Hist. AMERICA S. XX: Relación Entre El Estado Y Los Trabajadores

Relación entre el Estado y los trabajadores en la primer mitad del s. XX.

A partir del siglo XX, sobre todo a partir de la crisis del año 29, América Latina fue jaqueada desde el exterior. La vulnerabilidad de su sistema económico volvió a quedar en evidencia. El desplome del mercado, el consumo y la producción con precios elevadísimos. A esto debe sumarse la reducción de préstamos e inversiones extranjeras, el crecimiento de la deuda y la depreciación de la moneda. Los efectos de la crisis no fueron exclusivamente económicos. Migraciones masivas hacia las ciudades y, fundamentalmente, una altísima tasa de desempleo afectaron a las sociedades latinoamericanas generando profundas tensiones. La presión sobre los sistemas políticos fue muy fuerte. Intentos militares, crisis constitucionales, golpes, afectaron a los diferentes países. La crisis provocó dudas sobre la validez del modelo de los estados, desacreditó a las elites e incrementó la propensión de las masas hacia los golpes. En la década del treinta el ejercito se trasformó en la fuerza política principal.

Ante la crisis las posibilidades de superación se limitaban a forjar vínculos más estrechos con el centro para compartir el mercado en alguna medida o promover la industrialización. Esta última opción favorecía la creación de empleo y podía generar una autosuficiencia que facilitaba la independencia económica a la que aspiraba, entre otros sectores, el ejército. La industrialización por sustitución de importaciones tuvo un éxito relativo en algunos países y sirvió de impulso a la economía nacional pero no sin impedimentos y limitaciones. El Estado tuvo una participación clave en la estimulación de este proceso. Su accionar incluyó la creación de barreras arancelarias, demandas e, incluso, la participación directa en empresas estatales. El crecimiento de la clase obrera y los movimientos sindicales, autónomos o dirigidos por el gobierno, hicieron del trabajador organizado un actor importante de la escena política: demandas obreras, levantamientos campesinos y reclamos de los sectores medios buscaron en la reforma o la revolución alternativas al modelo vigente. Socialismo, anarquismo, comunismo fueron algunas de las matrices ideológicas de estos movimientos. El avance continental norteamericano y las presiones de los capitales extranjeros acentuaron la virulencia de estos procesos. Una de las respuestas de estos movimientos, fue la relación que unió al estado con los trabajadores, en la formación del nacionalismo económico mediante la organización laboral que permitió restringir-limitar a los capitales extranjeros mediante diversos mecanismos tales como las huelgas, movilizaciones, organización de sindicatos, entre otros con el fin de lograr una mejor y digna situación laboral, como así también aspirar al control mediante la dominación del poder de las industrias.

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