Decena trágica

                                                                ¡Ciencia y Pureza!                                                  22/01/2021

Decena Trágica 

Diez días después de que un grupo de militares alzara las armas al gobierno de Francisco I. Madero, se llamó La Decena Trágica. Desde que la rebelde Victoriano Huerta fue nombrada comandante en jefe por el mismo presidente hace dos días, ha quedado en la memoria colectiva como un ejemplo de traición. Este incidente eventualmente llevó al asesinato del presidente Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, y se incorporó a la presidencia del general Victoriano Huerta. En 1910, Francisco I. Madero (Francisco I. Madero) se convirtió en el iniciador del movimiento armado, y en nombre de todos los que querían derrocar a Porfirio, reunió sus fuerzas revolucionarias. Díaz, en 1913, después de que el general Porfirio Díaz fuera depuesto, Madero había perdido el tremendo apoyo que alguna vez tuvo. Era impopular porque cuando fue ascendido a presidente, los revolucionarios, los agricultores y los trabajadores tenían muchas expectativas sobre las medidas que tomaría su gobierno y él no cumplió con estas medidas. Por lo tanto, cuando tropas de la Escuela de Entrenamiento Militar de Tlalpan y del Cuartel Tacubaya dispararon armas contra el gobierno el 9 de febrero de 1913, la noticia no se informó. Muy gratamente sorprendido. Antes de eso, la Ciudad de México había estado lejos del campo de batalla. Por primera vez en la guerra, vivió civiles muertos en la calle, los gritos de los heridos, el retumbar de los cañones y la lluvia de balas de ametralladora. Los rebeldes, liderados por Mondragón y Díaz, se retiraron y se desviaron, aparecieron frente a La Ciudadela amenazando a su sacrificado. El general Villarreal se rindió, y no tenía su cuartel solo. El general Braquette, confirmado por Huerta y Mondragón, emitió una orden la noche del 22 de febrero para trasladar a Madero y Pino Suárez a la prisión de Lecumberri. En el camino se simuló un ataque y el prisionero fue asesinado. La ciudad escuchó una noticia: "Han matado a Madero". Aunque la primera reacción fue una brutalidad, la mayoría de los pobladores de la capital se regocijaron por las hostilidades. Saltaron a las calles y decoraron los muros exteriores. Se unieron desde casa y con la prensa, alabando a los vencedores y condenando a los caídos. Mi opinión sobre la decena trágica es que trajo muchas consecuencias como que los intentos de implementar una política democrática en la república fracasaron y pues eso causo que se impidiera la entrada de capital extranjero y provocaron el cierre de muchas empresas, así como la inconformidad de trabajadores mexicanos.

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