Helenismo En Roma

En el año 146 ( a.c. ) Grecia se convierte en una provincia romana.

Los griegos, con su espíritu curioso lograron ser los primeros en plantear los grandes problemas del universo e iniciar casi todos los buenos métodos; queriendo ver y conocer, poniendo carácter e inteligencia, razón en la imaginación y reflexión en la pasión, lo que llevó a los romanos a quedar atrapados y seducidos por su cultura, tomándolos como maestros. En palabras de Horacio: “Grecia vencida, conquistó a su vez, a su salvaje vencedora”, con su propuesta de equilibrio,armonía y simetría.

Se produce una invasión de las disciplinas griegas, en cuanto a la filosofía, retórica, astronomía, matemática, literatura, medicina y principalmente la oratoria, cuyo método es la elocuencia aplicada al discurso para convencer a las multitudes.

La aristocracia romana adopta para sus hijos la educación griega y toma como maestros a sus esclavos, reclutados como prisioneros de guerra. Pero en realidad, toda la sociedad romana se ve “contaminada y entusiasmada” por la lengua griega, su ciencia y su arte, llegando a formar un Estado bilingüe. Así el griego se convirtió en lengua internacional, diplomática, la de los adversarios a Roma y la de sus súbditos orientales.

Ambos pueblos se funden en un crisol de culturas, con un intercambio de valores para dar origen a una nueva: “la cultura grecolatina”, donde sus exponentes máximos son: Homero con sus obras “Ilíada” y “Odisea” y Virgilio con la “Eneida”. Los griegos dan nacimiento a la literatura y educación romanas.

La enseñanza particular se generalizó en escuelas públicas que enseñaban la lengua griega (Koiné), mientras los jóvenes romanos viajaban a Grecia para completar su formación académica.

Si bien ya existía la educación en Roma de carácter elemental y esporádico, luego se produce la creación de escuelas latinas en base al modelo de las escuelas griegas, abriéndose en diferentes niveles: primaria, secundaria y superior (entre los siglos VII y I a.c.). En el caso del nivel primario, comenzaba a los siete años y se impartían conocimientos de lengua y cálculo. Al secundario se asistía de los doce a los dieciséis años y se hacía hincapié en gramática latina griega, retórica, matemáticas y oratoria, con marcada acentuación en lo jurídico y político.

El nacionalismo romano se ve reflejado en la obra de Cicerón, quien propone el estudio de la retórica en latín.

Cuando Alejandro Magno muere, la educación griega está en su auge, habiendo expandido sus fronteras por todo el Imperio romano, ya que las fronteras se habían ampliado, tanto para los romanos, como para los griegos.

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