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El Sistema Político Mexicano, Evolución y Crítica


Enviado por   •  19 de Mayo de 2016  •  Ensayos  •  6.214 Palabras (25 Páginas)  •  292 Visitas

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El Sistema Político Mexicano, Evolución y Crítica


INTRODUCCIÓN

En un país como México, donde se han profundizado la brecha en las diferencias sociales y la pobreza, la democracia se encuentra sujeta a grandes presiones. Trataré en, primera instancia, someramente de describir el contexto, tanto internacional como nacional, para poder situar al país dentro de un marco de referencia que nos permita ver en el escenario geopolítico la situación de México. El contexto internacional lo podemos clasificar en dos momentos, el primero que va desde la gran depresión hasta el fin del modelo del Estado Benefactor, en este periodo proliferaron gobiernos de corte autoritario, dictatoriales, represivos y hegemónicos que en cierta medida iban acorde con las políticas de occidente para mantener la amenaza lejos de este continente, y reemprender el rumbo hacia el desarrollo vía una mayor intervención del estado en los asuntos públicos. El segundo que va desde la Caída del Muro de Berlín y del fracaso de los paradigmas de la izquierda radical a la globalización y las políticas neoliberales, las Uniones en Comunidades económicas, políticas y culturales, que aún se encuentran inmersas en un proceso de equilibrio y adaptabilidad a las regiones más propensas a la incertidumbre financieras, en este periodo se corrige el rumbo de la estrategia del desarrollo orientada a la exportación, abierto a la economía mundial, desregulado, menos estatificado, basado en la fuerza del mercado donde la inversión juega un papel de suma importancia como motor de la acumulación de capital, lo cual debe implicar gobiernos democráticos, plurales, incluyentes, emergidos de una real competencia política. En el contexto nacional nos encontramos con un México inmerso en una crisis heredada de la ineficacia y de la ausencia de proyecto de nación tanto por los gobiernos del viejo régimen como por los gobiernos de la transición, que han provocado la pauperización de grandes sectores de la población, la desestructuración de los actores sociales y la migración masiva al extranjero por falta de empleo digno y el problema del narco tráfico que en estos momentos ha tomado altas dimensiones, y que hoy es considerado de cómo un grave problema de seguridad nacional, que atenta contra la propiedad privada y el estado de derecho. Podemos dividir el escenario en dos segmentos, el primero que describe la típica esencia de un gobierno autoritario, con un partido hegemónico de estado, que es controlado directamente por el ejecutivo en las decisiones de los puestos electivos y por lo tanto en la circulación de las élites, lo que conlleva a una clara subordinación del legislativo, una baja competencia política, alto grado de corrupción y abuso de poder. El segundo describe a un gobierno de tipo democrático el cual se destaca por la liberación de las diversas fuerzas políticas que constituyen al nueva agenda pública debido al conjunto de intereses que representan, así como la consolidación de un entramado institucional democrático que genera cambio al interior de la sociedad y que se observa en todo el proceso de transición política. Así mismo es prudente considerar que el cambio de un escenario de tipo autoritario a uno de tipo democrático se hace bajo un contexto jurídico que implica, para el caso mexicano, tres momentos, determinantes en el rumbo del sistema político mexicano y el grado de competitividad política que entrañan dichas reformas. La realidad mexicana, basada en un marco constitucional e institucional, que reflejan todas las características de un auténtico régimen republicano, federal y democrático, desde 1824 hasta el 2006; logró evolucionar de una realidad autoritaria, de un régimen presidencial todopoderoso, que sustentado en un corporativismo y un patrimonialismo había sido legitimado desde la posrevolución mediante la distribución del reparto del poder entre la diversas fuerzas políticas que lo constituían, dando vida así a un partido de estado hegemónico como instrumento de dominación política, hasta que el ideal democrático se contrapusiera, con una alternancia del poder inicialmente a nivel municipal, estatal y finalmente en el federal, mediante la competencia de los partidos políticos que han hecho cambiar la geografía política del país. Desde la Constitución de 1917 han prevalecido las estructuras legales, que se consideran indicadoras de una democracia política. El problema es que la práctica política no se ha ceñido a esas normas y el funcionamiento real de las instituciones ha sido el sustento del autoritarismo, aun después de haberse logrado la alternancia electoral. Raíces del Sistema Político Mexicano.

