La Frivolidad de Carlos Menem durante su Presidencia
camilaponce04Ensayo5 de Agosto de 2018
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Frivolidad Política Durante el Gobierno de Carlos Menem | 30 de octubre 2017 |
Alumnos: Camila Ponce y Agustín Marin Profesora: María Pappolla Materia: Historia 5ºEconomía | Instituto San Alfonso |
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Frivolidad Política durante el Gobierno de Carlos Menem
Carlos Saúl Menem, ex presidente de la República Argentina, es recordado por muchos argentinos como el presidente que “vendió” al país, quien desde un comienzo cautivó a los ciudadanos haciéndoles creer de tener una Argentina del primer mundo. Ganó las elecciones en 1989 con un 47,3% por la falta de una oposición articulada y el caótico final del gobierno de Alfonsín; con un discurso popular y mostrando su imagen como un caudillo del interior, luciendo las patillas del viejo caudillo Facundo Quiroga. No era el político que los argentinos estaban acostumbrados, como dijo Diego Valenzuela (2009) en el diario La Nación “Menem decidió ir hacia la gente y no que la gente fuera hacia él”. Hasta el día de hoy la frase que utilizó en su campaña presidencial “Síganme, no los voy a defraudar” sigue en la memoria de muchos ciudadanos, la cual Pablo Palazzo[1] (2004) dijo que era un mensaje vacío, que no decía nada sobre hacia dónde se dirigía el nuevo líder, pero sonaba tranquilizador para la sociedad[2] y de eso se sostenían. El mismo presidente dijo “con ningún otro presidente se van a poder divertir tanto como conmigo", pero ¿la política se la puede tomar como algo “divertido”? ¿Fue la culpa de la frivolidad de Carlos Menem la que hundió al país?
A pesar de todo, al principio las políticas que se implementaron durante su gobierno alcanzaron que familias de clase media lograran realizar cosas que hasta el momento nunca se las habían imaginado. Los argentinos vivieron una década que como la socióloga y periodista argentina Sylvina Walger denomina, “fiesta menemista", donde por ejemplo se comenzaron a hacer viajes al exterior por ocio, comprar absolutamente todo importado; autos, ropa, electrodomésticos, entre otros. La población se dio todos los gustos que quiso.
La falta de seriedad del ex presidente es una de las cosas que lo caracterizaron durante su presidencia. Algo que llama la atención es que dos de sus tantos secretarios privados, Carlos Spadone y Miguel Ángel Vicco, estaban procesados en el momento en el que estaban en el cargo como Secretario de Estado. Spadone y Vicco estaban acusados por el caso recordado como Milkgate[3], en 1991. Miguel Ángel Vicco decidió apartarse para no darle mala imagen al gobierno de Menem, al cual el mismo le respondió “Dejáte de embromar, Gostanian y Spadone también están procesados. Estoy rodeado de procesados. ¿Te parece que estar con vos me va a perjudicar?”, y como dice Walger (1994) "[...] el estar bajo proceso parece ser comparable a una condecoración” según Menem.
Hay otros ejemplos de la falta de seriedad por parte del gobierno de Menem, además de los “desastrosos” secretarios privados que hubo durante este. Un ejemplo claro puede ser el caso de los billetes con la cara de Carlos Saúl Menem, popularmente llamados “Menem trucho”, aunque estos billetes no hayan tenido valor nominal y nunca estuvieron vigentes, el billete, de un valor, fue impreso en papel moneda y tenía una marca de agua con el Escudo de Argentina, por el sesentavo cumpleaños del ex presidente, en este billete se puede leer el texto “Un valor que estabilizo el país”, luego fue impreso otro billete con valor de diez pero este fue impreso en papel común, con motivo de los diez años de gobierno menemista, en este también está el Escudo de Argentina y se puede leer el texto “diez años de estabilidad y muestra de capacidad”. Miguel Ángel Vicco, que también estaba procesado por malversación de fondos públicos, fue director de la Casa de Moneda de Argentina durante las dos presidencias de Menem; y fue él quien decidió imprimir los “Menem truchos” para el festejo del cumpleaños del presidente y otra por la celebración de su gestión.
Otro acto de negligencia fue en 1996, cuando Menem daba inicio al ciclo lectivo en la provincia de Salta, el ex presidente afirmó, en una parte de su discurso, que desde Argentina se podría llegar, mediante vuelos privados al espacio, a Japón o a cualquier parte del mundo, como nombraba en su discurso Menem (1996):
Dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizá se instale en Córdoba, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo y por supuesto, más adelante en otro planeta si se detecta vida.
En estos tiempos nos parece una gran mentira poder llegar a eso en ese momento de la historia, pero eso se creía posible por el éxito que tuvo el gobierno de los Estados Unidos, que logro diseñar una nave capaz de despegar y aterrizar verticalmente.
