Discurso 16 De Septiembre

La guerra por la Independencia de México inicia en la ciudad de Dolores estado de Guanajuato, luego que la conspiración de Querétaro fue descubierta, fue cuando aquel 16 de Septiembre de 1810 el cura Miguel Hidalgo y Costilla se lanzó a la guerra apoyado por una tropa de indígenas y campesinos, bajo el Grito de “¡Viva la Virgen de Guadalupe!, ¡Muera el mal Gobierno! Y ¡Abajo los gachupines!”.

En 1813, el congreso de Chilpancingo declaró constitucionalmente la Independencia de la América Mexicana, la derrota de Morelos en 1815 redujo el movimiento a una guerra de guerrillas; hacia 1820 solo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz, por esas fechas Agustín de Iturbide pactó alianzas con casi todas las facciones incluyendo al gobierno virreinal y de esta manera fue como se consumó la independencia el 27 de Septiembre de 1821, España no la reconoció formalmente sino hasta diciembre de 1833 y de hecho intento reconquistar México sin éxito.

Cada vez más claro, según el tiempo avanza, cada vez más definido, según pasan los años vemos aquel acto glorioso, aquel acto inmortal llevado a cabo por un hombre que en los umbrales de la muerte, cuando su religión le mostraba el cielo, bajó la vista hacía la tierra donde gemían los hombres bajo el peso de las cadenas y no quiso irse de esta vida no sin antes haber roto las cadenas y transformado al esclavo en hombre libre; es por eso que veo en los ojos de mi imaginación la simpática figura de Miguel Hidalgo, veo sus cabellos blanqueados por los años y por el estudio flotar al aire, veo el noble ejército del héroe iluminar el rostro apacible de aquel anciano en la tranquilidad de su aposento ponerse repentinamente en pie y llevar la mano nerviosa a la frente.

Este fue el principio de la formidable rebelión que hoy con gusto celebramos y no fueron los ricos los que rodearon a Hidalgo en su empresa de gigante, fueron los pobres fueron los desheredados y fueron los parias los que amasaron con su sangre y con sus vidas la gloria de granaditas, la tragedia de calderón y la epopeya de las cruces.

Los pobres son la fuerza, no porque son pobres sino porque son el mayor número.

Ciudadanos: hemos conquistado la independencia nacional y su soberanía y por eso nos llamamos mexicanos, hemos conquistado nuestra libertad política por lo que nos llamamos ciudadanos; falta por hacer valer algunos derechos por los que perdieron la vida nuestros héroes.

Es grande el mexicano cuando rechaza con su pecho desnudo y sus armas de piedra, al bandidaje español caído en nuestra tierra en son de conquista; es grande el mexicano cuando vencido y torturado, proclama justicia.

¡Gracias!

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