 Durante el siglo XIX y comienzos del XX, una tendencia dominó el desarrollo de las instituciones representativas: la extensión del derecho de voto, sufragio universal, desapareció el requisito de la riqueza para ser representante. Estos dos cambios originaron la creencia de que la representación avanzaba hacia el gobierno popular. La superioridad del sistema representativo constituye la forma de gobierno más apropiada para las condiciones de las sociedades comerciales modernas, donde en este tipo de sociedades los ciudadanos ya no gozan de tiempo para los asuntos públicos y deben de emplear la elección para confiar el gobierno a quienes dediquen todo su entiempo en esa tarea. El interés común, la mejora del estado de la sociedad clama que hagamos del gobierno una profesión especializada.

El sistema representativo aparece en los tiempos modernos como un sistema cercano, parte de una premisa fundamental: la soberanía del pueblo, principio comúnmente aceptado, sin embargo, la soberanía del pueblo no puede ser ejercida directamente, a través de la asamblea o reunión de todos los ciudadanos. Por tanto el principio electivo no garantiza la verdadera excelencia política quede seleccionada. No hay en la naturaleza del método electivo que garantice la selección de elites en el sentido general, el termino élite se aplica a los que tienen mayor grado de capacidad en su esfera de actividad. Las formas de gobierno se presentan como instituciones políticas, encontrar la mejor forma de gobierno, persuadir a los demás que es la mejor y excitarles a que la reclamen. Hay que recordar que las instituciones son un constructo humano y como tal debe su origen y existencia a la voluntad humana. Lo que implica tres condiciones:

  • El pueblo debe aceptar la forma de gobierno.
  • Debe tener la voluntad y capacidad para permanecer.
  • Capacidad y voluntad para que la forma de gobierno exija de él.

La idea de gobierno representativo, tal como la conocemos hoy día, nace y en el siglo XVIII, a raíz de la revolución francesa. El mejor gobierno para un pueblo es aquél que se basa en un sistema representativo real, es decir, un gobierno completamente democrático. Cabe suponer que la democracia resulta, de entre todas la formas de gobierno, el modo de gobierno más óptimo. Dado por ejemplo el contraste entre el gobierno despótico y el democrático. Todos los beneficios de la libertad asociados a la democracia se hacen realidad gracias a la participación ciudadana, no hay representación sin elección regular de los gobernantes por los gobernados, es decir, se apoya en su elección a intervalos regulares. El principio electivo se inscribe en la norma de la igualdad de las voluntades. Y ya embriagados de liberalismo podemos aplicar el análisis a partir de cuando México experimentó sus primeras elecciones de corte liberal entre 1812 – 1814 y 1820 – 1824, en medio de una sangrienta y violenta guerra civil que originó la disolución del orden colonial. La primera experiencia electoral desencadenó un incontenible y masivo proceso de transferencia de poderes a los pueblos llevando así la desintegración del espacio político virreinal. Tras la independencia y el fracaso del Impero de Iturbide, se dieron cuenta de que el poder alcanzado por los pueblos, frenaba la soberanía del Estado y a la construcción de un nuevo orden político. Una institución clave del México postcolonial serán los ayuntamientos constitucionales, la fractura entre estado y municipio está en la construcción del Estado Nacional Mexicano que dura hasta nuestros días. Los gobiernos consideraron que los municipios debían de ser órganos administrativos, para lograr el autogobierno local. La Constitución de Cádiz fue una revolución liberal para reconstruir una unidad, que se había quebrado en 1808 cuando se entrega la corona a napoleón. El caso español fue excepcional, un rey se deshizo de su reino y se lo entrego a Napoleón, lo que destruyó las bases legales de la monarquía española y francesa. Por ello de 1808 al 1810 se dio legitimidad plena a la soberanía de los cuerpos intermedios ya que el cuerpo superior no existía. Es decir, se dio soberanía a cabildos y juntas, así formando una especie de federalización.
Cádiz también formalizó unos aspectos de las elecciones, se alejó de las elecciones a la inglesa o francesa, e hizo unas elecciones de corte hispánico en cuanto a la representación electoral. La constitución contemplo 3 instituciones representativas: las Cortes, las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. La diferencia es, que el voto de los ciudadanos a las cortes era político, y el voto de los ciudadanos a las diputaciones y ayuntamiento era administrativo.
La abstracción liberal, fundó la noción de vecindad como parte de la representatividad, que incluyó a los indígenas como ciudadanos, es decir, impactó en las reglas para construir la nueva representación
Mientras que a partir de la independencia, se fueron instituyendo diputaciones en cada una de las ex-intendencias, hasta lograr la instauración de una República federal en 1824.
