Del Nuevo Al Viejo Estado Mexicano

1910 DEL NUEVO AL VIEJO ESTADO MEXICANO

1910 año inicial de un proceso, el nacimiento del Estadio Mexicano contemporáneo, con diversas fechas decisivas: 1914-1915, 1917, 1920 y 1929. Año de éxitos y derrotas, de fracasos y triunfos, en el que el pacifista se hizo jefe de una rebelión; año en el que se desechó el orden y se retractó el progreso, adentrándose en la incertidumbre de la violencia que tanto había costado superar. Año en el que, de un gran festejó, se pasó a una rebelión popular.

Para Porfirio Díaz comenzó un año venturoso, aunado al proceso electoral, confiado en resultados favorables ya que su mayor amenaza, el movimiento reyista, había sido desarticulado al aceptar el general Bernardo Reyes una comisión oficial en Europa. Luego de la dura represión a los movimientos obreros de Cananea y Río Blanco, el país gozaba de paz en el ámbito laboral, las alianzas entre los liderazgos obreros y los círculos magonistas habían sido quebrantados. Era también la reivindicación de un país antes insolvente que había entrado ya a la senda del progreso. La estabilidad política traída por Porfirio Díaz había sido la condición inicial del crecimiento socioeconómico.

En 1910 Díaz optó por su conocida mecánica reeleccionista, practicada antes en seis ocasiones. Era impensable que confiara en la alternancia de sus colaboradores. El mayor desafió a su reelección lo sería un militar de su propio grupo sin darse cuenta que las personas que lo desafiaban eran clases sociales modernas como los crecientes obreros y la clase media urbana. Díaz decidió restaurar la vicepresidencia como mecánica sucesoria. Así, en lugar de ceder el poder a alguien, se seguiría reeligiendo y sería destituido sólo cuando llegara su muerte.

A pesar de las precauciones de Díaz, los numerosos cuadros reyistas pasaron de la desilusión al enfado y, con ello, a la construcción de un movimiento oposicionista proponiendo una elección libre para la vicepresidencia, en la que compitieran la formula Díaz-Corral contra la pareja Díaz-Reyes. Sin embargo, antes de que se plasmara tal propuesta Reyes fue trasladado a Europa.

Otra diferencia entre la reelección de 1910 y las anteriores es que tuvo que enfrentar un auténtico movimiento opositor. Francisco I. Madero fue un sincero opositor cuyos logros terminaron por convencer a escépticos y ortodoxos (los Madero tenían mala relación con Bernardo Reyes). Madero demostró que encabezaba un movimiento opositor auténtico, había desplazado a las otras alternativas, tanto al radicalismo de Flores Magón como al indeciso Bernardo Reyes.

Una tercera diferencia consistió en la repolitización de la sociedad mexicana con la aparición de un grupo que a principios de siglo exigió la aplicación de los preceptos liberales, los efectos divisivos de la restauración de la vicepresidencia, las represiones a los obreros de

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