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Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  2.070 Palabras (9 Páginas)  •  358 Visitas

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DESARROLLO

Características del poema Épico

Las manifestaciones más corrientes de la épica son la Epopeya y el poema épico. Ambas cantan grandes acciones realizadas por personajes, cuya dimensión está por encima de lo natural. Cuando dichos relatos perdieron vigencia ante el público, surgió la novela como derivación épica, que va a narrar acciones cotidianas, desarrolladas por personajes corrientes.

El poema épico presenta una serie de caracteristicas fundamentales que conforman el género.

El viaje como estructura de la acción épica

Todo poema épico es un viaje en el sentido de que su estructura comporta un conjunto de acciones que realiza un personaje al desplazarse con una dirección de sentido hacia un lugar previsto o no. El viaje se traduce en un movimiento, un desfilar de seres por variados y extraños ambientes.

La Ilíada, como relato épico, presenta la estructura de un viaje: el inicio o punto de partida está fuera de la obra, pertenece a la leyenda, pero observamos el periplo porque dentro de la obra los personajes desarrollan acciones, a medida de que se desplazan de un lugar a otros con dirección de sentido.

Los desplazamientos, en “La Ilíada” van de la ciudad de Troya, a la orilla del mar donde se encuentran las naves aqueas, de un lugar a otro de la llanura que bordea la ciudad de Troya. Desde luego que el punto de partida es la ciudad de Micenas (Grecia continental) donde reinaba Menelao, esposo de Helena, la bellísima mujer raptada por París. Pero todo eso está fuera de la obra, es materia extraliteraria.

Personajes

En todo poema épico, el personaje principal desarrolla acciones grandiosas, se enfrenta a obstáculos que un ser normal no puede realizar.

El protagonista lleva a cabo el eje central de la acción y se distingue por su valor, astucia, energia, prudencia, magnanimidad, atributos que delinean una fisionomía físico-espiritual inconfundible y lo delinean como un ser único, una figura que se eleva por encima de los demás. Ejemplo de ello lo tenemos en: Aquiles, que es el prototipo de la fuerza y del valor; Odiseo, modelo de astucia; Rodrigo Díaz de Vivar, ejemplo de honor caballeresco.

Los personajes del poema épico pueden ser dioses, semidioses o seres humanos; estos últimos con cualidades no corrientes en otros humanos. En “la Ilíada”, Aquiles se enfrenta a Héctor y de ese enfrentamiento el conflicto adquiere mayor fuerza.

La acción

La acción que realiza el héroe épico se distingue por sus dimensiones extraordinarias y por la trascendencia de los sucesos que la motivan. Esta acción épica está constituida, generalmente, por hazañas guerreras, aventuras portentosas, algunas de caracter maravilloso, las cuales deben estar estructuradas en una unidad, ya que todo debe girar en torno a un acontecimiento principal y único.

En “La Ilíada” la acción viene dada por una serie de combates y enfrentamientos entre aqueos y troyanos, especialmente por los choques de Héctor – Patroclo y Héctor -Aquiles.

Lo maravilloso poético

Es un elemento de grande importancia y es dado por la presencia e intervención de diferentes dioses, semidioses, ninfas, sacerdotisas, etc., en la epopeya griega y latina, mientras que en la epopeya medieval, la intensidad de lo maravilloso disminuye y está presente a través de lo maravilloso cristiano (intervención de Dios, santos, angeles), en el Renacimiento predomina el mundo de la supersticiones: sueños, brujerías, filtros que ayudan al héroe en sus proezas.

El punto de vista del narrador

El punto de vista narrativo es como los acontecimientos relatados son percibidos por el lector. En la epopeya el narrador lo sabe todo de antemano. En tercera persona, ese narrador que lo domina todo, penetra en el mundo interior de sus personajes y nos dice qué hacen, cómo actúan, en fin todo lo tiene a su alcance: es el narrador omnisciente. En “La Ilíada” conoce el paisaje de Troya, la forma como actúan y reaccionan cada uno de los personajes, las costumbres y la manera de hacer la guerra.

El Cantar de mio Cid es un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz el Campeador. Se trata de la primera obra narrativa extensa de la literatura española en una lengua romance, y destaca por el alto valor literario de su estilo. Está compuesto alrededor del año 1200.1

El Cantar de mio Cid es el único cantar épico de la literatura española conservado casi completo. Se han perdido la primera hoja del original y otras dos en el interior del códice, aunque el contenido de las lagunas existentes puede ser deducido de las prosificaciones cronísticas, en especial de la Crónica de veinte reyes. Además del Cantar de mio Cid, los cuatro textos de su género que han perdurado son: las Mocedades de Rodrigo —circa 1360—, con 1700 versos; el Cantar de Roncesvalles —ca. 1270—, un fragmento de unos 100 versos; y una corta inscripción de un templo románico, conocida como Epitafio épico del Cid —¿ca. 1400?—.

El poema consta de 3735 versos de extensión variable (anisosilábicos), aunque dominan versos de 14 a 16 sílabas métricas. Los versos del Cantar de mio Cid están divididos en dos hemistiquios separados por cesura. La longitud de cada hemistiquio es de 4 a 13 sílabas, y se considera unidad mínima de la prosodia del Cantar. No hay división en estrofas, y los versos se agrupan en tiradas, es decir, series de versos con una misma rima asonante.

Poema Mío Cid

Estructura interna

El Cantar de mio Cid trata el tema del complejo proceso de recuperación de la honra perdida por el héroe, cuya restauración supondrá una honra mayor a la de la situación de partida.

El poema se inicia con el destierro del Cid, primer motivo de deshonra, tras haber sido acusado de robo. Este deshonor supone también el ser desposeído de sus heredades o posesiones en Vivar y privado de la patria potestad de su familia.

Tras la conquista de Valencia, gracias al solo valor de su brazo, su astucia y prudencia, consigue el perdón real y con ello una nueva heredad, el señorío sobre Valencia, que se une a su antiguo solar ya restituido. Para ratificar su nuevo estatus de señor de vasallos, se conciertan bodas con linajes del mayor prestigio cuales son los infantes de Carrión.

Pero paradójicamente, con ello se produce la nueva caída de la honra del Cid,

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