En suma, nuestro federalismo, es una técnica para organizar los poderes públicos, se consolida con Municipios libres y fuertes y con la transformación de regiones enteras como Estados libres y soberanos, con una constitución propia, es decir, dentro de un sistema “de distribución de facultades entre dos o más órdenes (llamados federal, regional o local)”.
Formalmente el día 12 de junio de 1823 “El soberano Congreso constituyente, en sesión extraordinaria, ha tenido a bien acordar que el gobierno puede proceder a decir a las provincias con el voto de su soberanía por el sistema de república federada, y en virtud de haber decretado se forme convocatoria para nuevo Congreso que constituya la Nación.”
Encontramos en los primeros artículos del acta redactada por aquel constituyente los cimientos del sistema político de nuestro país.
Art. 3° “La Soberanía reside radical y esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece exclusivamente a ésta el derecho de adoptar y establecer por medio de sus representantes, la forma de gobierno.”
Art. 5° “La Nación adopta para su Gobierno la forma de República representativa popular federal.”
Art. 6° “Sus partes integrantes son estados independientes, libres y soberanos, en lo que exclusivamente toque a su administración y gobierno interior, según se detalle en esta Acta y en la Constitución General.”
La Federación o lo federal, no es más que el resultado y el efecto jurídico de lo que subyace como elemento esencial del acuerdo explícito de voluntades, que todos conocemos y llamamos pacto federal.
La forma federal del gobierno mexicano, concluye con una doble distribución del poder para su ejercicio: por una parte, se divide su ejercicio en dos órdenes, el federal y el de los Estados y, por otra parte, se divide en tres poderes para el ámbito federal y otros tres poderes para el ámbito de cada Estado.
El supremo poder federal lo divide el art. 49 en tres; y cuando los supremos poderes estatales igualmente se dividen en tres. Aquí el criterio en cuya virtud se dividen es también un criterio que se forjó a través de un tortuoso proceso histórico, pues se hace atendiendo al concepto poder; al concepto de función o facultad; o al concepto de atribución.
Quedando dividido el poder en tres poderes a saber, el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial. Me queda pendiente aún por observar el comportamiento de los diferentes poderes a lo largo de su proceso histórico, poniendo un énfasis sobre todo en el poder judicial ya que en él recae la responsabilidad de que exista y se respete un estado de derecho con justicia social.
En la década siguiente el país se sumergió en un orden de corte centralista donde los estados libres y soberanos pasaron a conformarse en departamentos, el 23 de octubre de 1835 se proclama que el sistema gubernativo de la Nación es el republicano, representativo popular; es decir: se suprime única y exclusivamente la palabra federal. Con la simple supresión, pasamos de un gobierno federal, de una federación compuesta de Estados libres independientes y soberanos, a un gobierno centralizado y unitario, que dividió políticamente el territorio nacional en departamentos.
Durante los años 40´s del siglo XIX, México se encuentra en medio de diversas divergencias políticas donde saltaban a la vista 2 proyectos de nación, uno se inclinaba por una nación federal, de vuelta a la constitución de 1824, con sus pertinentes reformas, mientras que por el otro bando se pronunciaban por un proyecto de nación confederado, es decir, continuar con el centralismo que había prosperado durante la era de Bustamante.
En ambas propuestas: un proyecto formula un gobierno unitario y el otro establece la forma de gobierno federal. Se encuentra planteado el problema de lo federal, en un México que iniciaba su vida independiente, en medio de convulsiones sociales, y por tanto, tenía que decidir el rumbo a seguir, nunca se pensó como forma de Estado, sino como una técnica para distribuir las facultades de gobierno, no obstante que podamos encontrar diferencias muy grandes entre la forma de gobierno federal de 1824 y la forma de gobierno unitario y centralizado de 1835 y 1836.
Durante estos años y con el país dividido fuimos blanco de diversas invasiones extrajeras que finalmente terminaron por redibujar nuestra geografía, perdiendo más de la mitad del territorio nacional, lo cual engendró en los mexicanos una actitud de recelo y desconfianza hacia los norteamericanos.
Otero lo consideraba como un acontecimiento singular: "El hecho de que un ejército extranjero de diez a doce mil hombres haya penetrado desde Veracruz hasta la capital de la república, y que, con excepción del bombardeo de aquel puerto, la acción de Cerro Gordo, puede decirse que no ha hallado enemigos con quién combatir en su largo tránsito al atravesar tres de los más importantes y poblados Estados de la federación mexicana con más de dos millones de habitantes, es un acontecimiento de tal naturaleza, que no puede menos de dar lugar a las más serias reflexiones".
