La Antropología Clásica
osacoala30 de Agosto de 2014
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Antropología clásica
El siglo V A.C., también llamado el siglo de Pericles, constituye una época emblemática de la cultura y la vida política griegas. Atenas se destaca por su poderío económico y su organización política. Las polis son unidades políticas de ciudades que tienen leyes autonómicas propias, y cuyo mecanismo de decisión se basa en las asambleas de ciudadanos o polités, quienes debaten y votan a mano alzada las medidas de gobierno. De allí la importancia que adquieren en el siglo V (a. C.) los sofistas o maestros de retórica, quienes enseñaban a discutir a las generaciones jóvenes para ganar los debates políticos en el ágora o plaza pública. Un buen orador era, al mismo tiempo, un buen polités, y por lo tanto convencer a la multitud implicaba acrecentar el poder.
Filosóficamente, a partir de la muerte de Sócrates surgen las dos corrientes clásicas para el mundo Occidental: el idealismo de Platón y el realismo aristotélico. Ambos son respuestas racionales a los problemas centrales de la vida humana y la naturaleza en general. Se superan las explicaciones mediante mitos o narraciones fantásticas, algo característico de la cultura homérica centrada en los relatos de la Ilíada y la Odisea.
Los filósofos presocráticos tales como Heráclito, Parménides, Anaximandro, Anaxímenes, Tales de Mileto, Pitágoras, Demócrito y otros, se preocupan fundamentalmente de explicar racionalmente el cosmos u orden del mundo y de superar los mitos cosmogónicos. Con Sócrates comienza la preocupación filosófica por los problemas humanos.
La antropología griega antigua puede caracterizarse por un racionalismo antropocéntrico. El hombre es definido, paralelamente, como animal racional (zoon logon) y como animal que vive en polis (zoon politikon).
El ser humano estaba constituido por tres ámbitos: la racionalidad o logos, representado por el cerebro, la voluntad o ethos, cuya sede era el pecho y por último las pasiones o pathos, ubicadas en el bajo vientre. El equilibrio entre estas "almas", como las llamaba Platón, se lograba por la conducción de la razón sobre las otras dos. De allí el uso del mito del carruaje alado para explicar esta antropología racionalista.
Al mismo tiempo, la organización social de la época estaba constituida por tres estamentos: el superior y más pequeño numéricamente, los polités, ciudadanos, varones, nacidos en la ciudad y dueños de poder económico, eran los únicos habilitados a participar en la plaza pública y tomar las decisiones politicas. En segundo lugar, las mujeres libres, los extranjeros y los artesanos. considerados seres humanos de segunda categoría. Por último, la mayoría, los esclavos, no considerados humanos sino "herramientas parlantes" según Aristóteles, eran la mano de obra fundamental del sistema agricola.
Así como en el cuerpo humano conduce la razón, así en el cuerpo social conducen los ciudadanos. Las mujeres representan la voluntad y están destinadas al cuidado del hogar y el culto a los dioses de la familia. Los esclavos, la fuerza bruta, son las pasiones que deben ser sometidas.
Cosmológicamente, el mundo griego también está centrado en el hombre. Este orden antropológico y social es al mismo tiempo un orden cósmico. La tierra es el centro de todo. La circundan varias esferas transparentes, de una sustancia sutil llamada éter, sobre las cuales se sostienen los cuerpos celestes. En primer lugar, la luna, y luego el resto de estrellas. Se dividen así dos grandes ámbitos de la realidad: el mundo sublunar y el supralunar. El primero se destaca por ser el mundo de la generación y la corrupción, del movimiento lineal y de lo contingente. El mundo supralunar, por el contrario, es eterno, representado por el movimiento circular, la órbita de los cuerpos celestes, que no tiene ni comienzo ni fin y es, por ende, perfecto. Tenemos así
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