En Argentina, el ingeniero aeroespacial Pablo De León consideraba que la tecnología había alcanzado el grado de madurez suficiente y que Argentina estaba preparada para lograr vuelos privados hacia el espacio y el turismo, mediante un ambicioso plan de búsqueda de capital extranjero para financiar este proyecto. Mucha gente cree que este comentario fue un “broma de mal gusto” y hay otras que hablan de una apuesta, hablan de un “a que no te atreves a decir esto”. Pero más allá de lo que pudo ser esta claramente sabido, como bien explicamos anteriormente, que en esos tiempos hay un pensamiento de que esto se iba a lograr en poco tiempo.
Uno de los sucesos más impactantes durante su mando, fueron los indultos a los militares de la última dictadura militar en Argentina. El presidente anterior a Carlos Menem, Raúl Alfonsín, había comenzado durante su gobierno el Juicio a las Juntas, que acusaba a las juntas militares que actuaron durante la dictadura de haber cometido crímenes de lesa humanidad, como asesinatos, violaciones, censuras y principalmente desapariciones; que hasta el día de hoy aproximadamente siguen habiendo 30 mil personas de cuales se desconoce su paradero. El 7 de octubre de 1989, el presidente de la Argentina decide indultar a los responsables de aquellos siniestros delitos. Se argumentaba con que era necesaria una “reconciliación nacional”, como afirma Hernán Fair (2009) Menem decía que “los crímenes de «lesa humanidad» de la dictadura no debían quedar «impunes» para no «repetir la historia»”. El anuncio de estos decretos se realizó en la ciudad de Chamical, La Rioja, que no era el lugar indicado para dar esta noticia; en ese pueblo fueron secuestrados, torturados y asesinados los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos Murias, además del asesinato del laico Wenceslao Pedernera y el obispo Enrique Angelelli. Parecía una broma de parte del presidente hacia los habitantes de aquella ciudad. El 29 de diciembre de 1990 se finalizan estos decretos, con el indulto y la liberación a quienes encabezaron la última y terrible dictadura militar que le toco vivir a nuestro país, Jorge Videla y Eduardo Massera. Estos actos fueron muy criticados de parte de diversos sectores, principalmente miembros de los organismos de derechos humanos y estudiantes, se generaron fuertes protestas e infinidad de críticas. Los indultos de Menem beneficiaron a aproximadamente 1.200 individuos, entre ellos represores, líderes guerrilleros y gente investigada por delitos comunes.
A poco tiempo de haber llegado al poder, Carlos Menem, impulsó una reforma en la Corte Suprema de Justicia con respecto a la cantidad de sus miembros, que pasaron de ser cinco integrantes a nueve. Mediante este cambio obtuvo una mayoría que le favorecía en el tribunal. Muchos comenzaron a pensar que la Corte era solo un apéndice del Poder Ejecutivo ya que las decisiones que se tomaban en esta eran siempre favorables al Poder Ejecutivo. El gobierno de Carlos Menem desde su comienzo tomo iniciativas para intervenir en la justicia, se puede ver en la destitución, sin la intervención del congreso, del fiscal de la Nación Ricardo Molinas que estaba llevando a cabo una investigación en contra de algunos de los funcionarios más importantes del gobierno, en este caso el poder colocó a uno de los funcionarios más adictos a este, Jorge Pinzón. También podemos mencionar la eliminación del Centro de Estudios Penales del Banco Central, en Agosto de 1989. Este organismo fue creado con el objetivo de investigar fraudes financieros. El desplazamiento de jueces o fiscales que no les eran adictos era una práctica común en estos tiempos.
Gracias a estas intervenciones y el uso injustificado de los decretos de necesidad y urgencia, en esto nos queremos detener y mencionar que en el caso “Peralta”[4] la Corte mostró su alineamiento con el Poder Ejecutivo, era fácil prever que el gobierno no iba a encontrar ningún obstáculo para sus iniciativas, sino respaldo a las mismas desde el Poder Judicial. Otro de los casos más debatibles fue en el que la Corte Suprema autorizó las privatizaciones llevadas a cabo por el gobierno, y hacemos hincapié en el caso de Aerolíneas Argentinas. En este caso la Corte Suprema pidió per saltum[5] en la resolución del caso. La decisión de esto fue tomada, fundamentalmente, por Rodolfo Barra que había llegado recién a la Corte. También queremos mencionar casos notables como el caso “Soengas” fallado el 7 de mayo de 1990 por Ferrocarriles Argentinos y el caso de los indultos en Diciembre de 1990 y Octubre de 1992 que nombramos anteriormente.
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