La derrota era una consecuencia lógica de veinticinco años de anarquía política, de falta de cohesión en las clases dirigentes y de que, en varias ocasiones, se antepusieron los intereses de partido a los de la Nación.
En ese entonces, se habían consolidado en dos partidos las tendencias que dividían a las elites de México, por un lado se podía identificar al Partido Conservador el cual tenía una ideología tradicional, se legitimaba con el apoyo de la iglesia, contaba con los miembros as prominentes de la oligarquía virreinal y representaba un aparato centralizado de estado, mientras que por el otro lado se hallaba el Partido Liberal el cual rechazaba la tutela eclesiástica, se componía por las nuevas estructuras de poder, es decir, elites nuevas que tenían que desplazar a las viejas y heredadas de la corona, y estaba en sintonía con el llamado federalismo.
En el periodo descrito hasta ahora en México existieron de 1822 a 1847 una Acta Constitutiva, Tres Constituciones y un Acta de Reformas, y dos golpes de Estados
Para el constituyente de 1856-1857 que se dio bajo el escenario de revoluciones, revueltas, dictaduras, Planes como el de Ayutla, el de Acapulco, el de Tacubaya, Asambleas, Comisiones sin quórum, persecuciones de diputados por la ciudad o por los teatros, para que se logre concretar el mismo, hasta que se logara concretar el proyecto constitucional de 1857, una de las grandes aportaciones de la Constitución del 57 fueron las garantías individuales y el juicio federal.
Dichas aportaciones devienen del proceso histórico evolutivo del pueblo mexicano, lo que le da vida y sentido a la constitución son los conjuntos de principios más que el conjunto de normas de los que está compuesta, ya que son los principios los que la historia de un pueblo forja a través de sus leyes, y los plasma en su propia constitución la cual regirá el orden social sin perder de vista su propia experiencia social, que genere la fuerza vinculante necesaria entre sociedad y estado y que no subyugué a la primera el poder de la forma de gobierno de la segunda en la que el pueblo no participa.
Resulta bastante interesante el hecho de que las dos grandes dictaduras que rigieron alrededor de la Constitución de 1857, sean el elemento fundamental para la creación, instauración y por supuesto el éxito liberal de la misma, por algo Juárez logró una evolución social y política en el país; no tuvo límite de poder ni freno en la audacia heroica y por su parte la del General Díaz, desenvolvió las fuerzas de todo el país, para crear el trabajo y la riqueza, sentó la vida de la nación en los principios económicos sustentados en los pueblos civilizados y evitó la tiranía del desorden en los pueblos. Cabe señalar que es durante este periodo cuando el país se consolida como una nación prospera, con altas expectativas de crecimiento económico, estable pero nuevamente la ambición por la silla presidencial sumergió al país en una nueva convulsión social.
La revolución mexicana implicó el cataclismo de la dictadura como régimen con un costo tanto social como económico muy elevado, desvaneciendo las expectativas y oportunidades en general de la población, lo más rescatable de dicho acontecimiento es quizá la integración nacional, es decir, un fuerte sentido de nacionalismo, elemento que después sería utilizado para manipular en cierto sentido el rumbo del país.
A nuestra revolución le faltó por concluir el rescate de la dignidad y los derechos de las clases que se encontraban en el fondo de la pirámide social del siglo XIX de nuestro país. Sin embargo si se logró una circulación real de las élites en el poder y la implantación de un régimen político que garantizará, a través del derecho, las libertades ciudadanas y la participación efectiva del pueblo en la elección de sus gobernantes. Lo cual, engendró las raíces del sistema político antidemocrático que conocemos, Meyer lo clasifica:
Presidencialismo agudo, extremo, que impidió el funcionamiento de cualquier división de poderes.
Un partido de Estado omnipresente
Una oposición partidista más formal que real.
Una cultura cívica clientelar.
La revolución mexicana (según Garrido 1998) tuvo las características de un movimiento democrático, agrario, popular y antiimperialista, conformado por una consecución de rebeliones o revueltas que agitaron al país, el cual se identificó rápidamente con el movimiento insurrecto, debido al malestar social que prevalecía previo a las elecciones de 1910, donde se apuntalaba por octava ocasión el General Díaz.
