El Mundo De Los Predecesores Y El Problema De La Historia.

Schütz nos muestra que todos los elementos de la vida cotidiana son trascendentes para la conformación del sentido común. Aborda en esta parte el mundo de los predecesores del que se rescata el haber vivido una experiencia para poder recordarla tanto en retrospectiva como reproduciéndola, ambas útiles para la conservación de su claridad y veracidad, llevando así, la historicidad.

Se tiene ya claro que estas experiencias ya han sucedido y pasan de lo subjetivo a lo certero y esto ayuda en la razón de las habilidades sociales conocidas, estando estas condicionadas por el momento. Lo contemporáneo se hace presente en el recuerdo debido a que muchos se remiten a experiencias de otros para remontarse a la par de las propias.

Este mundo siempre será un pasado, no hay forma de experimentar sobre los predecesores porque sólo se tiene lo que ya se ha efectuado, no se puede modificar ni hacer acción alguna sobre él, por lo que se pueden convertir en motivo. No se puede tener un contacto directo, por lo que se recurre a otros sistemas usando a los semejantes y contemporáneos o a los semejantes y contemporáneos de estos.

Como se ha visto desde apartados anteriores, los actos por lo que se comunica con el predecesor llevarán en sí el sentido de quien los presenta, entonces se deja ver que otra forma de conocer es a través de documentos y otros tipos de manifestaciones de la vida en ese momento. Entre más regulación se tenga de los medios de comunicación con predecesores, más se puede evitar el extremo anonimato o la falta de solidez.

Por su parte, las fuentes históricas están referidas a la realidad social de dos formas posibles, directamente e indirectamente, y en este mundo de predecesores es importante tener en cuenta que es a su vez el mundo contemporáneo de otro, pero ajeno al contemporáneo del momento por el simple hecho de estar en contextos diferentes, por tanto, sus interpretaciones son tomadas como subjetivas.

La manera de verificar, es sencillamente encontrando al contemporáneo para asegurar el hecho, sin embargo la historia como ciencia hace una elección de lo que puede y no interpretarse y presentarse, por lo que muchos sucesos quedan en anonimato, ya que todos ellos se pueden ver como meras experiencias de otros con sus respectivos semejantes y contemporáneos.

La relación siempre está ahí, el resto es lo que cambia. Por esta razón este interpretar histórico puede encontrarse en el contexto de lo ya sucedido y a la vez tener la subjetividad del sentido. Así pues, el creer que las leyes que la historia plantea de explicación y predicción, no tienen cabida en la realidad social.

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