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El Ocaso De La Nueva España


Enviado por   •  18 de Agosto de 2013  •  1.740 Palabras (7 Páginas)  •  1.381 Visitas

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EL OCASO DE LA NUEVA ESPAÑA

Introducción

Bajo el reinado de los Habsburgo, del siglo XVI al XVII, el orden social y político fue jerárquico y estable. La población se dividía en castas; el gobierno colonial evitaba traspasar sus propios límites jurídicos; la Iglesia expandió su poder económico y cultural; el virreinato de naturaleza corporativa tenía cierta autonomía.

Bajo el reinado de los Borbones, a partir de Carlos III, la Nueva España experimentó profundas transformaciones. El poder absolutista fue restringido por la Iglesia, las órdenes religiosas, los cabildos y hasta los indígenas.

Se fomentó la minería, el comercio, la recaudación fiscal eficiente, se expandió el territorio, se difundió la filosofía y se urbanizaron las ciudades más importantes del virreinato. Por ello creció la población criolla y mestiza.

El impacto de las reformas borbónicas creó una imagen de prosperidad y armonía. Las elites criollas suponían que Nueva España ya era un país ilustrado, con ciudades e instituciones a la altura de cualquier nación europea y con un futuro promisorio. Esa ilusión de modernidad se desvaneció en 1810.

Mosaico Social

El Mestizaje

La sociedad novohispana estaba compuesta por una amplia variedad de grupos étnicos entre los que destacaban, por su población en aumento, los mestizos. De los 5 millones a fines del siglo XVIII, 2 millones lo eran. 98% de la población ya había nacido en el virreinato, tan sólo 70 mil eran europeos.

Se prohibió el asentamiento de españoles en pueblos indios y de éstos en las ciudades. La división racial española (nobles, plebeyos y esclavos), se tradujo en blancos, indios y negros.

Blancos peninsulares o criollos eran privilegiados, gozaban de derechos y deberes. Los indios, rústicos y menores de edad, con derechos y protecciones especiales.

El mestizaje creció a través de uniones ilegítimas. Fueron declarados “infames de derecho” por “defecto natal”. No podían trabajar en oficios o puestos administrativos, maestros en talleres u obrajes y prohibido portar armas, usar joyas y algunas prendas.

Miseria en la Abundancia

La agricultura y la ganadería novohispanas proporcionaron los productos básicos de la población. Se concentraron en grandes latifundios en el norte y centro del reino, en haciendas a expensas de tierras indias.

En 1632 se dispuso que los indios se alquilaran a cambio de un jornal que se pagaba con dinero o comida, ropa, vivienda permiso para cultivar parcelas. Las haciendas fueron las principales abastecedoras de los centros urbanos y mineros.

El desarrollo de la agricultura dependió siempre del cambio climático. Los hacendados evitaban vender sus productos en los meses inmediatos a las cosechas. A finales del s. XVIII, hubo escasez, carestía, hambre, epidemias y desempleo.

Los precios del maíz, trigo y frijoles aumentaron hasta en 300%. En 1786, el año del hambre, el maíz se vendió en 48 reales (un peso equivale a 8 reales). El salario era de 4 pesos o 32 reales. En agosto de 1810, el maíz costó 56 reales. Muchos eran campesinos pobres acosados por los altos precios y el hambre.

Cuna de la Insurgencia

El Bajío era el principal centro productor de plata del mundo. Además se cultivaba maíz, cebada, trigo y grandes pastizales para la ganadería. Humboldt quedó admirado por la fertilidad de sus tierras (Silao, León, Celaya y San Miguel el Grande), próspera frontera entre la ganadería y la minería del norte y de las haciendas de los valles centrales.

En 1790, la mina La Valenciana de Guanajuato, producía 5 millones de pesos en plata y la ciudad tenía 55 mil personas. En 1793 había 1076 ranchos y 448 haciendas.

La riqueza, la variedad económica y la integración racial y cultural hicieron de esta región un modelo del nuevo medio social: más mestizo que criollo. Pero por el hambre y la carestía en 1786, murieron 85 495 personas en la intendencia de Guanajuato.

En Charco de Araujo, cerca de Dolores Hidalgo (1795), los labradores arrendatarios aumentaron, luego que rancheros independientes y jornaleros tuvieron que abandonar sus cultivos y trabajar como aparceros o peones en las haciendas cercanas.

Súbditos de Segunda y herederos del mundo indígena

Los criollos

Constituían el grupo social intermedio y excluídos de los puestos de mando. Se dedicaron a la agricultura y al comercio. Sus posibilidades fueron el clero, el ejército y la administración. Sólo el 5% del millón de criollos alcanzó posiciones altas.

Compraban los puestos y hacia 1760 la mayoría de canónigos, alcaldes y oidores eran novohispanos. Con Carlos III, la corona evitó su consolidación política destituyéndolos de sus cargos o desplazándolos por ibéricos. La Audiencia pasó de 8 criollos (1769) a 4 (1789) de un total de 12.

La Representación

Famoso y notable, fue Francisco Javier Gamboa. Estudió para abogado con los jesuitas en el colegio de San Ildefonso. Llegó a ser oidor de la Audiencia de México, cargo al que tuvo que renunciar por ser criollo.

En 1771 acudieron a España con una Representación humilde a favor de sus naturales , encabezada por Antonio Joaquín de Rivadeneira. Proponía un autogobierno para el virreinato; la autonomía, no la independencia, fue el proyecto que resumía sus aspiraciones políticas.

En el s. XVIII, muchos europeos consideraban a los americanos “criaturas rústicas, estúpidas, primitivos, degenerados, bárbaros, envilecidos, de voluntad débil e inacabadas”, por el “clima mal sano y la superstición”. Contra tales prejuicios, los criollos salieron en defensa de su naciente identidad histórica.

Juan José de Eguiara y Egure, Francisco Xavier Clavijero, Francisco Xavier Alegre, Pedro José Márquez, Andrés Calvo, entre otros, formados en el patriotismo novohispano por impulso de la Compañía de Jesús, compendiaron la cultura nacional

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