COLOMBIA, ¿POR QUÉ SOMOS COMO SOMOS?

Rubén Jaramillo Vélez, profesor de filosofía de la Universidad Nacional, nos deleita en esta oportunidad con un capítulo denominado La postergación de la experiencia de la modernidad en Colombia. Éste, en donde se evidencia un análisis de la relación de Colombia con el proceso de modernidad, hace parte de la colección de ensayos del texto denominado Colombia: la modernidad postergada, cuya segunda edición fue publicada por Jaramillo en la serie monográfica llamada Argumentos en agosto de 1998.

En primer lugar, se puede evidenciar como a lo largo del capítulo, Jaramillo busca justificar la importancia de los hechos que llevaron a Colombia a ser el país que es en la actualidad. Para ello, el texto se organiza a modo de resaltar los momentos históricos que han influido en el desarrollo del país, haciendo un recorrido desde la colonia hasta los primeros años de la república.

Jaramillo (1998) da inicio a su argumentación, presentando el panorama del proceso de desarrollo obligado y carente de recursos por parte de los países denominados independientes. Realiza en el texto, una cohesión interesante entre la evolución de los territorios hispanoamericanos y su relación con la influencia de la conquista española. A partir de esto, Jaramillo describe como la colonización por parte de la cultura hispánica, que estaba encadenada a la iglesia y cuyo carácter individualista insuficiente, significó para los criollos un sinnúmero de limitaciones y atrasos en materia de desarrollo.

A raíz de una preocupación constante por la contextualización del lector con los sucesos históricos relevantes, Jaramillo (1998, p.31) compone una comparación entre los efectos culturales generados a raíz de la colonización del pueblo hispanoamericano y del pueblo norteamericano. Se evidencia que los ingleses, conquistadores y colonizadores de las tierras del norte, hacían parte de una cultura en donde se fomentaba el individualismo y los ideales de una clase media comerciante e industrial. Contrastando, así, con los dogmas establecidos por la cultura hispánica en las regiones latinoamericanas. Esta analogía de origen cultural, que nos muestra Jaramillo (1998), expresa esas diferencias constructivas entre territorios que actualmente son naciones del primer mundo y los territorios que hoy son considerados naciones tercermundistas.

Varios intelectuales de la época, entre ellos el filósofo pragmatista Jeremias Bentham, se dieron a la tarea de relacionar al pueblo colombiano con el utilitarismo de la ilustración. Jaramillo (1998, p. 29) nos relata cómo se empiezan a vislumbrar las primeras polémicas de importancia relacionadas con la orientación de la educación pública, con las ideologías, con los valores que deberían regir la conducta civil, con las motivaciones y con el comportamiento de los ciudadanos.

El texto de Jaramillo (1998, p. 30) sigue exponiendo de manera concisa como cuestionamientos, que nacen de las polémicas mencionadas, implican una separación absoluta de la colonia española, generando una antítesis a este régimen en torno a la teoría del derecho, del estado y de la administración. De esta manera se puede evidenciar como bajo términos jurídicos, el autor desglosa ideas referentes al utilitarismo de la época.

Jaramillo (1998) sin embargo, se detiene a considerar las omisiones de los ideólogos del liberalismo o utilitarismo. Se expone en el texto, lo ilógico que era el pretender que La Nueva Granada constituyera con éxito un conjunto de nueve estados que nunca habían existido, sólo con el fin de crear los Estados Unidos de Colombia. Parafraseando citas de Alfonso López Michelsen, Hanna Arendt y Liévano Aguirre, Jaramillo argumenta de forma práctica, como esta imitación abstracta e ingenua del modelo norteamericano, trajo consigo a una autogestión fallida por parte

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