Posteriormente estas rebeliones tomaron una tonalidad de un movimiento constitucionalista donde sobresalieron caudillos como el de Zapata que representaba la parte agraria del movimiento, su lucha se fincaba básicamente en la lucha por el reparto justo de la tierra, pero carecía de un proyecto de nación a futuro. Mientras que Villa por su parte, en el norte de país comandaba un movimiento sin un programa preciso, se identificaba con cualquier reforma popular. Carranza caudillo que pertenecía al antiguo régimen y que sobresalió dentro del movimiento llegando al poder, claro en medio de traiciones y asesinatos, pero finamente y como sea fue el bueno.
Concluyendo en la consolidación de la constitución de 1917, donde solo estuvieron representados los intereses de la revolución que encabezaban tanto carrancistas como obregonistas, en la ciudad de Querétaro se confirmaba al país como una república representativa, democrática y federal, constituida por estados libres y soberanos unidos en una federación.
Las primeras elecciones Presidenciales se dieron el 11 de marzo de 1917 teniendo al General Venustiano Carranza como el primer Presidente electo bajo el régimen de la constitución de 1917. Una vez como presidente Carranza emprende la primera reforma electoral que vivió el país de gran relevancia, el 2 de julio de 1918 proclama la Ley para la elección de los poderes federales, donde se fortalecía el control del estado en las elecciones, engendrando parte el embrión nocivo de nuestro sistema político.
Posteriormente Obregón, otro caudillo sobresaliente, intento aglutinar a las diferentes fuerzas políticas emanadas de la revolución, para formar un frente común de todas las organizaciones políticas revolucionarias, esta idea, es la otra parte del embrión nocivo de nuestro sistema político, y una vez que logró cuajar en el periodo de Calles dio lugar a la formación de un partido de gobierno fuerte y amplio, que emanó de las entrañas del mismo aparato gubernamental y que hoy en día tiene amplias posibilidades de regresar a los pinos.
Por lo que respecta a la consolidación democrática, ésta, carece del carácter democrático para la institucionalización del régimen, ya que las llamadas estructuras de mediación, como los partidos y sindicatos se conforman y consolidan junto con el partido de estado formando parte importante del mismo.
Dando lugar así el día 22 de noviembre de 1928 la formación de un partido de la revolución mexicana llamado Partido Nacional Revolucionario, PNR, y no es sino hasta el 26 de enero de 1929 cuando se publican las bases orgánicas, de dicho partido, en los principales diarios del país. Y hasta el 4 de marzo de 1929 toma protesta el primer presidente, El general Manuel Pérez Treviño. Dicho parido fue concebido con una doble estructura, por un lado se conformaba por una estructura directa, organizada por comités municipales, locales y uno de carácter nacional, y por el otro lado tiene una estructura indirecta, formada por varios partidos nacionales, locales y municipales de tal modo que el PNR se conforma como una superestructura dada la confederación de partidos que lo integraban.
Una vez conformado el partido oficial es de suma importancia reconocer el arribo del General Lázaro Cárdenas a la escena pública, en primera instancia, a la dirigencia nacional del partido, donde pudo aplicar un nuevo proyecto con rostro social dentro del partido para posteriormente llegar a la presidencia de la república, lo cual marco los cimientos del rumbo que la nación tomaría, dando lugar así a la instauración del modelo de crecimiento conocido como el del Estado Benefactor, dando pie al ensanchamiento del aparato federal vía la privatización de la industria mexicana, permitiendo la implementación del modelo de Industrialización vía la sustitución de importaciones, ISI, y con todo ello, el florecimiento del llamado populismo, que tanto ha perjudicado, y lo peor de todo es que lo sigue haciendo, al futuro de la nació en general.
En Marzo de 1938, transformó el PNR, en el Partido de la Revolución Mexicana (PRM). La gran novedad consistía en la incorporación de los militares, llegando a tener cuatro sectores: obreros, campesinos, populares y militares. Se trataba de un partido formado por corporaciones, no por individuos. La política de Cárdenas, matizada por un estilo populista muy de la época, diseñó un programa de claro aumento en el reparto de tierras y preocupándose por las mejoras de las condiciones de vida del campesino. Su diseño político fue muy nacionalista.
Para cuando el presidente Cárdenas hereda el poder al General Manuel Ávila Camacho, las estructuras centrales del nuevo orden político ya habían tomando forma y consistencia. Teniendo una estabilidad política sin rival en América Latina y un acelerado ritmo de crecimiento y diversificación de la economía. El dinamismo económico, que en pocos años cambió la faz de un país que pasó de rural a urbano, contrastó con la persistencia de las formas y los hábitos políticos.
