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DECENA TRAGICA


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  7.980 Palabras (32 Páginas)  •  472 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El acontecimiento de la decena trágica fue el resultado de viejas rencillas políticas entre Madero, Felix Díaz y Bernardo Reyes. Además aunado el error de Francisco I. Madero de conservar al ejército federal del Porfiriato durante su gobierno.

A principios del siglo XX, México era un país en el que las repercusiones de la revolución industrial no tenían más de medio siglo por lo cual, como sucedió en muchos otros países, el liberalismo económico se empeñaba en convertir a un México rural, con rasgos muy marcados del feudalismo, hacia un país moderno, bajo el nuevo sistema capitalista.

La burguesía incipiente y con mayor poder económico empezó a desplazar a los terratenientes y latifundistas, el Estado mexicano cumplía la función de salvaguardar los “ideales” del liberalismo económico.

Porfirio Díaz impulsó una modernización que se reflejó en sus obras públicas: infraestructuras viales, monumentales avenidas edificios a la usanza europea le ayudaron a sostener su régimen apoyado en la clase dominante y en una estructura visual, sin hacer cambios sustanciales a la situación de miseria del campo y de la ciudad, en la que fue sumergiéndose el país. Así no fue extraño el surgimiento de una oposición, cuyos planes para modificar las condiciones políticas y sociales del país.

Así, llegados los numerosos levantamientos armados alrededor del país, durante 1906, 1907, 1908. En 1910 liderado por el acaudalado empresario Francisco I. Madero, que procuró aglutinar a todas las fuerzas políticas, sociales y económicas para conseguir un orden social nuevo. Su proyecto buscaba un sistema más democrático.

Para principios del siglo XX, México presentaba una desigualdad social extrema. La mayoría de la población sobrevivía en la miseria, una buena parte de ésta eran asalariados agrícolas y en menor medida obreros de las pequeñas ciudades. Como contraparte se beneficiaban del Estado y sus finanzas públicas una minoría de privilegiados hacendados, capitalistas extranjeros y nacionales, altos mandos del ejército.

Cuando Francisco I. Madero llegó a la Presidencia de México mantuvo vínculos con personas afines a Porfirio Díaz; tratando de mantener la estabilidad económica, social y de preservar la inversión extranjera, no realizó grandes reformas en la infraestructura de gobierno; y conservó intacto el ejército federal porfirista. Esto causó que perdiera el apoyo de muchos revolucionarios que consideraban que no se identificaba con las clases marginadas. Los hacendados tampoco estaban contentos ya que esperaban medidas más enérgicas para frenar la revolución campesina zapatista, lo que fue debilitando su fuerza política.

Cuando algunos revolucionarios lo abandonaron, llamó al general Victoriano Huerta para luchar contra Pascual Orozco y Emiliano Zapata, que se habían levantado en armas. Las élites militares se sumaron a la oposición buscando la oportunidad para derrocarlo, entre los dirigentes de este movimiento estaban el general Bernardo Reyes y el general Félix Díaz, que contaba con el apoyo de los porfiristas en el exilio. Después de romper relaciones con Madero, Bernardo Reyes se refugió en San Antonio, Texas, e intentó organizar desde allá un levantamiento. El 16 de septiembre de 1911 proclamó el Plan de la Soledad, que no consiguió apoyo en Estados Unidos, ni en México. Al ver que su intento resultó fallido, regresó derrotado a México y se entregó voluntariamente el 25 de diciembre de 1911 en Linares, Nuevo León, desde donde fue trasladado a la cárcel militar de Santiago de Tlatelolco.9 Félix Díaz encabezó otro levantamiento en Veracruz el 16 de octubre de 1912, este con la intención de restablecer el antiguo régimen, pero fue contenido rápidamente por las fuerzas federales y encarcelado en la Penitenciaría de Lecumberri. Madero decidió no ejecutarlos.

Francisco L. Urquizo, narra la trama histórica de la lucha durante la decena trágica. El presidente Francisco I. Madero lo llevó al ejército con el grado de subteniente de caballería, formando parte de la guardia presidencial. En su libro titulado “Tropa Vieja” narra con gran detalle la tragedia de la decena trágica.

"…Estábamos en guerra los pobres desamparados y hambrientos de los campos, contra otros pobres también desamparados y hambrientos, pero apergollados por una disciplina militar: la misma necesidad teníamos todos de justicia y en la desesperación de unos y de otros, peleábamos hasta matarnos, con toda nuestra alma, para acabar de una vez no con los opresores de arriba, sino con nosotros mismos; acabar una vida que nunca había de ser mejor, para ver si era cierto que en el otro mundo se podía encontrar lo que aquí escaseaba para todos. ¿A poco creían los rebeldes que ganando ellos iban a acabar con los poderosos, con los patrones, con los que tuvieron la suerte de educarse bien? Podrían tirar a un mandón, pero no sería sino para poner a algún otro en su lugar. ¿La igualdad?; imposible; siempre habría de haber ricos y pobres, desmedrados y opulentos; igualdad, sólo en la muerte y aun eso mismo estaba todavía por verse. ¿Quién sabe el más allá? Y si era cierto lo que decían los curas, también en la otra vida habría de haber un infierno para los desafortunados y una gloria para los que tuvieron mejor suerte; y en vez de patrones españoles, jefes políticos, y cabos y sargentos, puede que hicieran allí sus veces los santos y los profetas y los mártires o como se llamaran, los que pudieran más en poder o en influencia. Los pobres de esta tierra puede que fueran los pecadores o los condenados en la otra vida; ¿no éramos los pobres aquí, los que matábamos y robábamos y hacíamos todo el mal? ¿No eran los ricos aquí los que no derramaban la sangre de las gentes y los únicos que podían rezar en una iglesia y hacer la caridad con su dinero? Forzosamente en el otro mundo, tendríamos que seguir de igual manera…".

(Tomado de la página 150).

FRANCISCO I. MADERO

NARRATIVA DE LA DECENA TRAGICA

En la madrugada del día 9 de febrero se inicio en la ciudad de México, el movimiento armado con el nombre de la decena trágica, cuando los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz levantaron en armas a un grupo de cadetes de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan así como a la tropa del cuartel de Tacubaya. Sus objetivos eran el Palacio Nacional, para capturar al secretario de Guerra Ángel García Peña; la prisión de Santiago Tlatelolco, para liberar al general Bernardo Reyes; y la prisión de Lecumberri, para liberar al general Félix Díaz.

Un grupo de vanguardia de la Escuela de

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