El Ahorcamiento
jordaangeles18 de Febrero de 2014
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El Ahorcamiento
El ahorcamiento, como método de ejecución, estuvo presente desde mucho antes de su primera expresión legal en leyes mesopotámicas surgidas alrededor del 2500 antes de Cristo. De ese modo, desde tiempos remotos la horca (instrumento por excelencia del ahorcamiento) viene afianzándose como un símbolo del castigo ejercido por la autoridad y asociándose a la pena de muerte como consecuencia de no respetar la ley.
Técnicamente el ahorcamiento puede definirse como: ‹‹la muerte producida por la constricción del cuello, ejercida por un lazo sujeto a un punto fijo y sobre el cual ejerce tracción el propio peso del cuerpo.›› Ahora bien, dos son las formas principales en que éste puede concebirse: 1) como un método de ejecución, y 2) como un método de suicidio. Sin embargo, aquí solo se hablará del ahorcamiento como método de ejecución.
Formas de ahorcamiento:
Caída corta
En su forma más peculiar, se coloca al condenado en la parte trasera de una carroza, de otro vehículo o de un caballo; y, la soga que se coloca en su cuello, está unida al vehículo de forma tal que, cuando éste se desplaza, deja a la persona colgada y ésta sufre una muerte por estrangulación, lenta y dolorosa.
Éste método fue el más usado hasta el año 1850. Era bastante común emplear escaleras o bancos, sobre los cuales debía trepar el prisionero para luego morir cuando le fuera retirado el objeto que le mantenía de pie, ya que alrededor de su cuello tenía atada una soga que estaba conectada con el palo superior de la horca.
En Irán se sigue ejecutando a los reos ahorcándolos. Para ello se usan grúas que elevan a los condenados y los exhiben en lugares públicos para disuadir a otros delincuentes.
Colgamiento por suspensión
En esta variante la particularidad es que la horca es móvil y, en virtud de esa movilidad, puede elevar al condenado una vez que éste está en posición, produciéndole así una muerte por suspensión que excluye la caída. Un ejemplo claro de éste método lo vemos en Irán, donde las horcas son grúas que alzan a los condenados y los ahorcan…
Caída estándar
Esta forma se caracteriza porque la caída del ahorcado está entre los 1,2 y 1,8 metros. Su introducción data del siglo XIX y tiene como espacio a los países de habla inglesa y aquellos que en ese entonces estaban bajo la influencia de éstos.
Esta forma de ahorcamiento es considerada una mejora de la caída corta, y fue creada sobre las investigaciones del médico irlandés Samuel Haughton, quien mostró cómo una caída de las dimensiones indicadas era suficiente para producir una inmediata rotura del cuello y una posterior parálisis seguida de una inconsciencia casi siempre instantánea. Era mucho más rápido e indoloro.
Fue éste el método con que ajusticiaron a los nazis en los juicios de Nuremberg, aunque justo allí falló, tal y como se ve en lo que el historiador Giles MacDonogh escribió sobre la ejecución del nazi Ribbentrop: ‹‹El verdugo falló la ejecución y la cuerda estranguló al ex canciller durante veinte minutos antes de que expirara››
Caída larga
Así como la caída estándar fue la mejora de la caída corta, ésta fue la mejora de la caída estándar. Su creador fue William Marwood, y caracterizó a esta forma por el hecho de que tenía una distancia indefinida (pero dentro de ciertos intervalos) que debía precisarse en función del peso del condenado, ya que de ese modo se evitarían lamentables errores como los que sucedían a veces con los métodos anteriores (en los que incidentalmente se produjeron decapitaciones…).
Pese a todo el método resultó imperfecto en la práctica, y un ejemplo de eso fue la decapitación de Black Jack en 1901 dentro de Nuevo México, o la de Eva Dugan en 1930 dentro de Arizona, siendo éste último incidente lo que impulsó al Estado de Arizona a buscar una forma más humana y menos salvaje de ejecución, cambiaron las horcas por las cámaras de gas.
Perspectiva médica
El ahorcamiento provoca los siguientees efectos, siendo algunos de ellos suficientes para causar la muerte:
Compresión de la tráquea y las arterias carótidas, seguida de isquemia (falta de suministro sanguíneo) cerebral.
Compresión de la yugular.
Estimulación (por la presión de la soga) del seno carotídeo y consecuente activación del nervio vago, seguida de muerte por hipotensión, bradicardia y paro cardiorespiratorio.
Fractura cervical con la consiguiente ruptura de cuello y los efectos de lesión de la médula espinal y decapitación en casos severos.
