El código Hammurabi
YOSE97Ensayo21 de Febrero de 2018
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Hammurabi fue rey de Babilonia entre los años de 1972 a. C. y 1750 a. C. Su reinado se caracterizó gracias a su esfuerzo en la unificación de su reino, creando el primer código legal de la historia. Es posible conocer su contenido gracias a los hallazgos de los arqueólogos franceses descubierto en 1902, en una losa de basalto, donde se encuentran escritas las normas en lengua Acadia. Se encuentra actualmente en el museo del Louvre en París y posee 2.40 m de altura aproximadamente, con 36000 líneas, un prólogo, 282 leyes y un epílogo.
En la parte superior se puede ver la imagen del Rey Hammurabi recibiendo del Dios del Sol y la Justicia las reglas que se deberán cumplir. Seguido de ello un prólogo donde se expresan los actos que llevaron a crear el código y una presentación del mismo Hammurabi, a primera instancia se puede destacar que el mismo se veía como un ser demasiado superior, no quizás al nivel de un Dios pero sí con el poder de hacer cumplir las tareas que ellos le encomendaron.
En el contenido se encuentran 282 leyes, las cuales se caracterizan por poseer castigos muy severos y extremistas. Dentro de esas leyes se puede encontrar una gran distinción y protección al hombre, en comparación a los esclavos y mujeres quiénes no fueran sacerdotisas. Sus castigos eran establecidos en base a la “Ley de Talión”, es decir en el conocido dicho “ojo por ojo, diente por diente”, y es que literalmente era el caso de las sanciones, por ejemplo: “Si un albañil hace una casa a un hombre y no consolida su obra y la casa que acaba de hacer se derrumba y mata al hijo del dueño de esa casa, que ejecuten a un hijo de ese albañil” o dejándonos llevar más literalmente al dicho: “Si un hombre deja tuerto a otro, lo dejarán tuerto”.
La mayoría de los castigos conducían a la ejecución, en el mejor de los casos pagar indemnizaciones en mayor cantidad, siendo que podía pagarse hasta 30 veces más de lo que se robó en primera instancia, rara vez se absolvía de una sanción puesto que existían algunas cláusulas que libraban de culpa a quién se le acusaba, pero probar inocencia tampoco era sencillo. Dentro de las leyes se mostraba muy poca tolerancia y como ya se ha mencionado antes el mostrar inocencia era muy poco probable, lo cuál hace necesario citar un ejemplo de ello: “Si un hombre le imputa a otro hombre actos de brujería pero no puede probarlo, el que ha sido acusado de magia tendrá que acudir al divino Río y echarse al divino Río y, si el divino Río se lo lleva, al acusador le será lícito quedarse con su patrimonio. Pero si el divino Río lo declara puro y sigue sano y salvo, quien le acusó de magia será ejecutado. El que se echó al divino Río se quedará con el patrimonio de su acusador.” Tras citar claro ejemplo lleva a mencionar también que otro de sus castigos más comunes era lanzar a los o las acusadas al río, siendo en el caso del adulterio por ejemplo. Lo anterior solo es muestra de uno de los grandes defectos del código Hammurabi, pues para en este caso probar inocencia significaba arrojarse a un río del cuál probablemente no se regresaría vivo, y lo cuál era más bien una cuestión de creencias dejando tu inocencia a un ser “divino”.
Anteriormente se habló que la protección era más dirigida a los hombres y es que los esclavos o esclavas casi no poseían derechos, al igual que las mujeres, sin embargo esto no quiere decir que no existan leyes que los amparen. Específicamente hablando de las mujeres los privilegios se centraban más en las esposas y sobre ellas había más distinción sobre las mujeres sacerdotisas, pero eso no quiere decir que sus sanciones sean tan condescendientes, pues, en algunas ocasiones podían llegar a ser quemadas, ejecutadas o lanzadas al río. Cuando la inocencia de la mujer era probada o muchas veces el hombre en cuestión cometía actos que dañaran a la mujer, está se veía absuelta y
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