COMO DEBE SER LA COLOMBIA DEL POSCONCONFLICTO..

COMO DEBE SER  LA COLOMBIA DEL POSCONCONFLICTO.

El actual gobierno dentro de su programa se trazó como meta La Paz, de allí que después de más de tres años de diálogo con los insurgentes y de una agenda acordada casi revisada en su totalidad,  podemos decir  que es  casi  tangible. Ahora lo que nos queda, es el gran reto del Postconflicto.

El escepticismo nos invade a muchos frente al hecho  de reincorporar integralmente a los agentes del conflicto, de resarcir o sanar todas las heridas que nos han dejado estas cinco décadas de enfrentamientos, violación de los derechos humamos y las pérdidas materiales incalculables. Sin embargo, la historia nos muestra como otros países como Guatemala, Salvador, Ruanda, Yugoeslavia, Irlanda del Norte, Kenia, Filipinas, etc. pudieron superar los obstáculos y conseguir la armonía que todos deseamos.

Durante las administraciones Barco y Gaviria (1986- 1994), se logró que  cinco grupos guerrilleros (M-19, Epl, Quintín Lame, Prt y Crs),  mediante acuerdos de paz con los respectivos gobiernos se  desmovilizaran. Más de 5.000 combatientes, hombres y mujeres, se reintegraron a la vida civil y democrática del país.  

De los éxitos y aún de los  fracasos de esos procesos podemos  extraer e implementar los diferentes programas tendientes a atender nuestra nueva situación.

REIVENTARNOS ANTE LA NUEVA COLOMBIA EN PAZ.

Este proceso de paz en curso con la guerrilla incorpora, además de elementos nuevos, todos o buena parte de los que se dieron en otros países: verdad, reparación, reconocimiento de las víctimas, justicia transicional, reformas constitucionales y políticas, proyectos y reformas económicas y sociales, dejación de armas, reintegración a la vida civil de excombatientes ilegales, cese del fuego, referendo, entre otros.

Este será un proceso de muchos años, incluso décadas para abarcar  todos los temas,  resolver o manejar los problemas de pobreza, desigualdad, corrupción, atraso en la infraestructura que se han ido posponiendo e inclusive creciendo por cuenta del conflicto.

Los nuevos gobernantes (gobernadores, alcaldes) deberán acoplarse al engranaje que diseñe el Estado puesto que serán los actores de primera línea del posconflicto en Colombia.  Lo que hagan o dejen de hacer por la paz hará toda la diferencia para sus regiones y para el futuro inmediato del país.

De la  cooperación entre el Estado y todos los sectores de la sociedad sin distingo –empresarios, trabajadores, universidades, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, etc. – depende que consigamos una paz sostenible.

PERDON Y OLVIDO EN EL IMGINARIO COLECTIVO.

Por razones obvias la gran mayoría de los colombianos no estamos dispuestos a perdonar tantas atrocidades y mucho menos a olvidaras como revela el estudio coordinado por el Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes realizada entre agosto y septiembre pasados.  Hay grandes contradicciones en la opinión pública frente al proceso de negociaciones entre el gobierno y las FARC.

Farid Samir Benavides, lector de SEMANA.COM e investigador sobre el conflicto escribe: “La sanción de los responsables de graves violaciones a los derechos humanos y al derecho humanitario es el camino más adecuado para alcanzar una paz duradera.”  O  tal vez   como aparentemente lo sugiere el proyecto del Senador Rafael Pardo, de la Representante Gina Parody y del Representante Luis Fernando Velasco, “¿perdón y olvido para algunos y sanción no superior a diez años para los Comandantes?”

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