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El Profiriato


Enviado por   •  14 de Marzo de 2014  •  2.711 Palabras (11 Páginas)  •  315 Visitas

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LA ANTESALA AL PORFIRIATO:

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA REPUBLICA 1867-1876

Con la victoria del gobierno republicano sobre el imperio de Maximiliano en junio de 1867 se inició un nuevo periodo histórico que duró hasta mayo de 1911, fecha oficial de la caída del gobierno del general Porfirio Díaz a raíz del estallido de la revolución mexicana. Estos 44 años se han dividido tradicionalmente en dos subperiodos: el primero, que duró diez años, es conocido como el de la “República Restaurada”; el segundo consistió en el largo régimen autoritario de Díaz.

LA POLÍTICA INTERNA: LA LUCHA POR EL PODER

Los años que corrieron de 1867 a 1876 se caracterizaron por el resquebrajamiento de la alianza liberal en facciones personalistas que lucharon entre sí como habían peleado contra el partido conservador y la intervención extranjera.

Los políticos que habían conformado el gobierno durante la guerra de intervención y el imperio pertenecían a la generación de la Reforma, mientras que los que habían luchado con las armas formaban parte de la nueva, la cual, una vez terminada la guerra, buscó desplazar a sus mayores en las riendas del gobierno. Estas diferencias se recrudecieron en el momento en que Juárez decreto el 27 de julio de 1867, la reorganización del ejército, por lo cual los ochenta mil elementos que contaba éste se redujeron a cerca de veinte mil. Esta medida tendía a debilitar el ala militarista del partido liberal pero también respondía a razones económicas, ya que el mantenimiento de las fuerzas armadas absorbía 70% de la renta pública.

LA CONVOCATORIA DE AGOSTO DE 1867

El primer propósito del gobierno de Juárez al instalarse en la ciudad de México fue que el país recobrara cuanto antes su vida constitucional. El 14 de agosto de 1867 se publicó la convocatoria de elecciones para renovar a todos los poderes del estado. La convocatoria también proponía devolverles a los miembros del clero el derecho de ser electos como diputados, lo que la legislación “reformista” impedía, permitiéndoles así el uso de sus derechos cívicos.

Las reformas no prosperaron, tanto porque implicaba un cambio al texto de la constitución, misma que se había convertido en el símbolo del triunfo liberal, como por la manera en que debían de votarse. Juárez y Lerdo se enfrentaron a una violentísima reacción del congreso, de la prensa y de algunos gobernadores. La situación llego a tal extremo que el presidente busco una manera digna de salir del atolladero, dejando que fuera el legislativo el que se pronunciara sobre las reformas.

El resultado fue la convocatoria fue la creación de un partido antijuarista, llamado indistintamente Constitucionalista o Progresista, que escogió como candidato presidencial a Porfirio Díaz, joven militar que contaba ya con una magnifica reputación y que encabezaba al sector que estaba siendo reorganizado a causa de los decretos juaristas.

LA ADMINISTRACIÓN DE BENITO JUAREZ (1867-1872)

Juárez se enfrentó a Díaz en las elecciones presidenciales, y los resultados le dieron un triunfo contundente. Porfirio, derrotado, se separó de la vida política y se retiró a su hacienda de la Noria, Oaxaca. No así el grupo porfirista, el cual se hacía cada vez más importante en el congreso, y se opondría a todas las medidas dictadas por el ejecutivo, empezando por las reformas a la constitución. Tan pronto hubo Benito Juárez iniciado su cuarto periodo presidencial, tuvo que decretar el estado de sitio y la suspensión de garantías en Yucatán, en donde hubo un intento de restauración imperialista. Poco después estallaron unas revueltas campesinas en varios estados y cundió el bandolerismo, por lo que el presidente tuvo que volver a pedir facultades extraordinarias para acabar con la sedición.

Es claro que el presidente había adoptado y propugnaba una política de centralismo ejecutivo para controlar el sistema político. Por ello en 1870 volvió a insistir en la importancia de la creación del senado con miras a reforzar el ejecutivo. Al no lograrlo hizo uso del poder presidencial para apoyar a los gobernadores que colaboraban con él y destituir a los que no lo seguían.

El 12 de Octubre la elección recayó en Juárez. La oposición, tanto Lerdista como Porfirista, que además había hecho causa común en la Cámara, recalco a diario el origen fraudulento de la reelección y creo una verdadera psicosis de guerra al asegurar, que contrariamente al lema electoral juarista de que “la reelección es la paz” este sería la guerra.

En efecto, la sedición, que no había cesado, tomo características más violentas y desemboco en la revuelta de la Noria en noviembre de 1871. La nueva generación, encabezada por Díaz, al ver frustrada su intención de llegar al poder legalmente, había optado por la vía armada, enarbolando la bandera de constitucionalismo y la no reelección. La facción Lerdista no la siguió en el levantamiento armado, por lo que la lucha fue entre las fuerzas juaristas y porfiristas.

Desgastado física y moralmente por los acontecimientos, Juárez murió el 18 de julio. La rebelión perdió su razón de ser, puesto que su bandera era la lucha contra la reelección del presidente.

LA ADMINISTRACION DE SEBASTIAN LERDO DE TEJADA (1872-1876)

Muerto Juárez, Lerdo de Tejada asumió la presidencia interina de la república como presidente que era de la suprema corte de justicia.

Hombre de gran talento y enorme experiencia, el nuevo ejecutivo parecía reunir todas las condiciones para ser un gran jefe de estado. Al subir al poder anuncio una serie de medidas que fueron recibidas con gran entusiasmo. Su triunfo electoral en octubre no fue una sorpresa ya que, además de contar con los votos del ala liberal contaba con los del partido conservador, ya que él les había declarado obedecer al papa en materia religiosa y a la constitución en materia política.

El 21 de Noviembre había recibido la visita de Porfirio Díaz, quien lo tildara de “Jefe del partido conservador” cuyo propósito era volver al país bajo la tutela del clero. El recién amnistado general se retiró por el momento a su hacienda de la Candelaria en Veracruz. Sin embargo, su nombre fue propuesto por sus seguidores para contender por la presidencia de la suprema corte de justicia. El gobierno se cuido bien de que saliera electo José María Iglesias, quien contaba con todos los antecedentes formativos para desempeñar dignamente el cargo. Díaz volvió a perder, por lo que tanto el cómo sus seguidores no tardaron en mostrar su descontento.

Tanto

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