El Pato Salvaje

El pato salvaje (1884)

En esta obra Ibsen plantea como en ocasiones es imprescindible la mentira vital para alcanzar la felicidad o, al menos para sostener una sensación de felicidad. En esta obra se puede ver su transición entre el realismo y el simbolismo.

Escena de “El pato salvaje” dirigido por David Amitín en el Teatro Municipal General San Martín en el año 1997.

En las cuatro obras nombradas anteriormente, podemos ver como Ibsen realmente quería comunicar algo pero lamentablemente en su momento mucha gente no supo entender su mensaje.

Otro dramaturgo que vimos en el segundo cuatrimestre y que me parece que entra dentro del grupo de quienes, mediante su obra, transmitieron un mensaje acerca de la sociedad de aquellos tiempos, es Chejov.

Chejov escribe sobre una generación que consume toda su energía en pensar en su propia incapacidad, sin embargo en el fondo todo el mundo desea el cambio, pero la realidad es que todos lo consideran imposible.

En el “jardín de los cerezos” se muestra un grupo estancado que si bien el sentimiento básico es el de “grupo”, sus integrantes poseen un carácter contradictorio y como consecuencia social se refleja un grupo estático en un fracaso común.

En mi opinión, podemos ver como la mezcla entre la historia y el arte nos hace “viajar” de alguna manera a la época en la que se escribieron las obras que nombramos y nos permite ver como vivía una sociedad, como se manejaban frente a las injusticias, que veían como bien y que veían como mal y entre muchas cosas más, que los escandalizaba.

Emile Zolá, Henrik Ibsen, Antón Chéjov son unos de los escritores que estudiamos en este segundo cuatrimestre y los elegí para ahondar en parte de su obra y su postura frente a la sociedad.

Por otro lado, mi idea es también sintetizar y unir, por decirlo de alguna forma, la ideología de estos 3 Dramaturgos para compararlos con otra época y lugar de la historia del teatro.

La otra época y lugar del teatro a la que hago mención es los 80’s en Buenos Aires, Argentina. En 1981 comenzó una manifestación de arte colectivo en la que se vieron involucrados, autores, dramaturgos, directores, actores, escenógrafos y técnicos. Todos unidos para denunciar y escenificar una realidad política y social que se vivía por aquellos años. Fue una resistencia cultural en contra de la censura de la dictadura cívico militar.

Si bien la dictadura termino en 1983, Teatro abierto se prolongó bajo la democracia en otras dos ediciones y luego termino.

Durante la dictadura militar dramaturgos argentinos escribieron obras que representaban diferentes problemáticas de nuestro país. Todos los que eran testigos de las representaciones

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