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Danzas Folkloricas De Guatemala

rayzuelo10 de Octubre de 2013

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Danzas Folklóricas Nacionales de Guatemala

El origen de las Danzas Folklóricas en Guatemala se remonta desde épocas primitivas y muy antiguas en la región. La mayor parte de las danzas han ido desapareciendo, así como también han sido influenciadas por la cultura occidental. Las danzas han cambiado en estos tiempos su objetivo fundamental, ya que antiguamente eran dedicadas con mucha entrega para dar satisfacción, no solo a su cuerpo y su mente, sino también a sus dioses milenarios.

Danzas Folklóricas Nacionales - Baile de Moros

Por influencia de la fe católica, estas manifestaciones culturales están dedicadas a los patronos de los pueblos y algunas cofradías de los mismos, pero aún así sigue prevaleciendo en la profundidad de el pensamiento de los maestros músicos, los cuales piensan que hay que ofrendar al Tzul Taka con música y ritmos para que las cosechas estén bien, realizando ritos para venerar a su deidad y a una imagen católica.

En el Festival Folklórico Nacional , muchas danzas son presentadas como actos costumbristas regionales, a manera de enseñarles a los turistas nacionales y extranjeros la forma en que se llevan a cabo los actos de veneración por medio de las Danzas Folklóricas para diferentes dioses o patronos con un objetivo específico.

EL BAILE DE LA GUACAMAYAS

La Plaza 400 Años fue el escenario en donde los guatemaltecos ofrecieron su función. Foto: José Ángel Cervantes.

Lo mejor llegó casi al final, cuando las plumas color esmeralda de quetzal colgaban del penacho del bailarín protagonista mientras que detrás de él, una parvada de guacamayas danzaban moviendo sus alas multicolor. Fue hasta casi una después cuando Ballet Folklórico Nacional de Guatemala logró entusiasmar a los espectadores.

Tal vez por que era su primera presentación dentro del Fórum Universal de las Culturas, o por los escasos 150 asistentes, pero los bailes rituales del vecino país del sur poco lograron entusiasmar a los espectadores.

El programa, en principio, parecía bueno pues la primera parte de su espectáculo ofrecía sones, parecido al estilo yucateco, y algunas danzas rituales que los antiguos quichés practicaban, sin embargo, por momentos la presentación resultaba algo perezosa y acusaba falta de gracia.

Armados con 12 danzantes y seis músicos (cuatro en la marimba, uno en percusiones y otro en la flauta) parecía que el escenario montado en la Plaza 400 años les quedaba grande, puesto que en ocasiones la música no se escuchaba o los bailarines perdían línea en el escenario.

La riqueza visual que ofrecen los trajes indígenas, así como los elementos religiosos que respaldan cada uno de sus bailes no desentonó y ocasionaron que, en ocasiones, los espectadores agradecieran el espectáculo.

En donde si quedó a deber ese “misticismo” indígena fue en la música, pues en la mayoría de las piezas la

música seguía una misma línea, sin la intensidad y alegría que puede proveer un instrumento como la marimba.

La única pieza que desentonó con el “ritmo” de las piezas anteriores fue el llamado “Son de la siembra”, ejecutado por hombres y mujeres antes de iniciar la cosecha.

Con velas y mezcal se le rindió tributo a la madre tierra; con danzas y alegres sonrisas se recibía a la cosecha del maíz, aunque fuera metafórico.

No obstante, para la segunda parte de la presentación las cosas mejoraron un poco, aunque sin llegar a entusiasmar demasiado a los asistentes. El presentador anunció: “la segunda parte nos ofrecerá piezas que forman parte de los rituales de los antiguos mayas, en donde se rinde tributo a las guacamayas, los monos, los venados, al quetzal y al jaguar. Son piezas que nos llevan al interior del sagrado Chilam Balam”.

Así, las danzas de las guacamayas, con sus vistosos trajes rojos y el verde quetzal bailando al frente; los graciosos monos que con sus piruetas, hacían la analogía con el humano; y, para culminar, la danza del venado que asemejaba en muchos aspectos a la realizada por los Coras, fue como poco a poco los asistentes fueron calentando el ánimo del espectáculo porque la danza, sin calor corporal, no es danza

Bailes y Estampas Folklóricas

Baile de Moros

Baile de Moros

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Estampas Folklóricas

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Danza del Venado

Presentación de la danza del venado en San Carlos, Sonora, México.