Una nueva transformación se dio en el seno del PRM, al desaparecer el sector militar, tras la llegada del primer presidente civil: el Lic. Miguel Alemán. En 1946 el PRM desaparece y nace el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El cual siguió siendo un instrumento creado desde el Estado donde se aglutinaban los sectores obrero, campesino y popular. En dicho partido se concentraban las diversas ideologías de derecha e izquierda, de acuerdo con el presidente en turno. El PRI fue concebido como un partido corporativo que sirvió para distribuir el poder en los diversos sectores, de acuerdo a su respectiva cuota social y política.
Como consecuencia de la contracultura nace el 17 de septiembre de 1939 un bloque opositor, que representaba los intereses de las clases acomodadas del norte del país, frente al monstruoso sistema de partido que se consolidaba, estando al frente de la agrupación Manuel Gómez Morín quien logró su registro el 2 de julio de 1948 y que logró encumbrarse en el sistema de partidos 52 años después dando pie a la alternancia política tan anhelada por los mexicanos.
De esta manera es como se da el sistema de partidos en México, dando lugar a la conformación de las 2 principales fuerzas políticas reales, que disputaban el poder creando así a un sistema político bipartidista, que se configuraba como un sistema de partidos hegemónico que por muchas décadas contó con una gran estabilidad debido al poder del presidente, la centralización de la toma de decisiones por parte del ejecutivo, la integración de los sectores más importantes del país en el partido de estado, una ideología revolucionaria unificada, el control y concesiones de las clases populares, contando de esta manera con un alta nivel de eficacia en la toma de decisiones.
Dicho sistema de partido ha permanecido en constante evolución en forma, número y tamaño, como nos muestra Aziz Nassif para los años setentas había un partido de estado (PRI), dos partidos satélites (PARM) y (PPS) y un partido de oposición (PAN), posteriormente con la reforma de 1977 la oposición creció hacia la izquierda del cuadro ideológico con el surgimiento del (PRD), se generó un tercer polo y empezó a tomar forma un sistema tripartito, con una competencia regional bipartidista.
Los procesos electorales ilustran los cambios donde se puede ver que, entre 1964- 1976 hubo elecciones no competidas, entre 1985 – 1994 se paso de una partido hegemónico a un partido dominante y finalmente después de 1997 se pasa a un sistema de competencia política, que sigue progresando hasta el día de hoy, conformando coaliciones para consolidar un sistema político multipartidista con un enfrentamiento bicoalición.
Esta evolución se dio a través de reformas constitucionales que impactaron directamente a la representación y sesgaron la posibilidad de manipulación por parte del partido de estado en los procesos electorales, cediendo de esa manera una parte de su poder sobre el control electoral, aún me falta por desdeñar dichas reformas por lo que sólo se quedarán señalas por el momento,
1963 Introdujo representación proporcional con la figura de diputados de partido para diluir el descontento sociopolítico acumulado después de la represión gubernamental de las huelgas docentes y
ferroviarias, al otorgar a los partidos políticos minoritarios que obtuvieran más de 2.5% de la votación, un
número mínimo de diputados (cinco por partido, más uno por cada 0.5% adicional de los
votos, hasta un máximo de 20). Cuando los partidos no llegaban a esa votación, el
colegio electoral, actuando Partido Hegemónicode acuerdo con el espíritu de la ley, les otorgaba
representación en la Cámara, Una subrepresentación de la oposición, que era
conveniente al partido hegemónico, y la sobrereprentación del PRI.
1973 se promulgaron reformas constitucionales para reducir a 1.5%
el porcentaje mínimo requerido. Al mismo tiempo, el número
máximo de diputados de partido se aumentó a 25 por agrupación
1977Ley Federal sobre Organizaciones Políticas y Procesos
Electorales: Representación proporcional: cuota de poder que otorgada a
Partido Dominante los partidos políticos que obtiene más del 2% de la votación
nacional, es decir recompone la estructura del legislativo.
1986 incremento a 500 el número de diputados es decir que
los 4 partidos políticos
existentes lo cual impacto al PRI obteniendo solo el 66%
en la cámara alta.
Liberación Financiera 1989 El PRI pierde el control de la calificación de la elección
Competencia Política Presidencial. Estableció la creación del (IFE), como la máxima autoridad electoral, presidido por el gobierno con representantes del legislativo y de los partidos políticos. Se creó el tribunal federal electoral, que reforzaría el control sobre la legalidad de los actos, con capacidades muy limitadas, control del PRI en la Comisión Electoral, incrementaron en 100 diputados Proporcionales y ahora el PRI tiene acceso a dicha representación.
