EL BARROCO: Europa Católica

EL BARROCO: Europa Católica

El término barroco fue acuñado por los críticos del siglo posterío al XVII para ridiculizar este estilo como absurdo y grotesco. La razón: las formas de los edificios clásicos no debían ser combinados de otra forma como lo fueron los edificios de los Griegos y Romanos. Además, la pintura no se vio como una continuación del manierismo, porque se dijo que había seguido por mal camino.

En el siglo XVII, hombres cultos y aficionado discutían en Roma sobre los diversos movimientos existen en el barroco. Esta ciudad era el epicentro del arte de los países adheridos al catolicismo romano. Allí se dirigían artistas de diversas partes para enriquecerse sus conocimientos sobre las nuevas corrientes artísticas. En este periodo destacan tres artistas que determinaron e influyeron en los demás pintores de la época, ellos son: Carracci, Caravaggio y Rubens.

Annibale Carracci y sus discípulos propusieron un programa de idealización del embellecimiento de la naturaleza. Carraci y Guido Reni rescataron la sencillez y belleza de las obras de Rafael, con el objetivo de plasmar la belleza pura. Para conseguir tal fin, utilizaron como referencia las esculturas clásicas que sumadas al manejo de la luz sobre los cuerpos les permitieron obtener pinturas sencillas y armónicas. Estas ideas también fueron compartidas por Nicolas Poussin y Claude Lorrain. Quienes además de cultivar la belleza de los cuerpos, se preocuparon por la representación realista de los paisajes y la naturaleza, los cuales generan emociones a través de la utilización de las luces doradas y los aires plateados.

En contraposición, Michelangelo Da Caravaggio deseaba la verdad, tal y como él la veía. Por lo tanto, no tenia preferencia por los modelos clásicos ni respeto por la belleza ideal. Su objetivo principal era copiar fielmente la naturaleza, así esta fuera bella o fea, lo que hacía que sus personajes parecieran muy reales. En el caso de los acontecimientos sagrados se imaginaba los hechos como si el hubiera estado en el preciso momento en el que sucedían. Diego Velázquez fue uno de los artistas que asimilo esta corriente y al igual que Caravaggio consagro su obra en la observación objetiva de la realidad. Esto se logó utilizando la luz dura y segadora, que en contrasten con el manejo de las sombras profundas y el predominio de los colores oscuros lograron transmitir el atrevimiento de las escenas que hasta se conservan.

Por otro lado, Pedro Pablo Rubens a pesar de participar de las discusiones que se llevaban acabo en Roma, no se inclinó por ninguna tendencia, ni belleza, ni naturalismo. Sus principales influencias eran los pintores flamencos, quienes se interesaban en la multiplicidad de las cosas. La tarea de Rubens consistía en pintar el mundo en torno a él, pintar lo que le gustase y hacer sentir su complacencia en la belleza múltiple. La gran característica de su obra es la pincelada, con ella daba vida fácilmente a cualquier cosa para vivificarla intensa y gozosamente. Es así, que sus cuadros ya no son solo dibujados por el color, sino, son ejecutados por medios pictóricos. La calidad y superficialidad con que Rubens pintó las cosas fue captada por su discípulo Antonio Van Dyck, quien a través de sus retratos melancólicos y lánguidos logro registrar la sociedad aristocrática de la época. Además, estableció un precedente nocivo que perjudico a la pintura del retrato debido a la gran utilización de maniquíes para pintar los retratos.

A la luz del texto leído el barroco se presenta como una explosión de los sentidos por los elementos recargados. Los cuales, gracias a la utilización de las luces y los contrastes oscuros establecieron una corriente que expresan la complejidad de la vida; desde la belleza y perfección de los cuerpos, hasta el realismo y la crueldad de la vida. Finalmente

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