Erección post-mortem, producida por la presión de la soga sobre el cerebelo.
Ahora bien, uno puede preguntarse cómo saber (medicamente hablando) si el ahorcado murió por ahorcamiento o murió instántaneamente por fractura de la médula espinal. La respuesta en tal caso sería que, debido a que el ahorcado intenta (si está vivo…) despejar la vía aérea como reacción mecánica de supervivencia, éste sacará la lengua y en muchos casos abrirá la boca. Así, si el cadáver no ha sacado la lengua, seguramente ya estaba muerto antes de ser ahorcado.
El ahorcamiento se lleva utilizando al menos desde hace 4.500 años.
El ahorcamiento en la historia
La primera plasmación legal de la ejecución por ahorcamiento apareció en el Imperio Persa alrededor del 2500 antes de Cristo, lo cual evidentemente no implica que antes no se usara pues, como señaló Amnistía Internacional, el ahorcamiento: ‹‹ […] presente ya en la antigüedad y citado en la Biblia, presumiblemente fue de utilización posterior al estrangulamiento mediante las manos, a partir del momento en que los homínidos empezaron a manipular utensilios como los pedernales y las lianas, ampliando así su capacidad agresiva››
Podemos entonces pensar que el ahorcamiento, como método de ejecución, debió estar presente desde las primeras sociedades dotadas de una ley que castigara los delitos más graves con la pena capital.
Ya a nivel de la división de la historia en edades, observamos que en la Edad Antigua, además de los persas y otras civilizaciones como los romanos, el propio pueblo judío empleó el ahorcamiento en tiempos de Moisés y por orden de Moisés, quien afirmaba que tal designio le venía de Dios…
Por su parte, en la Edad Media los señores feudales tenían derecho legal a “fosa y horca”, garantizándose así que, de ser condenados a morir, podían hacerlo en la horca y además tenían la garantía de que sus cuerpos no serían dejados en fosas comunes o en cualquier lugar. Aunque lo más llamativo del asunto era que en aquel entonces, debido a la fragmentariedad que hasta cierto punto había en el poder jurídico y político, los municipios locales, las abadías y los señores feudales, tenían usualmente la potestad para ejercer la pena de muerte, y el ahorcamiento era una forma muy usada. No obstante, a finales del siglo XII esta fragmentariedad empezó a retroceder, y se fue poco a poco avanzando a la situación en que solo la corte real tenía potestad para condenar a muerte y por tanto para ahorcar.
Posteriormente, durante el Absolutismo de la Edad Moderna, Europa vivió una situación en que el Estado (representado en la figura del monarca) centralizaba y acaparaba el poder de una manera prácticamente absoluta, al punto de que Luis XIV (el máximo exponente del Absolutismo) de Francia llegó a decir: “El Estado soy yo”… Esto debe tenerse en cuenta para figurarse la importancia que la pena de muerte llegó a tener, siendo que adoptaba diversas formas (degollación, hoguera, asaetamiento, garrote, ruega, horca) y la horca era la más común, puesto que, por ser considerada difamante, era ejercida sobre los plebeyos, los cuales conformaban la mayor parte de la sociedad. De este modo, la horca era el modelo por excelencia del poder intimidante con que el Estado tendía la sombra del miedo a la muerte sobre los individuos. Escribe así el profesor René Johnston Aguilar: ‹‹[…] durante el Absolutismo fue el instrumento sobresaliente de disciplina social y representó la manifestación más elaborada y efectiva de su poder ante la sociedad. El Estado se mostraba en la ejecución de la pena de muerte como el poder supremo y absoluto, y la solemnidad de la pena capital era un elemento reforzador de la imagen del triunfo de la justicia sobre el mal. Para cumplir con su fin de escarmiento, la pena de muerte se cumplía con gran espectacularidad y teatralidad. La única exención a la pena capital era la demencia.››
Finalmente, en la Edad Contemporánea (actualmente vigente, e iniciada en el s. XVIII con la Revolución Francesa) la pena de muerte siguió siendo durante mucho tiempo el instrumento de un poder político que recién en el s. XIX empezó a tener como tendencia general su expresión-concreción bajo la figura del gobierno democrático. En ese contexto, el ahorcamiento fue uno de los principales métodos de ejecución, y su uso sólo empezó a retroceder cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, entró en auge la defensa de los derechos humanos y, con ello, se consiguió que la pena de muerte se anulase en muchas naciones, quedando actualmente presente en una minoría de países.
La horca además de su función de quitar una vida tiene una segunda función de servir como "ejemplo" ya que es habitual que el condenado quede colgado a
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