Homicidio en masa

Homicidio en masa: Un escape a los campos sin esperanza

Muchas veces hemos escuchado hablar sobre el “Holocausto” o aquella época oscura en que Adolf Hitler pretendía crear una raza pura, donde los judíos fueron los principales afectados. Para el Führer, los judíos eran avaros, egoístas y mezquinos, y para colmo les culpaba de la derrota de su país en el citado conflicto militar, así como de las desgracias posteriores acontecidas en territorio germano.

El “Holocausto” fue la aniquilación en millones de judíos por parte del régimen nazi. Durante esa época mucha gente inocente fue masacrada, debido a aquella ideología de discriminación, racismo y de querer crear la raza pura.

Aunque muchas personas no alcanzan a comprender la gravedad que este suceso tuvo y algunas ni siquiera lo creen este hecho es algo que marcara la historia de la humanidad y que se espera no volver a repetir.

Pongamos un momento en el papel de las victimas e imaginemos aquellas atrocidades que se cometían con ellos sólo por no ser arios, pensemos en los trabajos forzados, en como sufrían al saber que en cualquier momento podían morir, en todos esos niños inocentes que quizá nunca conocieron la libertad, nunca tuvieron una manera digna de vivir, en los experimentos realizados tanto en niños como en mujeres, en el dolor que sentían al ser separados de su familia, el hambre que pasaban al no ser bien alimentados.

Ahora bien yo me pregunto, ¿acaso eran tan inhumanos los soldados nazi cómo para no sentir remordimiento alguno al cometer esas acciones? ¿Acaso era tanto su odio, su racismo hacia ellos? ¿El ver docenas de cadáveres amontonados no les provocaba sensación alguna?. Me pongo a pensar si acaso algún soldado alguna vez tuvo un gesto amable con algún prisionero, si alguna vez sintió un poco de compasión, sí quizá alguien no estaba de acuerdo con esa forma de pensar pero tal vez nunca se atrevió a hablar por miedo, no lo sabemos y jamás lo vamos a saber pero al menos estaremos sabedores que cosas como esas se pueden evitar.

Al escuchar hablar de este tema muchos nos preguntaremos ¿Qué habrá pasado para haber cometido eso? Esto nos invita a tener un mejor juicio al momento de formar ideales y quererlas llevar acabo.

Y aunque aquella época que muchas consideran de horror, el lugar quedara para siempre grabado, aquellos llantos de dolor, de hambre, aquellas almas inocentes quedaran para siempre ahí ya nada podrá borrarlo.

Hablar de lugares terroríficos y lúgubres no es mi más grande misión pero pese a todos aquellos desastres como Chernóbil nunca he escrito acerca de uno tan desastroso: Campos de concentración, donde han existido personas, sobrevivientes que aún viven en nuestra memoria, nombres, listas y todo aquello que nos permite recordar.

        Iniciaba el año de 1939 cuando por primera vez se escucha un incidente “Hitler ha atacado Polonia” tras la ruptura del tratado de Versalles no había nada que lo parara. Causando pánico y temor inmediatamente se capturaron judíos, gitanos y opositores, todo el odio por él causado permitió todo esto, ¿Europa debió de pagar las consecuencias? Mientras todos eran masacrados y abusados el plan del partido Nacional Socialista seguían en pie.

        Los primeros campos de concentración, aquellos tan temibles como inhumanos, aquellos que guardaban millones de historias y leyendas, estos lugares en donde fueron llevados millones de judíos. Tal es el caso de Belzec, un campo que estaba ubicado en Polonia, completamente dedicado al exterminio era dividido en dos partes, en la primera donde se recibían los prisioneros y en la segunda donde se realizaban los experimentos con gas.

Para acelerar el genocidio a mediados 1942 fueron creadas un total de 6 cámaras de gas extra, debido a que en este campo únicamente se encontraban personas no aptas para realizar trabajos:

“Mi amigo se bamboleaba sobre el raíl con aquella traviesa especialmente pesada y estaba a punto de caerse y arrastrar a los demás con él. En aquel momento yo no arrastraba ninguna traviesa, así que salté a ayudarle sin pararme a pensar.” (Frankz, 2001: 21)

        ¿Cuán humano era explotar sus capacidades? Durante el pasar de tiempo miles de organizaciones, grupos humanos e individualistas han luchado por tener horas laborales dignas así como un buen trabajo, pero ¿Cómo podría soportar todo ese dolor? Tal parece que el ayudar a un amigo no es más que un crimen que merece castigarse.

        Bersec, un lugar de perdición, dónde el único lugar que me queda por honrar es el cementerio, para conmemorar a todas aquellas víctimas que padecieron y tomar en cuenta el esfuerzo y resistencia de aquellas que lograron escapar. La única salida es ahora la rampa y el pasadizo intermedio, que nos lleva directamente al “intersticio” (como una grieta en la tierra), que lleva a una plaza, creada en el punto donde se cruzan los fundamentos del cementerio. A través de sus elevadas paredes se evoca el terror de una de las más grandes tumbas del mundo.

El punto culminante de este pasaje es el Muro de Piedra, que sirve como un recuerdo de los restos de la tragedia individual de las víctimas. Este es el lugar para una pausa y una reflexión, que nos enseña que no estuvimos solos y que aún existen motivos para continuar viviendo.

En casos particulares me topé con la información de Majdanek, un campo de exterminio ubicado en Polonia, fue uno de los campos no destruidos, lugar en el que padecieron cientos de personas y otras oraban por no ser mandadas a alguno:

“A veces me pongo a reflexionar sobre la vida que llevamos aquí, y entonces por lo general llego a la conclusión de que, en comparación con otros judíos que no están escondidos, vivimos como en un paraíso.” (Frank, 1970: 61)

¿Cómo podría alguien continuar con esperanzas ahí? Me pongo a pensar en lo afortunados que somos al tener un hogar en el cual podemos manifestar nuestras expresiones culturales y podemos también hacer lo que queramos porque nuestra libertad nos lo exige, porque al menos yo quiero seguir viviendo libre, sin un régimen ni trabajos forzosos.

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