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Fusilamientos de Paracuellos del Jarama


Enviado por   •  19 de Junio de 2017  •  Ensayos  •  5.892 Palabras (24 Páginas)  •  331 Visitas

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ANÁLISIS DE OBRA GRÁFICA

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-Título: Fusilamientos de Paracuellos del Jarama.

-Materiales: óleo y lienzo.

-Año/s de elaboración: 1939-1950 (1943).

-Localización: antiguo Museo del Ejército de Madrid (Sala de la Guerra Civil).

-Autor: Carlos Sáenz de Tejada y Lezama (1897-1958) nació en Tánger (Marruecos), hijo del diplomático Carlos Sáenz de Tejada y de María de Lezama González. Comenzó a pintar en 1908, trasladándose a Madrid en 1911 donde trabajaría en el taller de José María López Mezquita. En 1916 estudia en la Real Academia de Bellas Artes de Sam Fernando, donde aprendería de Joaquín Sorolla. Comenzó su andadura profesional publicando ilustraciones para publicaciones como Aire Libre o Aspas.                                En París estudia pintura mural, ilustrando para diferentes revistas como Fémina o Vogue, diseñando carteles para espectáculos de baile y decorados escenográficos para óperas como Carmen.  Difundió una imagen de la mujer deportiva y estilizada propia de la modernidad.                                                                                                                             En 1935 regresó a Madrid donde diseñaría carteles e ilustraría para ABC y Blanco y Negro. En este periodo abrazó al carlismo adhiriéndose al los sublevados. Siguiendo su carrera como ilustrador se incorpora al Servicio de Prensa y Propaganda de Falange en Salamanca, ilustrando libros como Poema de la bestia y el ángel (J.M. Pemán) o Historia de la Cruzada Española (Joaquín Arrarás). Tras el conflicto bélico ilustró las publicaciones de las Delegaciones de Prensa y Propaganda, así como la revista falangista Vértice (1937-1943). Ejerció labores de restauración de obras de arte y hizo pinturas murales en distintos edificios públicos de Vitoria, en el Valle de los Caídos y en el Instituto de Investigaciones Agronómicas de la UCM.                                               Ejerció la dirección artística de La moda en España (1943-1947), y de la Editorial Fournier en 1948. Obtuvo plaza de Profesor de Pintura Mural en la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Madrid (1941-1950) y la Cátedra de Ilustración en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando (1942-1958). Entre 1949 y 1957 realiza ilustraciones de libros como D. Juan Tenorio, El bosque animado, Los intereses creados y Platero y yo. Entre los premios que le concedieron se encuentran: Medalla de oro en la Exposición Nacional de Artes Decorativas y Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas artes. Fallece en Madrid el 23 de febrero de 1958.

-Descripción y Análisis: 

Tras la Guerra Civil el régimen crea un aparato propagandístico mediante carteles, pinturas murales, noticiarios-documentales, etc. A partir de 1941 se crean las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, en las cuales participa el autor, como elemento de propaganda que ensalce las gestas y virtudes de los vencedores y resalte los crímenes de los vencidos. Éste cuadro fue presentado en la exposición de 1943, cuyo título rezaba: “¡Así eran los rojos¡ ¡Asesinos y ladrones¡”.

En cuanto a los aspectos formales y figurativos cabe destacar que las figuras que se encuentran más cerca en la composición y que portan ametralladora son Guardias de Asalto, junto a un miliciano que observa la escena. En el centro, con gorro ruso y camisa roja, un comunista “bolchevizado” que parece protagonista de la acción. Alejados del centro están los anarquistas, con gorro y pañuelo rojinegro cenetista, muy alejados del centro sin ser protagonistas de la acción. Parece claro que se quiere indicar que los culpables y ejecutores de la matanza fueron los grupos de vigilancia y los comunistas.


Primeros compases del conflicto en Madrid.

Tras las sublevación militar en Melilla el día 17 de julio de 1936 de parte del ejército, ésta se extiende y triunfa en el protectorado marroquí, pasando a la Península y las islas centro y sudoeste de la Península ibérica dos días después. Aunque fueron muchos los cuarteles que se alzaron o hicieron el intento en todo el territorio nacional el golpe triunfó en Galicia, Castilla y León, Navarra, Pamplona, Andalucía occidental, Sevilla, Baleares (salvo Menorca) y Canarias; así como en otros enclaves como Oviedo, Granada y Zaragoza. Las más importantes zonas cerealistas, ganaderas y mineras quedaron bajo el control de los sublevados. Sin embargo en gran parte del territorio nacional el alzamiento fracasó, tal es el caso de la zona norte como Cantabria, parte del País Vasco, Asturias y Cataluña. El Levante, Madrid, Castilla la Mancha, Murcia y el oriente andaluz también quedaron en poder de la República, que controló las principales regiones industriales, las reservas de trigo de la Mancha y la huerta levantina; así como las reservas de oro del Banco de España. Pese a la mayor ventaja republicana en el control de los recursos naturales, tecnológicos y financieros, el bando rebelde tenía un ejército más preparado. La República vio como las unidades de su ejército quedaban desarticuladas ya que gran parte de los oficiales se habían sublevado  teniendo el gobierno republicano         que disolver muchas unidades de dudosa afección al régimen. Mientras tanto el bando rebelde tenía un ejército mucho más preparado compuesto de divisiones íntegras en lo que respecta a la oficialidad.

Tan pronto como el mismo día 17 de julio y a lo largo del día siguiente se extiende por todo el territorio nacional, incluido Madrid, la noticia de la sublevación en Melilla y el protectorado marroquí por parte del ejército. En la propia capital se hallaba la principal concentración de fuerzas militares: la I División Orgánica, once regimientos, batallones, grupos de artilleros, etc. La mayoría de los cuarteles se hallaban en las afueras de la ciudad, en Carabanchel, Leganés, El Pardo, etc. El plan para el levantamiento militar en la capital había sido preparado por el general Mola, quien asumiría la comandancia del Ejército Norte sublevado, habiendo sido confiado a tres generales: García de la Herrán, Rafael Villegas y Joaquín Fanjul. Debían aguantar en los cuarteles hasta le llegada del ejército rebelde por el norte o, en caso de dificultades, dirigirse con las tropas a la Sierra de Madrid. Sin embargo el golpe militar no triunfa gracias en parte a la oposición del comandante de la 1ª Brigada de Infantería el general Miaja, quien sería uno de los máximos responsables militares de la defensa de la capital.

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