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Hedonismos


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2012  •  4.157 Palabras (17 Páginas)  •  327 Visitas

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HEDONISMO

Del griego hedone (placer). Doctrina ética según la cual el único bien es el placer y el único mal el dolor. En consecuencia, sitúa en el placer la felicidad humana. El hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha afirmación ha sido admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del hedonismo, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien. El término hedonismo puede tomarse en dos sentidos, lato y estricto. En el primero, hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra placer tendría un significado muy extenso, abarcando tanto el placer como la utilidad; en este sentido se encuadraría dentro del hedonismo el utilitarismo (v.). En un sentido más restringido, el hedonismo se diferencia del utilitarismo, fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el placer individual, mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la utilidad sociales; el hedonismo tiene carácter individualista, el utilitarismo es de índole socialista (en el sentido etimológico de la palabra). Dentro del hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos formas del mismo, de acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Éste designa, ya el placer sensible o inferior, ya el placer espiritual o superior. En consecuencia, habrá dos formas de hedonismo, llamadas hedonismo absoluto y hedonismo mitigado o endemonismo.

Hedonismo absoluto. Afirma que el único bien es el placer sensible y el único mal el dolor sensible. Se ha atribuido esta doctrina a Aristipo de Cirene y su escuela (v. SOCRÁTICOS). No obstante, es difícil aceptar que un filósofo haya acogido estas tesis que, tomadas en toda su pureza, harían del ser humano un mero animal irracional. Las líneas que estructuran el hedonismo absoluto son las siguientes:

- El placer es el bien, el dolor es el mal.

- Dentro de los diversos placeres tiene supremacía el sensible, se adimite la existencia de placeres de espíritu, pero la naturaleza de sumo bien es propia de los placeres sensibles, dado que la intensidad de éstos es muy superior a la de aquellos.

- En el seno del placer sensible, únicamente hemos de buscar el placer presente (paron pathos), ya que el pasado se ha destruido y no existe, mientras que el futuro es dudoso y no sabemos con certeza si será.

- La misión de la virtud en este sistema es exclusivamente la de elegir, entre los posibles placeres presentes que estén ante nosotros, el más intenso. Tal es el papel que Aristipo otorga a la fronesis la prudencia.

- La única superación de este radical hedonismo se halla en la afirmación de Aristipo de que el hombre sabio y prudente, aunque busque y desee el placer, lo domina y no llega a estar esclavizado por él: «tengo, no soy tenido» (Diógenes Laercio, II, 75). Es la postura que permite ver un atisbo de racionalidad en el hombre hedonista.

- Hedonismo mitigado. Sostiene que el placer es el bien del hombre, pero da una clara preferencia al placer espiritual sobre el sensible. Es la doctrina ética de Epicuro (v.) y los epicúreos (v.). Sus puntos fundamentales son:

1) Primacía del placer espiritual sobre el sensible, de la chara sobre la hedone.

2) Distinción, dentro del placer, entre el de movimiento y el de reposo. El primero se produce al satisfacer una necesidad, un deseo; el segundo, al haber eliminado todas las apetencias. El hedonismo mitigado da más valor a este último. Por ello dirá Epicuro: «Si quieres hacer rico a Pitocles, no aumentes sus riquezas, sino disminuye sus deseos»

3) Determinación de una aritmética del placer sobre las siguientes reglas primordiales:

a) aceptar el placer presente, si no produce un dolor ulterior más intenso;

b) rehuir el dolor presente que no pueda producir en el futuro un placer más intenso;

c) aceptar un dolor presente que origine un placer futuro más intenso;

d) rehuir un placer presente que lleve aparejado un dolor futuro de mayor intensidad. La búsqueda del placer en esta forma de hedonismo no se limita a la ciega consecución del placer presente; se establece un principio de racionalidad, al hacer intervenir en el deseo del placer la moderación que puede suponer la previsión del futuro.

- La misión de la virtud dentro de este hedonismo queda limitada a una prudente regulación de la conducta humana, encaminada a facilitar la aplicación en cada caso concreto de esa aritmética del placer. Tal es la misión que Epicuro asigna a la fronesis, la prudencia.

- Basado en estas directrices morales, el hombre podrá alcanzar su fin último, que para el hedonismo mitigado es la ausencia de dolor (aponia), que nos dará la tranquilidad de ánimo (ataraxia), en lo que radica la felicidad (eudaimonia).

CINISMO

Cínicos, miembros de una escuela de filósofos griegos fundada durante la segunda mitad del siglo IV a.C. Diógenes de Sínope suele ser considerado como el fundador de la escuela aunque también se asigna esa función con la misma categoría a Antístenes, un discípulo de Sócrates. Según Aristóteles, Diógenes era una figura popular, apodada Kyon, que en griego quiere decir "perro". La palabra cínico podría derivar de Kyon y podría aplicarse a los miembros de esta escuela por su peculiar modo de vivir, o bien podría derivar de Cynosarges, un gimnasio donde enseñaba Antístenes.

Los cínicos afirmaban que la civilización, con todos sus problemas, era algo artificial y antinatural y que debía considerarse con desprecio. Proponían en consecuencia un retorno a la vida natural, que ellos equiparaban a una existencia simple, y afirmaban que la felicidad completa sólo puede lograrse a través de la auto-suficiencia, ya que la independencia es el verdadero bien y no las riquezas o la lujuria. Por esto puede deducirse que los cínicos eran unos ascetas que consideraban la vida de abstinencia como una auténtica liberación. Es obvio que proponían la no satisfacción de los apetitos naturales, como tampoco la de los artificiales.

Crates de Tebas, discípulo de Diógenes, tuvo alguna influencia sobre Zenón de Citio, el filósofo de Chipre fundador del estoicismo. La diferencia básica de actitud entre las dos escuelas es que los cínicos miraban con desprecio el mundo exterior, material, con desprecio mientras que los estoicos lo contemplaban con indiferencia.

Aunque los cínicos no constituyeron una escuela filosófica importante, sin embargo atrajeron la atención por sus excentricidades y por su insolencia. Su

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