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LO BARROCO Y LA IGLESIA CATÓLICA EN ROMA, SIGLOS XVII Y XVIII


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  1.556 Palabras (7 Páginas)  •  471 Visitas

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Escogí a Roma como ciudad central porque es allí donde el renacimiento alcanzo su máximo grado de duración, ocasionando que sus habitantes fueran más agudos frente al arte, por ende en este lugar la observación de la transformación barroca fue considerada de la forma más rigurosa posible, ya que “el barroco Romano es la transformación más completa y la más radical del Renacimiento. Mientras que en otros lugares el estilo surge esporádicamente y el nuevo consiste en decir con énfasis lo que antes se había dicho con simplicidad.” (Wölfflin, H., 1968, P.14).

Teniendo en cuenta que roma es una ciudad con una sensibilidad al arte mayor que cualquier otra, pasare a desarrollar la hipótesis de este ensayo: ¿Porque el estilo barroco fue parte de la contrarreforma?, para darle respuesta a esta cuestión, hay que empezar comentando sobre la crisis que pasaba la iglesia católica por culpa de la reforma. Un asunto que les preocupo mucho fue según Echevería, B. (1998), el individualismo, ya que el sentido cristiano de la vida dejo de ser un hecho colectivo para pasar a ser una experiencia individual, propia de la vida de cada uno, en donde se reflexionaba sobre el pecado, la culpa y la redención. Esto último era muy importante para la iglesia católica pues el papel de sacerdote se estaba volviendo innecesario, necesitaban una forma de acercar a las personas, de manifestar que Dios requiere de intermediarios para hacer cumplir sus mandamientos, y que mejores personajes que los santos y María, pues en ella “se consagra una entidad intermediaria entre el ámbito superior, el de la ley universal, donde Dios parece prescindir del ser humano, y el plano inferior, el de los casos concretos, donde también, por su parte, el ser humano parece poder desentenderse de Dios”.( Echevería, B.,1998, P.205)

Para difundir estas ideas la iglesia necesitaba de algo que estuviera al alcance de todas las personas, en especial de las pertenecientes a las clases bajas, para ello utilizo el barroco, Según Echevería, B. (1998), fue incluso considerado como el estilo oficial de la iglesia católica después del concilio de Trento, pues les resultaba muy fructífero por su capacidad de provocar experiencias radicalmente ambivalentes, estados de vértigo en los que los contrarios se interpenetran, se confunden o se mezclan, y lo que es más útil todavía: que escenifica el contacto o la unión en una sola continuidad del mundo terrenal y el mundo divino.

La pintura barroca italiana estaba casi exclusivamente al servicio de la iglesia, además muchos artistas fueron llamados por la iglesia para diversos encargos, por parte de los papas, familiares o amigos de esté. “En el siglo XVII en la ciudad de roma se comenzaba con cada nuevo pontificado la construcción de un palacio o una villa, la instalación de una capilla familiar en alguna de las iglesias más importantes de Roma, o la creación de una colección de objetos de arte. La metrópoli papal poseía de esta forma un gran poder de atracción, pues aseguraba no solo encargos renumerados, sino además posibilidades de progreso social. A esto se añadió, como una atracción más, la gran proliferación de grandiosos monumentos clásicos y modernos. La ciudad de Roma se convirtió en la patria elegida por muchos artistas ambiciosos. Cada heredero del trono de San Pedro, nada más al empezar su pontificado, comenzaba a encargar obras artísticas con una urgencia febril, para mostrar riqueza y poder lo más rápidamente posible.” (Toman, R. & Bednorz, A., 1997, P. 374) Todo lo anterior con el fin de manifestar que la iglesia seguía poderosa y rica, a pesar de los movimientos reformadores que se estaban gestando, además era importante interpretar en la pintura los asuntos de la fe de forma convincente y comprensible para quien la observara.

El anterior punto de vista demuestra el uso del barroco como la exaltación de la riqueza y el poder la iglesia, en contra de esté incluimos que según Sebastián, S. (1981), los espíritus de los católicos estaban consternados por las destrucciones de los protestantes, y por esto la iglesia tuvo que emprender la recuperación espiritual de Europa, escribiendo libros combativos, usando el arte Barroco como medio de propaganda y multiplicación de las imágenes religiosas en respuesta a la Reforma, pero esta riqueza decorativa no fue por gusto, fue una idea de lucha.

Existía un problema con la representación de Dios en las imágenes puesto que “El único Dios que el artista puede representar es aquel que se manifiesta en la experiencia humana de la continuidad de este mundo y el otro; experiencia que sería irrepresentable cuando es propia, porque no es vista sino vivida, pero que puede ser representada cuando es de otros, porque entonces si es visible aunque solo sea en sus efectos.” (Echevería, B.,1998, P.98) Esta experiencia puede ser captada por los ojos del cuerpo

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