El legado de los andes

En la lectura se dice que Mesoamérica y los Andes, fueron las 2 grandes áreas culturales de América, antes de la expansión europea en 1492.Se establecieron en el continente numerosos grupos humanos de los cuales sobresalen: los incas, los aztecas y los mayas, probablemente desde los 30 mil años antes de nuestra era, y procedentes seguramente desde el este de Asia, a través del estrecho de Bering. Su civilización fue de gran importancia que se asoció con ellos al conjunto del pasado prehispánico. Pero esa creencia es un error, porque esas altas civilizaciones y las sociedades coloniales en México y Perú  solo fueron posibles en medida que se supieron utilizar un conjunto de soluciones y mecanismos, que fueron creados por diferentes grupos humanos que los procedieron. Además el inicio de la expansión Inca se produjo a mediados del siglo XII d.C. Es así que, fueron civilizaciones tardías que prologan y sintetizan los logros anteriores, pero, al mismo tiempo uniformaron las diversidades culturales previas e impusieron un legado.

Cuando Francisco Pizarro y un grupo de conquistadores españoles llegaron a Cajamarca, el Imperio de los Incas (Tahuantinsuyo), se encontraba en el centro de una guerra fratricida entre Huáscar y Atahualpa, ambos hijos de Huayna Cápac. El Tahuantinsuyo se expandía desde el Pasto en la actual Colombia hasta Chile central y del noroeste de Argentina en el sur. Al occidente, el Pacífico fue su frontera marítima, mientras que la Jungla en la amazónica limitaba su expansión hacia el oriente. Ese extenso territorio sigue siendo uno de los más difíciles del planeta por sus montañas inmensas, valles profundos, desiertos áridos, noches heladas y  días cálidos. Esto permitía la existencia de diferentes pisos térmicos con una agricultura diversificada al interior de un mismo ciclo agrícola.

Por otro lado, el ayllu, es un conjunto de grupos campesinos con lazos de parentesco dedicadas a la agricultura, de una manera colectiva. Ellos no conocieron las técnicas agrícolas, ya que no conocieron ni el arado ni la rueda. Funcionaban como un mecanismo de reproducción social y de reproducción material al mismo tiempo. Esta civilización desconoció el hambre y el desempleo, el concepto pobre estaba identificado con la palabra quechua huaccha, es decir, aquella persona que no cuenta con parientes que puedan ser movilizados en el proceso del trabajo. Su economía era fundamentalmente agrícola, como la papa, el maíz y la quinua. También cabe destacar que tejían la ropa necesaria para vestirse. Pero desconocieron el mercado, la moneda y practicaron formas rudimentarias de intercambio. Estos ayllu, originarios de Cuzco, establecieron el Imperio con una burocracia imperial.

RUTH PIMENTEL CASTILLO

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