Establecimiento de un nuevo organismo electoral,
(IFE), un nuevo tribunal con más atribuciones 1994
y autonomía, una nueva forma de distribución
de los 200 diputados proporcionales, quebró la
posibilidad de una alianza opositora, auditoría
externa del padrón electoral, creación de una fiscalía
especial y se tipifican las practicas cotidianas del PRI
como delitos electorales, observadores extranjeros, se
introduce la figura de consejero ciudadano, boletas electorales
foliadas y tinta indeleble y el gobierno dejaría de
promover sus programas sociales antes de las elecciones.
Reformó: las coaliciones permitiéndolas, votar en el extranjero, 1996
equidad en los medios masivos de comunicación, disminución
de la propaganda presidencial, elimina el corporativismo resultado
el PRI pierde la mayoría en la cámara de Diputados.
Alternancia 2000
Régimen DemocráticoRégimen Autoritario
México cambio en forma lenta y gradual de un régimen autoritario a un sistema de competencia política consolidando la democracia con una alternancia en el poder pacifica, limpia y que dejó en los ciudadanos una sensación de progreso político que estimuló la participación política. Cabe mencionar que durante casi toda esta etapa, México realizó cambios profundos en lo económico poniendo fin al mercado interno como motor económico, y emprendiendo el rumbo hacia una economía liberalizada, donde el motor ahora es el mercado externo, dicha transición, minó el régimen del partido hegemónico, que de alguna u otra forma debió de impactar en la apertura política que se ha venido suscitando debido a la perdida de la capacidad de intervención del estado en los asuntos públicos, el cual es un requisito necesario para el optimo funcionamiento de esta nueva era del modelo emprendida.
Observamos que esta evolución se viene dando en tres fases evolutivas, la del partido hegemónico, la del partido dominante y la de partidos competitivos.
La primera fase se caracteriza por el predominio de un partido, autoritario, legitimidad no basada en las urnas, imposibilidad de una alternancia de poder, desconexión de lo electoral con lo social y económico, nula competitividad electoral y una incapacidad por incorporar a nuevos actores. Una subrepresentación de la oposición, que era conveniente al partido hegemónico, y la sobrereprentación del PRI. Se albergó la política del compadrazgo y se fomento exponencialmente a la corrupción vicio que aun nos aqueja. Creando de esta forma un PRI tan fuerte como el mismo Estado.
En esta fase aparecen movimientos sociales como el estudiantil en el 68, la guerrilla de los 70´s, la represión de los sindicatos a mediados de los 70´s, el golpe a la libertad de expresión (Excélsior) nuevos actores y sectores importantes de la población no tenían espacios dentro del sistema formal de partidos y elecciones, básicamente excluían al sector de la izquierda partidaria y universitaria, la injusta expropiación de tierras al norte del país y los continuos enfrentamientos entre la presidencia y los principales grupos empresariales, fueron algunos de los elementos para que el mundo perfecto que había creado el priismo empezara a mutar a cuenta gotas, cosa que se conjugó con el agotamiento del sistema económico, y con la imposición del Consenso de Washington, el sistema mexicano emprende una serie de reformas que rediseñarían el rumbo de la nación.
La segunda fase llamada la del partido dominante inicia con la reforma de 1977 la cual modificó las reglas del juego electoral, abriendo el sistema político e incorporando nuevos partidos, estableciendo un sistema electoral mixto donde ahora la representación es de mayoría y proporcional, impactando significativamente en la representación en el legislativo, el PRI bajó su votación pero logró mantener la mayoría y el control vía un sistema no competitivo donde la oposición aún se enfrenta a un partido de estado.
Aun así el PAN ganó 4 diputaciones de mayoría y 39 de representación proporcional, a partir de dicha reforma, la oposición panista ganaba importantes municipios en varios estados del país y empezaba a pelear algunas gubernaturas, para lo cual, el partido oficial diseño toda una sofisticada y costosa maquinaria de Estado, para impedir a como dé lugar que la oposición comenzara a ganar más puestos electivos teniendo como resultado una tendencia social por el sufragio efectivo que hoy lo vemos como voto por voto.
Lo más sobresaliente de esta fase es sin dudas la ruptura de la corriente democrática del PRI que encabezaba y proponía a Cárdenas como candidato a la grande, logrando unir a los partidos de izquierda y conformando un partido de reconstrucción nacional (PFCRN) que estaba en contra del dedazo presidencial y del modelo neoliberal que se imponía en el país desde De la Madrid y que hoy sólo produce desigualdad, miseria y solo pocos pero demasiado ricos.
