Discursos De Las Mujeres Dedicadas A Los Templos

Durante este reporte se abordaran dos lecturas de mucha importancia en las cuales están relacionas entre sí, ya que nos habla de cómo era la educación para las mujeres en tiempos atrás. Lo rescatable de la lectura “discursos de las mujeres dedicadas a los templos” es que en las naciones, la mexicana fue la que más se dio al culto supersticioso de demonios y eran en gran cantidad el número de sacerdotisas con que llenaban los templos después de 40 días de nacida, los sacerdotes la aceptaban en nombre de los ídolos; estas eran presentadas por medio de una oración que era dirigida a sus dioses, concluido este ofrecimiento se la devolvían a sus padres para que las criasen hasta la edad de ocho años que era el tiempo destinado para que entrase en clausura; y habiéndose determinado el día de la función y congregándose los parientes la conducían al templo, coronada de flores y vestida de usanza, donde era recibida por el sumo sacerdote y las bajaban a las salas donde en presencia de la superiora y las restantes doncellas, el tequacuilli, superintendente o vicario decía una elegante platica para ellas; en esta plática se le exhortaba a que olvidaran lo que hubieran vivido con sus padres e incluso los regalos de su niñez, así como también a obedecer a la que habría de ser su nueva madre, inculcándoles la limpieza, y la castidad ya que representaba algo muy importante para ellos siendo castigadas si pecaban con referencia a ello; por tanto creían que las vírgenes de cuerpo y corazón eran las más llegadas a Dios pues ellas debían entregarse en cuerpo y alma al servicio de Dios ya que representaba un honor para ellas estar en ese lugar, existía mucho la disciplina, el respeto y la obediencia hacia su Dios. Debían realizar distintas tareas como barrer, hilar, matizar las vestiduras sagradas, guisar las comidas que se exponían para el altar, así como también debían andar en el camino de la rectitud alejándose de las malas compañías y si se iba a retener serían solo cosas buenas huyendo de lo malo.

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