección, porque allí se mataba el sentimiento de la dignidad que espiraba palpitante y aterrada en medio de mil tormentos ignominiosos, tormentos físicos y tormentos morales, que martirizaban el cuerpo y que apagaban la divina chispa de la razón en el hombre acabado de nacer. Un cuadro palpitante de lo que era aquella escuela, nos reproducirá mejor que ningún razonamiento, todos los horrores de la enseñanza antigua, que no era menos ingrata entonces para los pobres que para los ricos.

Eran las 7 de la mañana: el niño prolongaba cuanto podía su triste desayuno, con mil medios que le sugería su agudeza infantil, y no por saborear el pedacito de pan y la jícara de chocolate o el humilde atole, sino por diferir lo más que fuese posible la hora de su sacrificio. Así es que permanecía silencioso, arrinconado, poniendo una carita doliente y mustia para inspirar compasión. La pobre criatura llegaba a la escuela y vacilaba antes de entrar en ella, recogía sus fuerzas para tamaño sacrificio, y con el corazón disgustado y miedoso atravesaba el umbral. Tenía la escuela un aspecto lúgubre y aterrador. Una sala ordinariamente larga, estrecha, fría. Nuestro pequeño alumno atravesaba lo largo de la sala, iba a arrodillarse frente a la gran cruz o la estampa, rezaba el bendito en voz alta. Si aprendía a escribir, lo primero que hacía era descolgar una pauta, acomodarle el papel que traía, y rayarlo con el trozo de plomo oblongo de que venía provisto. Después subía a la plataforma y dando primero su pluma, humedecida de un modo inconveniente, al maestro, éste la tajaba, la probaba y le echaba renglón. Pero para llegar a la octava necesitaban ase años, paciencia, y sobre todo, sufrir todos los castigos que el refinamiento clerical había inventado para corregir a la niñez, educarla honestamente y enderezarla por los caminos del temor de Dios. Como este examen solía hacerse en revista, es decir, cuando todos los alumnos de escritura presentaban sus trabajos.

La escuela es el infierno!

Esto era en lo físico: veamos en lo intelectual. Seis meses de cartilla, es decir, de estudiar el abecedario, de deletrear y de decorar. Después seis meses de Catón cristiano o de Libro segundo, es decir, un conjunto de lecturas fastidiosas, inútiles, erizadas de ejemplos corruptores y de cuentos ridículos de viejas, de máximas de bajeza y de

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3.2 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com