El resultado fraude electoral con la famosa ciada del sistema desnudando al sistema político como inadecuado para la democracia electoral y excluyente de la pluralidad.
Por todo lo anterior y más tal vez, se emprendió una nueva reforma electoral que estuvo encaminada a resolver el problema de la falta de legitimidad y de crisis nacional. Acabando con la figura del partido dominante ya que se erigían tres fuerzas políticas que acapararán los reflectores de la cosa pública.
Finalmente observamos la tercera fase conocida como la de la competencia política, en esta etapa conocida como liberalizadora, inicio la alternancia en algunas gubernaturas, unas de forma legítima, producto de la votación, en otros vía arreglos conocidos como concertacesiones, que realizaba Salinas con el PAN por su obsesión contra el PRD, fue un periodo de incertidumbre electoral, la sociedad se encontraba en las calles con manifestaciones y protestas que eran comunes por la inequidad electoral y los diversos fraudes que ocurrían sistemáticamente en todo el país en los diferentes niveles de gobierno.
La elección de 1994 es un parte aguas en el priismo, asesinan a Colosio, a Ruiz Massieu y al Cardenal Posadas, el sureste del país se prende con el levantamiento zapatista y, a mi unos días después me corren de la secundaria, concluye con una crisis económica durísima para la sociedad mexicana. El escenario no era muy prominente, pero se realiza una nueva reforma que cuaja en 1996 y que permitió un ambiente político más limpio, sembrando por primera vez cierta confianza del electorado, así como también se logró depurar el padrón, se impusieron limites a los gastos de campaña, existió un acceso equitativo a los medios de comunicación, y se instrumento la vigilancia del gasto de las partidos políticos.
La reforma fijó las nuevas reglas del juego e inició la lucha por el poder no sin antes pasar su respectiva prueba en las elecciones intermedias del 97, en las cuales el PRD conquista el DF. Campeche y Morelos mientras que el PRI pierde 2 gubernaturas y el DF, estableciendo así un sistema electoral de plena competencia y posibilidades de alternancia debido a la alta volatilidad en el voto.
Así es como se llegó al clímax de la democracia en México, con sistema político competitivo, y un PRI que se había transformado de un partido autoritario a uno de corte democrático, permitiendo por primera vez que su candidato a la grande sea electo previamente , es decir, permitió los precandidatos para legitimar a su candidato ante el pueblo, y justo en ese baño de democracias fue cuando al PRI ya no le alcanzó la maquina estatal y el 2 de julio de 2000 finalmente se logra la alternancia política en este país, ganado la presidencia el candidato de la coalición PAN-PVEM, materializándose justo a media noche cuando el entonces y último presidente Zedillo reconoce el triunfo de la oposición y permite una transición pacífica y madura.
Diría Cansino: se consolida la democracia en México, lo que no se espero el Dr. es que los panuchos también sabían usar la maquinaria y las practicas corporativistas y que se habían creado el régimen anterior y mucho menos se imaginó que la utilizaran nuevamente contra el PRD al no respetar muchos de los avances que se han señalado en el presente ensayo, llevando a su candidato a tomar protesta como presidente literal, a grito y empujones en medio de una ceremonia boicoteada por el partido que reclamaba nuevamente su sufragio efectivo.
El tema sin duda alguna es apasionante, pero por lo mismo, es muy vasto en cuanto a los diversos enfoques y aristas que pueden ser enfocado el tema, por ello le pido que me oriente para lograr consolidar una parte importante de mi proyecto de vida.
“No hay indicador mejor de la riqueza y el poder del mañana, que la capacidad científica de hoy”.
José Alberto Pérez Gómez
Biografía:
AGUILAR, J.A. “El manto liberal Los poderes de emergencia en México 1821-1876” Instituto De Investigaciones Jurídicas, Núm. 46. UNAM. México. 2001.
ANNINO, A. “Cádiz Y La Revolución Territorial De Los Pueblos Mexicanos 1812-1821”.
Aziz, Nassif, A. “La Construcción de la Democracia Electoral”, en Una Historia de México, tomo I, compiladores Bizberg y Meyer, Ed. Océano. México. 2003.
BARRAGÁN, J. “Crónicas del Acta Constitutiva y de la Constitución de 1824”, H. Cámara de Diputados, México, 1974.

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