Contrarrevolución de Mayo

El contexto de la revolución de Mayo de 1810 contó con varios factores internos y externos, comenzando con la situación complicada en Europa en la que Napoleón Bonaparte había conquistado casi todo el continente por lo cual Inglaterra se encontraba impedida de introducir sus productos en Europa por el llamado “bloqueo continental” hacia Gran Bretaña, hecho  por el cual esta fijaría sus ojos en América hispana desencadenando las llamadas “invasiones inglesas” en el Río de La Plata, estas a pesar de repelidas en la reconquista y defensa de Buenos Aires, la autoridad del Virrey Sobremonte fue comprometida y luego depuesta en el mecanismo de Cabildo Abierto de 1807 como así también fue transferido todo el poder de los españoles peninsulares a los criollos en el que empezó a prevalecer el nombre de Cornelio Saaverdra. La conquista a manos de Napoleón Bonaparte en España provocó que sus Reyes (Carlos IV y Fernando VII) fueran despojados de su poder y a su vez suplantados por José Bonaparte (hermano de Napoleón) a lo que los españoles respondieron con la creación de juntas entre ellas la llamada "Junta Suprema Central de Sevilla" que gobernaba en nombre de "Fernando VII". Las mismas estaban integradas mayormente por letrados y clérigos cuyo mayor esfuerzo era el reclutamiento de ciudadanos para enfrentar a los franceses, ante ello Napoleón lanzó sus mejores divisiones provocando su completo desbande, algunos diputados huyeron a la isla de León donde constituyeron el consejo de regencia que convoco a las cortes de España y de las Indias a las cuales consideraban parte esencial de la monarquía española.

Esta situación generó en toda América hispana un movimiento revolucionario que se propago por los cuatro Virreinatos y las capitanías generales y conforme a la vieja tradición española fueron creándose juntas que resumían la soberanía española. En ellos los elementos criollos comenzaron a tener preponderancia sobre los hispanos, en mayo de 1810 llega a Buenos Aires la noticia de la Caída de las Junta Central y de la huida de los Diputados a León, en consecuencia, no habría autoridad en España que gobierne en nombre de Fernando VII, comenzó así el proceso emancipador del Río de La Plata. El cual concluiría luego de la denominada “Semana de Mayo” con el Primer Gobierno Patrio cuyos principales integrantes fueron: Cornelio Saavedra, Juan José Paso, Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Manuel Alberti, Miguel de Azcuénaga, Juan Larrea y Domingo Matheu. En este período de tiempo se destacan hechos como el qué, al conocerse las noticias de la caída de la Junta de Sevilla, Saavedra consideró que era el momento para llevar a cabo acciones contra Cisneros proponiendo deponer al virrey por la fuerza, en tanto el grupo encabezado por Castelli se inclinaba por la realización de un cabildo abierto, el grupo revolucionario principal se reunía indistintamente en la casa de Nicolás Rodríguez Peña o en la jabonería de Hipólito Vieytes. Concurrían a esas reuniones, entre otros, Castelli, Belgrano, J. J. Paso, Beruti, Chiclana, Darragueira, Thompson, Viamonte. Otro grupo se congregaba en la quinta de Orma, encabezado por fray Ignacio Grela y entre los que se destacaba French. El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros publica un bando en el que pide al pueblo que se mantenga fiel a España ante la invasión francesa, los criollos piden a las autoridades que se les permita realizar un Cabildo Abierto para tratar la situación. El virrey recibe a funcionarios del Cabildo, jefes militares y criollos, con quienes trata la convocatoria del Cabildo Abierto. El Cabildo invita a los principales vecinos a reunirse el día 22 en Cabildo Abierto. El Cabildo abierto, después de largas discusiones, resuelve que el virrey cese en el mando. El Cabildo forma una Junta de Gobierno con Cisneros como presidente. El pueblo indignado al enterarse de que el Cabildo había decidido que Cisneros continuara en el mando clama por la renuncia de todos los miembros de la Junta. Los criollos, reunidos en la Plaza Mayor, este día los cabildantes reconocen la autoridad de la Junta Revolucionaria. En tanto en Córdoba tuvo su inicio una contrarrevolución cuando las autoridades de la Intendencia de Córdoba del Tucumán y el ex virrey del Río de la Plata, Santiago de Liniers, tomaron conocimiento de que había ocurrido la Revolución de Mayo en Buenos Aires, por lo que se dedicaron a organizar en un ejército para rechazar la expedición militar enviada por la Primera Junta para hacer reconocer su autoridad en las provincias del interior del ex Virreinato del Río de la Plata. 
Los confabulados recibieron el apoyo de las tropas españolas del Alto Perú y remesas de dinero provenientes de Lima. Belgrano y Saavedra enviaron sendas cartas a Liniers invitándolo amablemente a deponer su actitud, pero el ex virrey les contestó con insultos y amenazas. Al conocer la noticia de la deportación del virrey Cisneros y los oidores, Liniers decidió comenzar las operaciones.  La gravedad de la situación forzó a la Junta a enviar una fuerza militar. El fracaso de la contrarrevolución encabezada por Liniers culminó con su fusilamiento y el completo control del noroeste de la actual Argentina por la Junta de Buenos Aires en el paraje de Cabeza de Tigre el 26 de agosto de 1810.

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