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Discurso De Porfirio Muñoz Ledo El 20 De Noviembre De 1969 Para Estudiantes Que Les Urja Un Discurso Completo Y Rapido


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2013  •  2.417 Palabras (10 Páginas)  •  600 Visitas

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El gobierno de la República, representado por los tres poderes de la Unión, honró la memoria del creador de nuestras Instituciones políticas general Plutarco Elías Calles, y al depositar sus restos junto a los de Madero y Carranza,dio testimonio de la unidad que vincula a pueblo y gobierno con las corrientes políticas que se entrelazaron en la edificación del México moderno.

Bajo el marco majestuoso del Monumento a la Revolución, y en ocasión del quincuagésimonono aniversario del principio de nuestro movimiento armado, se afirmó que México ha sabido mantener y remodelar el rumbo de una Revolución inconclusa, y que el 20 de noviembre es ahora algo másque el aniversario de una revuelta precursora o el recuerdo de nuestro irrenunciable punto de partida.

El acto se inició en punto de las 10:00. En el presidium, bajo el lema “Revolución Actuante, con la Ley y con la Paz”, el jefe de la nación estuvo acompañado por los representantes del Poder Legislativo, diputado Fernando Súarez del Solar, presidente de la Cámara de Diputados; del representante del Poder Judicial, licenciado Alfonso Guzmán Neyra, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; y por los miembros del gabinete. En la ceremonia estuvieron familiares del general Calles funcionarios gubernamentales, miembros del Ejército Nacional y numeroso público.

Los restos del General Calles, que en ceremonia previa habían sido exhumados en el Panteón Jardín, acto al que asistió el licenciado Mario Moya Palencia con la representación personal del presidente Díaz Ordaz, fueron trasladados escoltados por cadetes del Heroico Colegio Militar, hasta quedar bajo la bóveda del Monumento a la Revolución.

El único orador, licenciado Porfirio Muñoz Ledo, señaló que el homenaje a Calles se justifica sobradamente a la luz de la historia y en función de nuestro presente, y es digno de unirse a las figuras de Madero y Carranza por el limpio servicio que prestó en todas sus etapas a la causa revolucionaria: como soldado, como gobernante y como estadista que fundó nuestra paz social y que puso en marcha la era constructiva de nuestro tránsito hacia la modernidad.

Expresó que no se pretende establecer entre ellos alianzas póstumas, sino que el gobierno ha querido subrayar hoy la armonía profunda de nuestro ciclo revolucionario al reiterar, simultáneamente, su admiración reverente a Carranza y al recoger la voz del pueblo que señala a Villa como un vengador auténtico de los agravios y de las servidumbres a que había sido sometido. Apuntó que con orígenes distintos, todos pertenecen a la tradición liberal. “Todos ellos —añadió— habrían combatido al lado de Morelos o Juárez si el tiempo se los hubiese permitido”.

A los acordes de una marcha fúnebre, los cadetes depositaron la urna con los restos de Calles en la cripta ubicada en la columna noreste del Monumento a la Revolución. Los representantes de los tres poderes, acompañados por los familiares del general Calles depositaron una ofrenda floral y montaron guardia. Enseguida, el presidente y sus acompañantes hicieron lo mismo en las criptas de Carranza y Madero.

El acto central terminó cuando el presidente y la comitiva se trasladaron al templete instalado al lado sur del monumento para presenciar el paso del desfile deportivo que se inició a las 11:00 y terminó a las 13:00.

TEXTO DEL DISCURSO DE MUÑOZ LEDO

Pertenezco a una generación de mexicanos que ha reconocido la obra de sus antepasados, que ha aprendido a respetar la severidad del escenario republicano y que aspira a honrar la memoria de los hechos cuyo aniversario hoy nos congrega.

Este día no es sólo ocasión para reverenciar hombres y principios a los que debemos nuestro ser nacional; es también elocuente testimonio de la unidad que vincula con su gobierno, a las corrientes políticas que se entrelazaron en la edificación del México moderno y a las generaciones que han tenido y que tendrán que asumir la continuidad; de nuestro proceso revolucionario.

Hoy la historia ha vuelto a adquirir los contornos de nuestro presente y a señalarnos líneas del porvenir, porque merced a una obra memorable de gobierno. México ha mantenido y remodelado el rumbo de una Revolución inconclusa.

De esta manera, el veinte de noviembre es ahora algo más que el aniversario de una revuelta precursora, algo más que el recuerdo de nuestro irrenunciable punto de partida, algo más que el homenaje a la iluminada vocación democrática de Madero.

En nuestros días esta fecha incorpora a su ámbito evocador el régimen constitucional y el régimen político de la República, para convertirse en el símbolo de todo un siglo del acontecer nacional. Desde la perspectiva de nuestro tiempo la Revolución compendia la lucha que el pueblo mexicano ha empeñado durante este siglo en favor de su libertad y la estrategia que ha diseñado para acrecentar su independencia.

Al definir nuestra revolución como una larga sucesión de momentos estelares, como un proceso vivo que solicita el recurso de nuevas reformas y de nuevos esfuerzos, ennoblecemos el quehacer políticoy otorgamos al trabajo de los mexicanos la relevancia de una obra histórica. De ahí que una vigorosa concepción de nuestra vida pública se haya preocupado celosamente por ubicar a la política en el plano de la historia y haya decidido abrir nuevamente el panteón n el que moran los grandes conductores de nuestro movimiento social.

En México los héroes del estado lo son también de la nación por que el avance de la comunidad mexicana, e incluso nuestra idea de patria, son consecuencia de la obra política del pueblo y de los poderes que éste ha constituido. Contra quienes sostienen que nuestra evolución política va a la zaga de nuestro desarrollo, el gobierno de la República honra en este acto al creador de nuestras instituciones políticas y reafirma que estas constituyen la síntesis y el instrumento más eficiente de nuestro progreso histórico.

El homenaje que rendimos esta mañana a la memoria del general Plutarco Elías Calles se justifica sobradamente a la luz de la historia y en función de nuestro presente. El decreto que dispuso el traslado de sus restos bajo esta bóveda lo estimó digno de unirse, en la posteridad, a las figuras de Francisco IMadero y de Venustiano Carranza por el limpio servicio que prestó en todas sus etapas a la causa revolucionaria: como soldado, como gobernante, y como estadista que fundó nuestra paz social y que puso en marcha la era constructiva de nuestro tránsito hacia la modernidad.

El gobierno de la República ha querido subrayar hoy la armonía profunda de nuestro ciclo revolucionario al reiterar simultáneamente, en el

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