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Conclicto


Enviado por   •  8 de Julio de 2015  •  632 Palabras (3 Páginas)  •  148 Visitas

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2. ORIGEN DEL CONFLICTO

Los conflictos pueden surgir a causa de intereses contrapuestos relativos a factores históricos, étnicos, sociales, religiosos, económicos o ideológicos. Con todo, son razones geopolíticas, intereses económicos o acciones políticas las que, más recurrentemente, producen un conflicto internacional, aún cuando la causa aparente o coyuntural pueda ser distinta.

2.1. Factores histórico-políticos

Una extendida fuente de conflictos bélicos es el nacimiento de nuevos Estados a partir de procesos de disgregación, desintegración o colapso de las estructuras políticas en que un pueblo estaba, voluntaria o forzadamente, inmerso. Los tipos de conflicto que esta causa produce son variados: son típicos los conflictos de independencia o de secesión, como los ocurridos entre las emergentes naciones americanas y España durante el siglo XIX o como los producidos tras el colapso de la Unión Soviética o de Yugoslavia durante el siglo XX.

En gran medida, los conflictos por descolonización en el mundo ya son historia, pero aún quedan casos pendientes. Como se sabe, una segunda ola de conflictos de cuño colonial, en la era moderna, plagó los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial hasta principios de la década de los setenta. Sin embargo, los casos pendientes han pasado a ser objeto de preocupación de la comunidad internacional a través de sus principales organismos multilaterales.

En cierto sentido, durante la segunda mitad del siglo XX los conflictos de descolonización pasaron a ser reemplazados por los de secesión, especialmente en el área que estuvo dominada por la desaparecida Unión Soviética. Se trata de conflictos planteados por una comunidad que, viviendo al interior de un Estado, muestra su voluntad de secesión en virtud de razones étnicas o, incluso, religiosas. Usualmente, tal voluntad es catalizada por movimientos nacionalistas que reivindican determinados rasgos culturales comunes y exclusivos de dicha comunidad, y promueven su independencia. Ha habido comunidades que consiguen separarse pacíficamente, como fue el caso de Checoslovaquia entre 1989 y 1993, de la que resultaron dos Estados: la República Checa (o Chequia), con capital en Praga, y Eslovaquia, con capital en Bratislava)(1). Pero es preciso subrayar que casos semejantes son singulares y en absoluto comunes.

Por lo general, ante conflictos de tipo secesionista la comunidad internacional adopta una posición neutral, sobre la base del principio de no intervención en asuntos que le competen a los Estados en cuestión, máxime si se trata de países con regímenes democráticos. Sin embargo, dependiendo de cuáles sean los países involucrados y del teatro o lugar donde ocurren, los conflictos secesionistas que llegan al plano bélico han llevado crecientemente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a abandonar ese papel neutro.

Como es lógico, la lucha por la independencia política de un nuevo Estado deriva en el ejercicio pleno e incontestado de su soberanía sobre el territorio que reclama o, finalmente, obtiene para si. Cuando el proceso de ruptura ocurre en un gran espacio geográfico, como fue el caso de la América hispana, la consolidación nacional y la dificultad de establecer límites territoriales exactos, suele surgir como una nueva fuente de potenciales dificultades.

Pese a que América del Sur no ha estado exenta de conflictos armados suscitados por esta causa, el refrendo jurídico en tratados internacionales de aquella realidad histórica fue el instrumento principal y preferente por el que se optó para solucionar conflictos declarados o conjurar conflictos latentes, y así dar certidumbre a los nuevos países nacidos de la desintegración del imperio español. Esta preferencia se mantuvo en el tiempo, de modo que puede decirse que el ámbito básico de resolución de conflictos en el subcontinente ha sido y continúa siendo el de las relaciones bilaterales y el diálogo directo entre los países involucrados. En ocasiones, terceros países han brindado su concurso en papeles de arbitraje, pero, en general, no constituyen un asunto por el cual la comunidad internacional deba velar directamente.

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