Historia Para Que

Al encontrar esta pregunta: ¿Historia para qué? Sería fácil e ingenuo decir: “para conocer el pasado, comprender el presente y mejorar el futuro”, “para no repetir los errores del pasado” o “para saber nuestro origen y conservar nuestra identidad” y con esto hacer creer que, al tener el conocimiento de lo ya ocurrido, se puede tener el poder para controlar lo que suceda en el futuro, esta afirmación tiene relación con los usos que se le da a la historia, pues es utilizada como un medio de control social, infundiendo el nacionalismo, desde los medios de comunicación masivos hasta las instituciones.

En este ensayo abordaré los malos usos que ha tenido la Historia, como la tradición de hacer la historia nacionalista, donde se enseñan fechas conmemorativas de triunfos y conquistas.

Ahora, la mezcla de los términos utilidad y legitimidad, que menciona el autor, ha llevado a la castración del pensamiento y a una manipulación, por aquellas personas que la alteran a sus necesidades políticas o personales, dejando de lado el verdadero sentido de la historia, sacando así malas interpretaciones y provecho a los conocimientos que se difunden en la sociedad controlada por televisoras e instituciones.

Encaminados más al punto, nos encontramos con una dualidad en cuanto a esa función que se le da a la historia, “la función del historiador no es ni amar el pasado ni emanciparse de él, sino dominarlo y comprenderlo, como clave para la comprensión del presente” y se dice que, el hombre que pueda comprender la sociedad del pasado, tendrá la posibilidad de incrementar su dominio de la sociedad del presente.

Podemos encontrar la confusión de la legitimidad y de la utilidad de la historia, con antiguas ideas, como la de Tucídides: “mi intención no es componer farsa o comedia que de placer por un rato, sino una historia provechosa que dure para siempre”, al escribir la Guerra del Peloponeso, quería saber “la verdad de las cosas pasadas” y con ello construir una guía que, provechosa fuera utilizada para comportarse cuando ocurran de nuevo cosas semejantes.

Vemos como este ejemplo de utilidad social que se le quiere dar a el discurso histórico, que aunque

Con la llegada de los medios masivos de comunicación, el mundo se ve en un contexto globalizado, el cual brinda ideas de varias culturas o interpretaciones de diferentes regiones para con nuestro criterio, creando un Pseudo-Sincretismo en la idea del ser como individuo. Dicho esto, al generalizar al individuo como receptor y acreedor de estas nuevas tendencias en su cultura, se deduce al ser como un ente maleable y fabricado por el contexto.

Con lo anterior, es posible dar razón a que “no se pueden comprender los hechos” más que por la vía de “pensarlo todo históricamente”, entonces y solo así poder

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