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CRONOLOGIA DEL NACIMIENTO DE JESUS


Enviado por   •  13 de Mayo de 2015  •  5.215 Palabras (21 Páginas)  •  382 Visitas

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Bibliografía

Un estudio a grosso modo de los acontecimientos y fechas relacionados con el nacimiento de nuestro Salvador. Se analizan distintos esquemas y postulados de historiadores, eruditos y teólogos, concernientes al origen de la Navidad y sus derivados.

NACIMIENTO E INFANCIA DE JESÚS

Introducción

Históricamente las profecías relacionadas con el nacimiento del Salvador se remontan a muchos siglos antes de su cumplimiento en el Nuevo Testamento. El profeta Isaías uno de los instrumentos usados por Dios para tal efecto profetizó: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (Is. 9:6). Asimismo el profeta Miqueas (entre otros, Hech. 10:43) profetizó, incluso el lugar preciso donde habría de nacer el Señor: Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; ?y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad (Mi. 5:2). En el Nuevo Testamento "existen solo dos relatos del nacimiento de Jesús – uno de Mateo y el otro de Lucas. Lucas evidentemente obtuvo su información directamente de María. Él dice en Lucas 1:2 que él entrevistó a testigos oculares, y es evidente por 2:19 que María era uno de estos testigos oculares".[1]

Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo (Lc. 1:35). Según Mateo, "El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: desposada María con José, sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo" (Mt. 1:18). Esta concepción del Espíritu Santo comenzó con la aparición del ángel Gabriel a María que le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Vas a tener un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado: Hijo de Dios (Lc. 1:26:35). María recibió la visita del ángel Gabriel que le anunció que tendría un hijo a quien pondría por nombre Jesús. Ella se extrañó porque aún no convivía con su prometido, José, y pregunta al ángel cómo se cumplirá su anuncio. Él le aclara que será obra del Espíritu Santo; por eso, el niño será santo y será llamado Hijo de Dios.[2]

Después de cumplirse el tiempo natural del embarazo (Lc. 2:6), en Belén la ciudad de David (Lc. 2:4), María dio a luz a su hijo primogénito. Le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre (Lc. 2:7). Lo adoró en silencio por ser el Hijo de Dios, que bajó al mundo para guiar y salvar a los hombres (Lc. 1:47, 2:19). En seguida, el relato sagrado, nos dice que un ángel del Señor, se apareció a unos pastores que estaban en la zona y les invitó a ver al niño "...¡No temáis!, Porque he aquí os doy buenas nuevas de gran gozo... Hoy ha nacido el Salvador, que es el Cristo el Señor" (Lc. 2:8-13). Los pastores fueron al lugar indicado, y en efecto, allí estaba el niño, al verlo alabaron y glorificaron a Dios (Lc. 2:15-20). Al cumplirse los ocho días de acuerdo con la ley de la circuncisión, el niño fue presentado en el Templo y llamaron su nombre Jesús tal como el ángel había dicho (Lc. 2:21). Al octavo día aparecieron en escena Simeón y Ana, dos profetas anónimos que por revelación del Espíritu Santo fueron guiados al encuentro con el Salvador de Israel (Lc. 2:25-38).

En seguida de documentar el nacimiento del bebé con abundancia de detalles, Lucas describe al niño que "crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él" (Lc. 2:40). Su descripción sobre la infancia del niño Jesús es hasta los doce años (Lc. 2:42), con la excepción de que termina el capítulo diciendo que Jesús, –ya no el niño, sino el joven- "crecía en sabiduría, en estatura y en gracia, para con Dios y los hombres" (Lc. 2:52).

Los relatos de Mateo y Lucas nos hablan de que Jesús nació en el tiempo y propósito de Dios para el mundo. Es evidente que todo estaba planificado dentro de los Santos designios de Dios, como bien lo afirma el apóstol Pablo: Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley (Gá. 4:4). El doctor Justo González afirma que, "los primeros cristianos -Pablo entre ellos- no creían que el tiempo y el lugar del nacimiento de Jesús fueron dejados al azar. Al contrario, aquellos cristianos veían la mano de Dios preparando el advenimiento de Jesús en todos los acontecimientos anteriores a la Navidad, y en todas las circunstancias históricas que la rodearon".[3] Dios estaba encaminando al mundo a un encuentro con el Redentor Jesús. Sin saberlo, los conquistadores, los gobernantes, los amantes de la cultura universal, los que tenían sueños de un mundo mejor y luchaban por ello, todos participaron en el plan de Dios para que el tiempo llegara a su plenitud. [4]

Este acontecimiento de su nacimiento es el que marca lo que en teología se denomina la Encarnación de Jesucristo. Es aquí donde comienza y tiene sentido la frase juanina: "Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros" (Jn. 1:14). Samuel Vila, enfatiza el hecho de que la Encarnación de Cristo fue por su nacimiento sobrenatural. Y de paso, refuta una de las posturas gnósticas que decían que "Jesús tuvo vida humana natural, y que el eon (espíritu) descendió sobre él cuando fue bautizado y lo abandonó en la cruz".[5] ¿Cuándo y cómo se hizo carne para habitar entre nosotros? ¿Fue en su bautismo como pretendían los herejes docetistas? No; aquella apariencia del Salvador fue una declaración o revelación del cielo acerca de su origen anterior: "Este es mi Hijo", dijo la voz celestial. No "es hecho" o "va a ser constituido" hijo de Dios. Se hizo carne por nacimiento sobrenatural.[6]

Ahora bien, la fecha exacta del nacimiento de Jesús ha sido motivo de no poca controversia entre los eruditos e historiadores. En el transcurrir de la historia se han dado fechas variadas lo cual hace sumamente difícil determinar la exactitud de tal acontecimiento. En vista de que los escritores sagrados no fueron explícitos cualquier indagación que se haga al respecto solo puede llevarnos a obtener aproximaciones. No obstante, si recurrimos a fuentes fidedignas y precisas en el plano de la investigación histórica cristiana, podríamos obtener los acercamientos más verificables y creíbles relacionados con la fecha del nacimiento de Jesús. En este estudio intentaré acercarme a la fecha más verosímil del nacimiento de nuestro Salvador. Dejando, desde luego saber a mis lectores, que no seré yo, quien tenga la última palabra en un tema tan largamente

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