Control Vertical De Un máximo De Pisos Ecológicos

Murra, J. (1975). El control vertical de un máximo de pisos ecológicos en la economía de las sociedades andinas. En Formaciones económicas y Políticas del mundo andino (pp. 59-115). Lima: IEP.

En este texto John Murra menciona que el trabajo de campo que hicieron en Huánuco basándose en la visita de Iñigo Ortiz, confirmó la fuerza del factor ecológico en el desarrollo de las civilizaciones andinas. A partir de la información detallada en el primer tomo de la revista de Iñigo Ortiz, donde se reúnen los detalles proporcionados por los mitmaq colonizados en Huánuco, Murra busca documentar mejor la hipótesis según el cual los mitmaq no fueron sino una manifestación tardía y muy alterada de un antiquísimo patrón andino que lo llama “el control vertical del máximo de pisos ecológicos”. El control simultáneo de tales “archipiélagos verticales” era un ideal andino compartido por etnías muy distantes geográficamente entre sí, y muy distintas en cuanto a la complejidad de su organización económica y política. Por estas razones, John Murra nos ofrece cinco casos de control vertical de pisos e “islas” ecológicos bajo condiciones muy distintas entre sí, las cuales abarcan del siglo 1460 a 1560 aproximadamente.

El primer caso que nos presenta trata de las etnías pequeñas que habitaban Chaupiwaranqa, en la zona más alta del Marrañón y del Huallaga. Aquí, nos dice que los chupaychu y yacha controlaban a través de colonias permanentes varios recursos alejados de su centro de mayor población. Esta población hacia un esfuerzo continuo para asegurarse el acceso a “islas” de recursos, colonizándolas con su propia gente, a pesar de las distancias de sus núcleos principales, estos moradores conservaban sus “casas” y de más derechos en su núcleo y etnías de origen. De esta manera, Murra nos muestra una síntesis de cómo funcionaba en Huánuco el “control vertical de pisos ecológicos”.

El segundo caso que nos presenta trata de etnías grandes, verdaderos reinos altiplánicos, con núcleos en la cuenca del Titicaca. En este nos menciona tres grupos étnicos, las cuales eran conformadas por indios ricos, pero los dos primeros desaparecieron y solo perduro la tercera la denominada lupaqa. A diferencia del primer caso, según el autor esta tuvo mayor población. Por otro lado, los lupaqa tenían oasis multi-étnicos en la costa del pacífico, los cuales confirman este aspecto indispensable del modelo “vertical”. Es importante, como menciona el autor destacar que en este reino existió otra categoría de islas: las que concentraban artesanos especializados pertenecientes a ambas mitades.

El tercer caso menciona a etnías pequeñas, con núcleos en la costa central. En este, dos etnías se encontraban en disputa y la causa de esta eran los cocales. Pero, a partir de versiones dadas por estos grupos étnicos, el autor llega a la conclusión de que los grupos en contienda estaban de acuerdo en que antes de los ynga había un señor costeño, con su núcleo en Collique, regido por el Collicapa, tal señorío controlaba recursos y que el acceso a estas chácaras requería protección militar ya que era objeto de presión serrana, por lo que tuvieron que ceder y compartir las tierras regadas

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