La Danza del Venado es una danza ritual celebrada por los indios yaquis y mayos de los estados mexicanos de Sonora y Sinaloa. Mayormente en el primero y mas arraigado. Ambos grupos se encuentran emparentados entre sí, y hablan lo que parecen ser variantes de la misma lengua cahita. Esta danza es una dramatización de la cacería del venado, héroe cultural de estos pueblos, por parte de los paskolas (cazadores).

Arturo Warman, un reconocido antropólogo mexicano, consideraba que la música y la letra de la danza del Venado debían haber transitado con muy pocos cambios desde la época prehispánica hasta la actualidad.

Instrumentación

Los instrumentos necesarios para la interpretación de la Danza del Venado son los siguientes:

• Flauta. es una flauta de carrizo, de tres agujeros.

• Tambor de parche. Se trata de un tambor con parche de piel de venado o de vaca, que es percutido con una vara de madera por la misma persona que ejecuta la melodía en la flauta.

• Tambor de agua. Está constituido por una calabaza o guaje hueco, puesto boca abajo sobre el agua contenida en una batea de agua. La jícara se golpea con un palo para generar un sonido grave.

• Raspadores. Se emplean en general dos raspadores de madera, de unos 30 cm de longitud con estrías, que se apoyan sobre dos medias calabazas huecas que funcionan como cajas de resonancia. Para producir el sonido, son frotados con una vara de madera o de metal.

• Sonajas. Se trata de sonajas hechas con calabazas huecas rellenas de semillas o piedrecillas de río. Las sonajas tienen un mango y son ejecutadas por los pascolas y el maso o venado.

• Tenábaris. Los bailadores se sujetan a los pies una cadena de tenabaris hechos de capullos secos de mariposa "cuatro espejos" con piedrecillas dentro. Al ejecutar la danza, los cascabeles suenan.

Personajes

Escultura en memoria de el danzante de la "Danza del Venado" Jorge Tyler, en la calle Génova de la Zona Rosa en la Ciudad de México.

Los personajes que intervienen en la danza son los pascolas, que van a dar muerte al venado, y el venado mismo. Tanto unos como el otro llevan un atavío ritual. Los pascolas cubren sus caras con máscaras de madera, decoradas con barbas de ixtle y pintura de color blanco sobre fondo negro generalmente. Llevan los aperos propios de la caza: arcos y flechas, además de sus sonajas y cascabeles. El venado, por su parte, va desnudo del torso, descalzo y lleva los puños cubiertos por pañuelos. A veces se cubre la mitad inferior de la cara con un paliacate, y, puesto que su tocado le cubre la frente, sólo lleva los ojos al descubierto. El tocado del venado es la cabeza de este animal, disecada y sujetada a la cabeza del intérprete.

Ejecución

Los instrumentos tienen la función de acompañar a diferentes personajes del drama. Como este es iniciado por los paskolas , los instrumentos que empiezan la danza son la flauta, el tambor de parche y las sonajas y cascabeles que llevan los pascolas. Cuando el venado entra en la escena (y esto no se ha de entender como un teatro, porque la danza se realiza en una enramada o en el patio del templo del pueblo), también entran en acción el tambor de agua y los raspadores, así como el cantador, que relata la historia en lengua yoreme.

Los pascolas, cuando aparecen en escena, simulan con su danza buscar la presa de su cacería. Cuando advierten que el venado está por entrar, se esconden de él (es decir, abandonan el escenario, pero acechan entre los espectadores). Al compás del tambor de agua y los raspadores, el ejecutante del maso imita los movimientos del venado cola blanca característico de la región: se inclina a buscar agua en el río, otea los alrededores para asegurarse que no hay peligro y así por el estilo. Finalmente, entran los pascolame agitando sus sonajas y persiguen y dan muerte a flechazos al venado;esta danza se celebra en febrero.

DANZA DE LOS MOROS

Danza de moros y españoles

La danza de moros y españoles es una estampa medieval que refleja los combates caballerescos de Las Cruzadas. Santiago, patrono de los combatientes cruzados de occidente, eficaz protector espiritual y, según la tradición popular, vencedor fisico de los infieles, es empleado en la danza como uno de los personajes principales (también en la danza de los santiagueros); otros elementos fueron

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